Tuesday, October 30, 2012

Mercado matrimonial. ¿Cuánto cuestas, cuánto vales, amor mío?

El premio Nobel de Economía 2012 fue dado a dos economistas norteamericanos. Lloyd Shapley, de la Universidad de California, por haber desarrollado un modelo matemático que explica cómo se producen ciertos intercambios de productos y servicios, sin que intermedien los precios. También se galardonó a Alvin Roth, de la Universidad de Harvard, por haber aplicado el andamiaje teórico anterior al mundo real, en concreto, fórmulas matemáticas que permiten explicar el encuentro de mujeres y hombres, de alumnos con escuelas, de donantes de riñones con pacientes que los necesitan y de médicos con hospitales. Ambos profesores trabajan en el campo de la teoría de juegos que, en simple, busca explicar el comportamiento estratégico de empresas y personas en mercados con fallas o incompletos. 

Veamos cómo actúan los mercados sin precios. Seguramente hoy, domingo primaveral, a usted, amable lector, le han mandado al mercado con lo justo para hacer compras para una parrilladita. Su menú incluye un par de kilos de carne, choclos, papa khati y ulupicas. Pues bien, en el mercado serán los precios los que “emparejarán” (una traducción forzada de “match”) sus deseos con los productos. Varios otros maridos oprimidos también competirán por los mismos productos. En competencia perfecta, oferta y demanda se encontrarán de la mano de los precios sembrando el día del Señor de suculentas parrilladas.

Los galardonados del Nobel 2012 van a mostrar que existen algunos “bienes” o “servicios” donde la mano invisible de Adam Smith no funciona. Éste sería el caso de “mercados” como el de los órganos humanos, de los médicos y estudiantes, donde existen muchas fallas de información, por lo que las cosas son muy diferentes. 

A continuación tropicalizo las explicaciones de Sala-i-Martín, profesor de la Universidad de Columbia, sobre los mercados sin precios. Puede que exista una persona súper camote por otra pero que no es correspondida, coyunturalmente es posible que se aplique lo de billetera mata galán, pero si ella (él) no se siente profundamente enamorada por él (ella), la pareja resultante no será estable. Lamentablemente existen sociedades machistas donde los ricachones todavía pueden comprar esposas, pero felizmente, en buena parte del mundo, estas deplorables prácticas fueron eliminadas, por lo que no existe un mercado matrimonial, pero en contextos de personas libres y conscientes de sus derechos, ¿cómo se encuentran dos almas gemelas?, o puesto en lenguaje de teoría de juegos y siguiendo a Sala-i-Martín, “¿cómo se pueden asignar hombres a mujeres -y viceversa- de manera que, una vez establecida la pareja, ninguno de los dos tenga incentivos a romperla para encontrar una media naranja mejor?”. 

Según Shapley, todos los hombres equivocadamente hacen suya la letra de la morenada boliviana “cuanto cuestas, cuanto vales, amor mío”, y de esta manera hacen una propuesta de amor a una mujer. Las bellas reciben una avalancha de proposiciones y pueden elegir entre ellas. Sala-i-Martín coloca el ejemplo de Angelina Jolie, quien puede escoger “entre los millones de ofertas. Lógicamente escoge a Brad Pitt (¡ve tú a saber por qué!). Los hombres rechazados pasan (o pasamos) a hacer una segunda oferta entre las mujeres que todavía no nos han rechazado y así sucesivamente, hasta que todo el mundo queda emparejado. De este modo, nuestra pareja acaba siendo ‘lo mejor a lo que podemos aspirar’ en el sentido de que cualquier pareja más deseable que la que nos ha tocado es una pareja a la que no podemos aspirar porque nos ha rechazado”. 

Los problemas aparecen cuando los tórtolos buscan hacer trampa y actúan estratégicamente. Conocen la teoría de juegos de manera intuitiva. Éste es el caso de Petunia, que manda a freír monos a José Augusto, para que éste busque a Julieta, dejando libre Enrique, con quien ella realmente quiere emparejarse. Para Sala-i-Martín también “este tipo de movimientos se observan, por ejemplo, en los procesos de solicitud a escuelas y universidades donde los estudiantes solicitan una serie de escuelas de peor calidad para ‘asegurarse’ que al menos son admitidos en alguna escuela, privando de ese modo a otros estudiantes de menor calidad de obtener esa plaza”. Para que este juego estratégico de alumnos y amantes no ocurra, Roth diseñó un mecanismo para que se dé un encuentro feliz. 

Veamos otro ejemplo, el de los órganos humanos. Felizmente, el mercado negro de órganos vitales está prohibido, aunque todavía, en algunos lugares, se puede comprar un riñón; pero para sustituir estas viles y condenables prácticas, Roth identificó el siguiente problema, al cual le dio una solución matemática. Supongamos “que Maruja necesita un riñón, y su marido, Pericles, está dispuesto a donarlo pero tiene un problema: su riñón no es compatible con el de su esposa. Imaginamos que otra pareja, de Violeta y Tito, tienen el mismo problema... pero los doctores dicen que Tito sí es compatible con Maruja, y Pericles con Violeta”. Si se da este cruce, y se produce un intercambio de riñones, las dos mujeres salvan la vida. Pero si este trueque esta prohibido y todos los riñones deben ir a un banco de donaciones que se reparten por orden de urgencia, es muy probable que Pericles y Tito no donen sus órganos, resultado que causa la muerte de las mujeres. “La única salida es que se cree un mecanismo de intercambio de riñones. Si el compromiso es serio, las dos parejas van al hospital al mismo tiempo y la permuta de riñones se lleva a cabo de manera simultánea”. Ahora, si más parejas entran al intercambio, el mecanismo se complica extraordinariamente hasta el punto que se necesita un complicadísimo algoritmo matemático que permita el intercambio entre centenas de parejas en la misma situación. Es justamente éste el mecanismo desarrollado por Roth, que permite el “match” entre donantes y personas que requieren un trasplante de riñón. La misma idea se aplica para hacer el emparejamiento entre buenas escuelas y alumnos sobresalientes, o médicos brillantes y hospitales de primera.

Monday, October 22, 2012

Presea, dáme, presea!


Domingo, 21 de Octubre, 2012
Desde inicios del año, el gobierno nacional viene alistando la emisión de bonos de deuda en los mercados internacionales. Todo indica que saldrán en las próximas semanas. Estos bonos o papeles son una forma que tienen los gobiernos de financiar sus actividades. El proceso de endeudamiento de un Estado se realiza de las siguientes formas: 1) Cré
ditos o empréstitos otorgados por bancos locales o internacionales, y/o tanto prestamos como donaciones de gobiernos extranjeros. 2) Emisión de bonos o pagarés, que son ofrecidos a los inversionistas o especuladores, quienes compran estos papeles a cambio de que al vencimiento se les devuelva el capital más intereses ganados. El bono que el gobierno pretende colocar es del tipo soberano, que tiene la particularidad de funcionar como un termómetro. “El spread o diferencial entre la tasa de interés de un bono libre de riesgo y el bono soberano indica la probabilidad que le asigna el mercado al cumplimiento o pago por parte del emisor de la deuda contraída. Por ello, dicho spread es conocido como ‘riesgo país’, pues indirectamente mide tanto la estabilidad de la conducción económica de un país como su deseo de cumplir con los compromisos”.

Si los mercados internacionales compran el bono boliviano y no exigen que la tasa de interés sea muy alta para adquirir el pagaré, es un reconocimiento al buen comportamiento de la economía. Si tanto el spread como la tasa de interés son muy altos, muestra desconfianza. De esta manera, la mano invisible del mercado internacional ofrece una medallita (una presea) de aprobación o condena al desempeño de la economía.

La administración del Presidente Morales busca conseguir 500 millones de dólares a través de la emisión de bonos. Pero, ¿por qué, quien dice nadar en dinero, sale a endeudarse al exterior? Recordemos que, desde el árbol del poder, con frecuencia se hace alarde de los 13 mil millones de dólares de las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia, se realiza intensa propaganda sobre el superávit fiscal, y se constata que el sistema financiero nacional registra un excedente de 3 mil millones de dólares. Entonces, ¿Por qué pedir plata al odiado sistema capitalista en plena bonanza financiera nacional?

Por supuesto que las razones no son financieras, sino una combinación de señalización a los radares de inversionistas y búsqueda de la aprobación de las políticas económicas del proceso de cambio por parte de los mercados capitalistas tan criticados en los discursos. Según reporta la prensa, ya se habría iniciado el road show (una pasada de sombrero elegante) organizado por Goldman, Sachs y el Bank of America Merrill Lynch, dos de los principales crupiers del casino financiero y actores principales del capitalismo de camarilla que derrumbó los aparatos productivos de varias economías desarrolladas.
Además el montaje está completo, calificadoras de riesgo como Standard & Poor’s y Moody’s ya han entrado en escena, para la venta de los 500 millones de dólares, subiendo sus puntuaciones a la economía boliviana. La primera aumentó su calificación de B+ a BB- y la segunda, subió la nota de la deuda soberana de Bolivia de B1 a Ba3. En cristiano, esto significa que en el concurso de belleza macroeconómico ya no estamos entre los más feos y además registramos un comportamiento de “caballeritos neoliberales”. El sapo barbudo revolucionario se convirtió en un príncipe yuppie. Ahora somos sujetos de crédito a pesar de los eructos discursivos ocasionales contra el capitalismo. Cabe recordar que éstas son las mismas calificadoras de riesgo que puntuaban con cinco estrellas doradas (triple A) a Fannie Mae, Freddie Mac & Lehman Brothers, como bancos de inversión seguros y confiables, pero que cuando estalló la crisis financiera norteamericana, se revelaron como entidades corruptas que habían montado vulgares estafas piramidales, que acabaron con los ahorros de millones de gringos.

Es importante también señalar, que una vez emitidos los bonos, estos entran al carrusel del mercado financiero, donde la implacable especulación y el anónimo mercado pueden convertirlos en “papeles basura”. Sino pregunten cuánto cuestan los bonos griegos, españoles o argentinos en el mercado bursátil mundial. En otras palabras, espero que este lo suficientemente claro que, con la emisión de los pagarés, estamos poniendo las guindas en el yunque del casino financiero, donde el martillo de la especulación puede golpear en cualquier momento. Después no vale echarle la culpa al vil capitalismo, y declarar desconocimiento de como funcionan estos mecanismos.

Es altamente probable que se vendan los bonos bolivianos, el mercado internacional está repleto de liquidez, pero sólo el tiempo dirá si atrajimos capitales especulativos o de inversión seria. Creo que esta operación financiera puede ser una señal incompleta y cara, veremos qué tasa de interés nos pide el mercado para prestarnos dinero. Sostengo que los buenos resultados macroeconómicos son insuficientes para atraer capital de calidad al país, también es fundamental las señales estructurales como detener las tomas de minas y tierras, disminuir el grado de conflictividad social, realizar cambios productivos y garantizar la seguridad jurídica.

Para terminar sólo algunas preguntas para que organice un debate en casa después del almuerzo ¿Y en qué queda coherencia ideológica del gobierno con esta transacción tan neoliberal? ¿Cómo antiimperialistas de turno piden la bendición y la plata de los ídolos de barro del cruel capitalismo financiero? ¿Cómo se explica que los neo-revolucionarios pidan la bendición de los satanes más extremos que bailan en el fondo de pozo del infierno financiero? ¿Será que los auto elogios locales a la política económica ya no son suficientes y ahora se quiere una presea internacional a cualquier costo? Buen provecho.

Monday, October 15, 2012

Electropaz. El poder del alicate


La teoría económica muestra que los monopolios son malos para la competencia, restan bienestar al consumidor, capturan parte o la totalidad del excedente de los ciudadanos. Uno de los peores poderes de mercado son monopolios naturales y las cosas se complican para los ciudadanos cuando están mal regulados por parte del Estado. 

Éste es el caso de la electricidad 
o el agua potable, dos servicios básicos que ahora se los considera derechos humanos. Electropaz es la única distribuidora de energía eléctrica de la ciudad de La Paz, con serias deficiencias en sus servicios. Sólo en el año que transcurre ya sufrí varios cortes de electricidad en mi barrio. Ahora bien, cuando los monopolios salen de los libros y tocan a su puerta, la teoría económica se convierte en una pesadilla de abusos.

Permítanme relatar mi caso. Tuve el infortunio de olvidar pagar una cuenta de luz, reconozco mi desliz, pero pagué caro el descuido. Estuve 15 horas sin energía eléctrica. Alrededor del mediodía del viernes 12 de octubre, una cuadrilla de Electropaz cortó la luz de mi casa desde la calle y no hubo manera de convencer a los funcionarios del monopolio que el pago estaba en camino. En efecto, al enterarme del hecho, salí corriendo de mi trabajo a pagar la factura de luz con más miedo de la reprimenda de mi media naranja que de la empresa. Pagué con el Jesús en la boca latigueándome por lo distraído que soy. Cabeza de chorlito, me decía mi papá. Para evitar a futuro el descuido, decidí que me inscribiría al sistema de pago automático. Pasado el susto, leí con más calma la factura de Electropaz y descubrí que la fecha límite de pago era el 24 de octubre del año en curso, faltaban 12 días para el plazo. En mi interpretación no había cometido un error, no entendía el iracundo corte, pero como todo monopolio abusivo que se preste, Electropaz había recurrido al viejo truco de la letra chica; en un recuadro del recibo dice que se corta la energía al segundo mes impago, pero gracias a una avalancha de detalles confusos en la factura, uno no sabe en qué mes se encuentra.

Al pagar mi obligación, la empresa me comunicó que en la próxima hora repondrían la energía, pensé, equivocadamente, que la reconexión sería otra operación de asalto, como fue el corte. Los rambos de Electropaz son eficientes con los alicates, pensé. Ingenuamente volví a mis quehaceres laborales, pero pasada una hora todavía no se había repuesto la energía. Decidí ejercer mis derechos de consumidor y llamar al servicio al cliente del monopolio Electropaz, donde operadores mal entrenados y lacónicos me dieron informaciones contradictorias y parciales.

La primera respuesta de la empresa fue que las reconexiones se hacían de cinco a ocho de la noche, debería tener paciencia y purgar mi pecado de pagador atrasado. Pero a medida que pasaban las horas, la luz no volvía y la máquina burocrática del monopolio abusivo me convertía en un número de reclamo frío e impersonal.

Al final de la tarde, las versiones de los operadores del centro de atención de la empresa cambiaron. Ahora se me decía que de acuerdo con la Ley de Electricidad, el monopolio de Electropaz tenía hasta 24 horas para reponerme la energía y que si no me gustaba me quejara a la autoridad reguladora. Además, a pesar de que había pagado mis cuentas, se me repetía que la culpa era mía y que el equipo de reconexiones sólo trabajaba hasta las seis de la tarde, y era imposible una solución, no podían hacer nada hasta el sábado por la mañana.

No me di por vencido. Después de mucha insistencia y reclamos, nuevamente cambiaron de respuesta, sí había un equipo técnico que podría reponerme la energía hasta las nueve y media de la noche. Una vez más no pasó nada y en una muestra de eficiencia y calidad en el servicio al cliente, el Fonoluz de 24 horas cerró sus actividades a las 22:30. El monopolio de Electropaz me había sentenciado a la oscuridad total, lo amparaba una ley neoliberal.

Sí, soy culpable de ser distraído y muy ocupado, pero no estoy de acuerdo en que la Ley de Electricidad faculte a un monopólico cortar la energía eléctrica, cualquiera que fuese la razón del no pago, porque vulnera un derecho humano básico a un servicio de primera necesidad. El camino deberían ser penalizaciones financieras y no el uso prepotente de los alicates. Porque cuando la empresa falla, poco puede hacer el consumidor.

Escribo este artículo a la luz de las velas, tiene algo de romántico pero el aire bucólico se pierde cuando me percato de que no pude colocar mi automóvil en mi garaje, tengo una puerta electrónica y manos de rodilla que no me permiten activar la parte mecánica en la oscuridad. Agradezco al altísimo que no tengo enfermos ni bebés en casa, que a estas alturas serían víctimas del monopolio abusivo de Electropaz.

Les presento mi caso, que seguramente es pequeño en un mar de problemas. Ejerzo mi derecho como ciudadano a reclamar mejores servicios básicos; el corte de un derecho humano, como es la energía eléctrica, no debería ser el camino para castigar a los ciudadanos, hay otras opciones menos prepotentes para que se penalicen a distraídos como yo o a aquellos que por razones financieras no pueden pagar su factura en ese momento. Son este tipo de actitudes de un monopolio que seguramente hacen tan populares las nacionalizaciones.

Finalmente, a las dos de la mañana, sin ningún previo aviso reconectaron la luz. Yo enmendé mi error de no pago en menos de una hora, la empresa se tomó 15 horas para reponer mi conexión. La relación que establece la Ley de Electricidad es muy asimétrica, favorece a la empresa monopólica. Urge modificar esta norma que fue hecha a medida y semejanza de Goliat, que tiene gigantes alicates para defender sus intereses.

La dolarización, pros y contras

Javier Milei, el vencedor de las elecciones primarias en Argentina, tiene como centro de su propuesta la dolarización de la economía para ac...