Monday, December 1, 2014

Mis Bodas de Plata

Un Articulo muy especial que comparto con ustedes porque llevo 25 años en la ruta de la escritura. Así lo festejó.

Escribo para que me escuchen. La palabra trazada deja memoria en el tiempo.  A la palabra hablada se la lleva el viento. La palabra escrita permite que las generaciones del futuro conozcan las ideas del presente. El acto de escribir es una tentativa de buscar la inmortalidad a través del ejercicio democrático de las ideas. Pocos lo logran. Probablemente a los escribidores de domingo se los olvida el "San Lunes”.

Entre tanto, más allá de buscar el recuerdo imperecedero, escribir es un oficio que da placer porque comunica sin hablar, permite el encuentro sin presencia. Pero, sobre todo, escribir para ser escuchado es terapéutico, lava los recovecos del alma, ayuda a exorcizar -en dosis pequeñas- los demonios que habitan nuestras esperanza; no siempre con éxito, pero intentarlo ayuda a seguir en el camino.
Es sacudirse de las certeza de pacotilla tan presentes en las máscaras del día a día, para cultivar las alas del espíritu crítico.  Es una forma de reflexionar con los dedos del pensamiento y con los latidos del corazón. Es un ejercicio de libertad pleno que incomoda a muchos, especialmente a los poderosos de turno.

Ahora bien, escribir es por definición un acto solitario que se convierte en un episodio colectivo cuando a uno lo leen. Escribir una columna es juntar a la gente sin que tenga que reunirse, es convocar a un debate de múltiples voces que se oyen a través del eco de las palabras escritas.
A veces imagino que los domingos la gente se encuentra en varías esquinas de mi artículo para conversar conmigo, pero también sospecho que brindo asuntos y controversias para que mis amables lectores pueblen sus horizontes.

Las charlas que entablo con mis lectores son muy diferentes, más pausadas y pensadas. Es como conversar a través de las viejas radios de comunicación, aquellas que después cuando uno habla, en este caso escribe, y tiene que decir: "!cambio!”, para recibir la respuesta,  sólo que el intervalo puede durar días, meses o inclusive años.

Transcurrido este tiempo, siempre hay alguien que responde: "Lo que dijiste en tal artículo no me parece, o estoy de acuerdo con tu comentario”.  Muchas veces estas son las mejores pláticas, porque están maceradas en los vinos del tiempo, han superado las urgencias de la coyuntura, por lo que se convierten en grandes encuentros.    

Escribir una columna es reescribirla hasta que tengan música, pero, sobre todo, es esperar cocinado en los fuegos de la angustia su publicación, que es cuando las letras sueltan sus múltiples voces.
Mi primer artículo fue una crítica al D.S. 21060, que titulaba: "Cuatro años de la Nueva Política Económica. Una victoria de Pirro”. Salió a la luz el 9 de octubre de 1989, en el recordado periódico Presencia. Quiere decir que hace muy pocas semanas completé 25 años de este noble oficio, que nunca me fue remunerado, pero que, ciertamente, me ha brindado la mejor recompensa que uno puede esperar: su amistad. Gracias por leerme ayer y hoy. Gracias totales, integrales y globales, como decía Cerati, por festejar mis Bodas de Plata, como escribidor de fin de semana, leyendo esta última entrega del año.

Mi primer ensayo lo reescribí por lo menos 10 veces. El trabajo de hoy lo revisé  cuatro. Mejoré, pero el frío en la barriga, el miedo al debut de todos los domingos continua. Antes aguardaba, militando en la ansiedad,  la llega del periódico y ahora espero, igual de impaciente, que suban la edición virtual a internet.

Las preguntas son las mismas, aunque se reinventan en su forma e intensidad: ¿Habré expresado bien mis ideas? ¿Puse todos los datos adecuados para sostener el argumento? ¿Se me habrá ido la mano en la crítica? ¿Fui lo suficientemente didáctico?  ¿Dije alguna barbaridad? ¿Los correctores le habrán metido mucha mano al artículo? ¿Fui muy duro con alguien?

Obviamente es un ejercicio inútil porque las malas o buenas ideas ya están talladas en el papel, al igual que la emoción, la alegría y la ansiedad de ser juzgado y criticado.  Es tarde, los dardos y dados están lanzados, ya no me pertenecen. Los análisis, los errores, las afirmaciones y opiniones navegan en los mares de la opinión pública.

Por deformación profesional debo colocar cifras a mis Bodas de Plata. En todo este tiempo debo haber escrito unos 700 artículos en Presencia, La Razón, Página Siete, Los Tiempos, Correo del Sur, El Día.   En promedio le he dedicado tres horas a cada entrega, lo que equivale a 2.100 horas de trabajo.

Cada columna tiene alrededor de 850 palabras, lo que significa que he utilizado como 595 mil  vocablos para expresar mi rollo. Es bastante trabajo y me siento orgulloso de ello, pero hoy estoy algo cansado. No tengo más que decir este año.

Brindo feliz por estas Bodas de Plata. Nos vemos en enero del 2015, para iniciar otra jornada, que Dios dispondrá si es por otros 25 años. Felices fiestas de fin año.

Monday, November 24, 2014

La variopinta fauna de opinadores y otras hierbas venenosas

A nombre del sindicato de opinadores económicos y en defensa de la libertad comparto mi artículo de hoy, día de los gatos

La variopinta fauna de opinadores y otras hierbas

Siempre he pensado que esta humilde columna dominical la leían mi mamá, a veces mi esposa, alguna alma distraída pero generosa y usted, amable lector, o sea cuatro gatos, aunque todos de angora. Pero, por los dardos que últimamente me lanzan desde el árbol del poder, sospecho que algunas autoridades y varios funcionarios del régimen también lo hacen.
La buena noticia es que no estoy sólo en el paredón, también acompañan los artículos y comentarios de otros analistas económicos. Con frecuencia, el oficialismo responde a las observaciones y críticas hechas por los opinadores. Inclusive, se ha creado una categoría para denominar a los escribidores de domingo,  como su seguro servidor  y otros economistas, cientistas sociales  o periodistas que tienen buena pluma, que piensan diferente y poseen la lengua calva.
A todos se los denomina, con un delicado dejo de desprecio,  con el genérico: opinadores, seguido de un conjunto de epítetos de diverso calibre
Indefectiblemente, aunque existe una variopinta fauna de opinadores sobre temas económicos -que responden a diversas escuelas del pensamiento económico- los dueños de poder los engloban en una sola categoría: neoliberales, que no es una denominación para describir aquellos que creen en las fuerzas del mercado, sino un insulto categórico, sin apelación.
Quiere decir que todo aquel que tenga una visión crítica y diferente del actual modelo económico recibe el sello de neoliberal. Poco importa que los análisis y las críticas provengan de marcos teóricos neokeynesianos, marxistas, institucionalistas o neoestructuralistas, como el que inspiran a esta columna.
Es imposible persuadir a los nuevos sacerdotes del proceso de cambio que pueden haber muchas formas de entender los desafíos del desarrollo económico.  Es muy difícil convencerlos   que ocio de chancho no es enchufe. Están presos en cárceles ideológicas.
La forma de invalidar las ideas de los opinadores es estándar. Se comienza con la descalificación que tiene diversos grados.  Cuando se sugiere que la economía tal vez no siga el curso trazado por gobernantes, nos lanzan piropos suaves como: pesimistas, aves de mal agüero, desinformados, simplones o conservadores.
A veces el humor sube de temperatura y los descalificativos se amplían a: vende patria, lacayo del imperio, vendido al capital, chupa sangres, adoradores de Adam Smith.  En esta forma de entender equivocadamente el debate, si alguien disiente sobre algún tema económico, no es porque legítimamente tenga una visión diferente, sino porque es un títere de las transnacionales. Un blasfemo de la palabra en el reino de la revolución.
Otro técnica común en estos tiempos es denunciar que las críticas y sugerencias de los opinadores de turno son políticas. Una especie de pescotis trasnochada. Desde el púlpito del poder se afirma: "sus opiniones no son neutras, responden a obscuros intereses políticos”.  La acción de presentar interpretaciones e ideas alternativas  no es derecho de ciudadano, sino hace parte de una conspiración subterránea. Vivimos una guerra económica constante.
Pero, se debe aclarar que todos los ciudadanos, opinadores o no, hacemos política todo el tiempo, cuando socializamos ideas, comentamos noticias u opinamos sobre diferentes asuntos. Acusarnos de hacer política es condenar un derecho constitucional. Inclusive puede que algunos analistas económicos hagan parte de algún partido, no es mi caso, pero eso también es un derecho ciudadano. El espíritu critico es fundamental para la democracia y el avance de ciencia económica.
Otra línea de argumentación sui generis para descalificar a los mal llamados opinadores   es confrontarlos con las opiniones de los otrora odiados organismos internacionales.
Cómo es posible que los opinadores de turno critiquen los logros del milagro económico boliviano, si hasta  las voces más autorizadas del imperio, el FMI y el Banco Mundial, se han inclinado frente a los logros macroeconómicos.
No es posible que los satanases locales no sigan lo que dicen sus maestros, se afirma desde el altar del poder.  Esta postura puede tener dos lecturas: primero, causa cierta ternura que la revolución en curso necesite y utilice legitimar sus acciones económicas con las opiniones de los enemigos de siempre. Buscan los besos y abrazos de las suegras malvadas. Segundo, si hay tanto reconocimiento por parte de los organismos internacionales, no será que el Gobierno sigue más de lo que reconoce los lineamientos de política económica del FMI, por eso la coincidencia de criterios.
Otra hipótesis de trabajo es que los muchachos del BM y el FMI actúan -como siempre lo hicieron- como bancos, que para prestar plata le dicen lo que el cliente quiere oír,  para así acomodar más créditos y seguir influyendo.
Desde una perspectiva más amplia y siguiendo a Antonio Gramsci, estamos frente a la construcción de la nueva hegemonía del bloque histórico en el poder, de la nueva dirección intelectual y mora de la sociedad, en la construcción de la nueva religión del Estado con fuertes pulsaciones autoritarias.
En este contexto, la ideología no se discute, los supuestos económicos se vuelven verdades absolutas.  Los sacerdotes y diáconos del poder deben evangelizar a fierro y fuego.
Y opinadores, economistas, analistas políticos y otras hierbas, o se convierten a la nueva religión o seguirán en la vitrina del oprobio.  Entre tanto, un país democrático necesita más debate de ideas y menos descalificativos.

Sunday, November 16, 2014

? Ficción o realidad revolucionaria?

RAÍCES Y ANTENAS 

¿Ficción o realidad revolucionaria?

Gonzalo Chávez A.

¿Ficción o realidad revolucionaria?
Raíces y antenas. Gonzalo Chávez A.
 El Presupuesto General de la Nación (PGN) para el 2015 muestra un optimismo superlativo que ignora los nubarrones negros que se avecinan en la economía mundial. La semana que termina, por ejemplo, el barril de petróleo ha bajado a 77 dólares. Desde junio de este año, el precio del oro negro ha caído en más de 25%. Recordemos que el valor del crudo es la referencia para el cálculo del importe que recibiremos por la venta de nuestro gas natural. Sobre llovido mojado: los precios de los minerales, e inclusive la soya, continúan descendiendo.
En perspectiva, la amenaza de un shock de precios negativos que puede afectar a cerca del 80% de nuestras exportaciones persiste. Entre tanto,  las proyecciones gubernamentales de los principales indicadores macroeconómicos sugieren que estamos  blindados y que podremos sobre llevar, sin ningún rasguño,  el fin del súper ciclo de precios de las materias primas.  
En efecto, para 2015 el crecimiento de la economía boliviana estará en 5,9%, la tasa de inflación no pasará del 5%, la inversión pública será muy alta y los gastos suntuosos seguirán como en campaña electoral. En suma: aquí no pasa nada. Según los dueños del poder, los precios siempre fluctúan y, de hecho, se están reduciendo hace dos años. Además el motor de la demanda interna esta prendido. ¿Ficción o realidad?
El PGN está basado en una serie de supuestos, el central es que el precio promedio del petróleo para el próximo año será de 80,3 dólares el barril.  Esto significa que en términos de ingresos fiscales, por regalías de hidrocarburos e impuesto directo a los hidrocarburos (IDH), se obtendrá un 23% más que el 2014.
El resto de impuestos aumentará en un 12,6%.  Inclusive las regalías mineras, que están en declive desde el 2011, para el año 2015 subirán en un 2,6%, aunque en el mercado internacional los precios de los minerales se derrumban.  De manera agregada, los ingresos tributarios subirían en un 15% para el siguiente periodo.
Por el lado de los gastos e inversiones, el entusiasmo también es magnífico. El gasto público corriente continuará muy relajado y en 2015 se gastará el 17% más que el año que termina. Seguirá en la fiesta, en la patria rentista y consumista. La inversión pública será gigantesca y grandilocuente, inclusive se iniciará la era nuclear en Bolivia.
Esta programado inyectar más del 6.000 millones de dólares, aunque se sabe que se ejecuta entre el 20 y 30% menos. También el PGN establece que habrán ahorros importantes en el gasto en subsidios a los derivados del petróleo, como resultado de la caída del precio del oro negro. Hechas las sumas y restas, este año el déficit público será de 3,6% del producto interno bruto (PIB). 
En fin,  en el amor y la política el papel aguanta todo, pero ¿qué si el precio del petróleo, por lo tanto del gas natural,  fuese menor? Para mantener el supuesto de ingresos elevados tendría que aumentar la producción. Es conocido que muchos de los pozos actuales están en declinación y no ha habido las inversiones suficientes en nuevos campos.
Bueno, serenidad y paciencia como diría Kaliman.  Frente a un posible colapso del frente externo, el PGN apuesta a un keynesianismo tradicional. La demanda doméstica seguirá siendo impulsada con vigor. Ahora bien, la pregunta central es:  ¿el Gobierno tendrá los recursos financieros para afrontar ingresos más bajos por exportaciones? En el corto plazo, la respuesta es afirmativa. De hecho, el PGN 2015 acepta las dificultades de ingresos cuando proyecta un déficit publico elevado, y establece que el financiamiento externo del presupuesto consolidado subirá en un 156%.
El Gobierno también apuesta a una mayor eficiencia en la recaudación interna, aunque si las papas quemaran puede aumentar impuestos a los sectores más prósperos de la economía. Inclusive en un acto heroico, se podría cumplir la amenaza de cobrar impuestos a los cocaleros y comerciantes grandes informales, hecha durante la campaña electoral.
Además, en ultima instancia están las reservas internacionales, de las cuales se podrían gastar parte de ellas. Así mismo, el nivel de endeudamiento externo del país es bajo, por lo que los prestamos internacionales pueden ser una fuente de ingresos adicionales. 
Por lo tanto, desde la orilla de revolución se cuestiona: ¿por qué tanto rollo si hay grasita para pasar el invierno? Entre tanto, estar forrado de billetes no elimina preguntas  incomodas como:  ¿cuán persistente será la crisis internacional? ¿Comerse los ahorros, o prestarse marmaja para seguir la fiesta son acciones neutras?
Respecto a la primera interrogante, todo indica que el tiempo de las vacas flacas no será corto. La grasita financiera almacenada puede que no sea suficiente. En cuanto a la segunda interpelación, mayor déficit publico, uso de reservas internacionales, mayor endeudamiento interno y externo, no son acciones sin consecuencias, y podrían repercutir de manera negativa sobre las expectativas de personas y empresas.
El tipo de cambio se puede desalinear y la inflación dispararse. Así mismo, se podrían profundizar conflictos distributivos. De hecho, algunas corporaciones ya buscan compensaciones estatales ante la caída de los precios, como es el caso de los mineros.
Pensando con mis bolsillos, hago votos para que la ficción contable y revolucionaria se haga realidad, pero si uso mi cabeza un pesimismo realista me invade.
    
Gonzalo Chávez A. es economista.

Sunday, November 2, 2014

Se acabo el presterio del consumo?

Desde una perspectiva histórica, el periodo 2006 - 2013 podría ser recordado como un episodio de extraordinaria bonanza externa que generó una gigantesca burbuja de consumo interno, que embarcó a la economía boliviana en el espejismo de la riqueza de corto plazo, pero que no generó desarrollo productivo sostenible.
En efecto, en estos más de ocho años, los ingresos por exportaciones se incrementaron en torno de 50.000 millones de dólares, resultado de la subida significativa de los precios del petróleo (74%). Cabe recordar que el precio del  gas natural está indexado al valor del oro negro; por lo tanto, también subió en la misma proporción. 
Los aumentos de los precios de minerales también fueron extraordinarios. Así la  plata (226%), el oro (217%), el estaño (202%), el plomo (120%) y el zinc (38%) escalaron al cielo.  El precio de la soya se incrementó en 132% entre el 2006 y 2013. Huelga enfatizar que todos estos productos representan cerca al 80% del total de exportaciones y son uno de los dínamos que han impulsado el crecimiento económico de los últimos años. 
El otro dínamo, sin duda alguna, es la demanda interna impulsada por la inversión y gasto público. Pero es importante recordar que la gasolina para impulsar el motor  domestico proviene también del sector externo. El 50% de los ingresos del Gobierno se origina en los impuestos a los hidrocarburos. 
La fiesta de la burbuja interna impulsada por los bonos, el gasto corriente y las inversiones en infraestructura sólo fueron posibles gracias al superciclo de precios de las materias primas.
A partir del segundo semestre del 2014, los precios de los minerales y del petróleo comenzaron a caer colocando en riesgo el boom del consumo. En este domingo exploremos los alcances mundiales y nacionales de la reducción del precio del petróleo en un 25% desde junio de este año. 
Después de la crisis económica del 2008, el precio del petróleo a nivel mundial estuvo en torno a 100 dólares el barril. En 2011 llegó a sobrepasar los 115. ¿Por qué la reducción del valor del crudo en la actualidad? Según la revista The Economist, la explicación puede tener un abordaje de corto plazo y  también tiene que ver con mudanzas estructurales en el mercado del energético. 
En una perspectiva coyuntural, la explicación de la contracción del precio es una combinación de: 1) exceso en la oferta, el más grande productor de crudo en el mundo, Arabia Saudita, no ha bajado su producción, como tampoco lo ha hecho el Estado Islámico, que controla varios pozos petroleros en Irak.  Además, sorpresivamente, países como Libia han vuelto a producir para el mercado mundial.
 2) Desaceleración no prevista de la demanda. El crecimiento de la economía mundial fue más lento de lo proyectado, lo que se tradujo en una menor demanda por energía. 
En una perspectiva más de largo plazo estaríamos frente a una transformación del mercado del petróleo, donde la OPEP tiene cada vez menos peso y Estados Unidos se ha convertido en un actor central de la oferta del petróleo y gas natural de esquisto (shale oil y el shale gas), lo que afecta los precios del oro negro. 
Estados Unidos ha podido aumentar su producción de petróleo a un ritmo anual de 1,3 millones de barriles diarios desde 2011 gracias a los avances tecnológicos, como la fractura hidráulica.  En estas nuevas condiciones los precios del petróleo deberían fluctuar entre 70 y 90 dólares el barril.   
¿Que impacto tendrá en el mundo y en Bolivia la bajada del precio del petróleo?  Para los países exportadores el impacto es negativo y generalmente se traduce en crisis fiscales, estas economías no pueden mantener sus niveles de gastos e inversiones. 
Para los países importadores, una contracción del precio del crudo ahorra recursos, corrige desajustes en la balanza comercial y disminuye la presión inflacionaria. Es decir, si se mantuvieran precios más bajos de la energía, la economía mundial podría recuperarse más rápidamente. 
En el caso boliviano el impacto también es mixto, aunque el lado negativo podría ser mayor. El golpe positivo es que con precios más bajos del petróleo se pagará menos por el diesel importado y bajarán los subsidios a los carburantes. Entre tanto, si se mantiene una reducción del 25% en el precio del crudo, esto impacta directamente en el valor del gas natural.
Aquí vale la pena recordar la fórmula de precios de la venta de este energético a Brasil es un promedio ponderado de tres tipos de petróleos (Pg = 0,33 Pa + 0,33 Pb + 0,33Pc)  y tiene la propiedad de atenuar las caídas, porque los reajustes se hacen cada cuatro meses. 
Ahora bien, supongamos que la reducción del precio del gas es de 25%.  En el 2013, las exportaciones del energético estuvieron en torno de 6.000 millones de dólares; es decir, si el precio más bajo se mantuvieran por más de un año, la economía boliviana recibiría unos 1.500 millones menos por periodo. 
La buena noticia es que el Banco Central podría usar parte de las reservas internacionales que ayudarían tal vez un par de años, pero ciertamente se producirían desajustes fiscales. Como es difícil, desde el punto de vista político  cortar bonos, es posible que se sacrifique inversiones o que se tenga que aceptar un mayor déficit público. 
Un efecto más de largo plazo es que un precio menor del petróleo crea nuevas condiciones el mercado del gas natural, que ciertamente afectarán la negociación con Brasil, cuyo tema crucial será el precio. 
Al parecer todo indica que estamos al inicio del fin del superciclo de precios de las materias primas. En este nuevo contexto el precio del gas podría ser entre 10 y 25 % menos que en el pasado, y si el valor de los minerales también siguen a la baja la fiesta del rentismo, el presterío del consumo tendría sus días contados.

Sunday, October 19, 2014

Jean TIrole y el Estado inteligente

 Uno de los reproches que se hace con frecuencia a los economistas es que sus teorías están muy alejadas de la realidad. En muchos casos esta acusación es verdadera. Pero también hay excepciones, como es el marco conceptual desarrollado por el premio Nobel de Economía 2014, Jean Tirole, Director de la Toulouse School of Economics.  En efecto, en esta oportunidad se premio a los esquemas de regulación económica de los servicios como agua, luz, gas natural o telecomunicaciones y a la promoción de competencia en mercado oligopólicos.
El profesor Tirole y su fallecido colega Jean-Jacques Laffont, en base a teoría de juegos -una disciplina de la economía que ayuda a explicar las relaciones de mutua dependencia entre diversos actores (personas, empresas y Estado)- desarrollaron arcabuces conceptuales para entender las asimetrías de información en mercados imperfectos y la manera de corregirlas. Ambos pueden ser considerados los padres de la regulación económica moderna.
Permítanme un ejemplo para ilustrar las ideas de Tirole.  Las empresas telefónicas quisieran vender muchos servicios de llamadas por celular postpago, pero enfrentan un mundo de consumidores muy diverso. Jóvenes, ejecutivos, pequeñas empresas, amas de casa y comerciantes. Gente que habla mucho por celular, otras que sólo realiza unas pocas llamadas al día. Personas con más o menos ingresos. En fin, un mercado muy heterogéneo y donde los posibles usuarios tienen mucha más información, (valoración del servicio o predisposición de pago), que las empresas.
Existe asimetría de información.  Por supuesto que la empresa pueden realizar costosos estudios de mercado para conocer el perfil de sus consumidores, pero es imposible que tengan la película clara sobre la preferencia económica de las personas. En un escenario de información imperfecta, la empresa puede establecer un único paquete con una tarifa elevada. Los consumidores ricos adquirirán el servicio, pero se excluirá a miles de potenciales usuarios. La empresa desaprovechará parte del mercado y abrirá mano de ganancias.
La otra opción es que la empresa coloque a venta un paquete barato, esto ampliará la base de usuarios, pero la compañía también perderá porque no podrá capturar el excedente económico de aquellos consumidores que están dispuestos a pagar más por el servicio o porque tienen más ingresos o porque usan más el celular.
En un mundo ideal, la empresa monopólica quisiera conocer cuánto valoriza cada persona el servicio de llamadas y sus disposición a pagar por él. Con esta información se podría tener una tarifa diferente para cada usuario. Pero esto no es posible, entonces se deben diseñar múltiples contratos que solucionen el problema de la asimetría de la información, usando las teorías de Tirole.
En la práctica, las empresas de telecomunicaciones  proponen cuatro paquetes para que los consumidores revelen cuánto están dispuestos a pagar. Por ejemplo, se establece un paquete ejecutivo, uno familiar, uno estudiantil y uno básico, con diferentes tarifas por segundo y cantidad, bajo el criterio que el que compra más minutos paga menos.  Con estos contratos pre establecidos, los consumidores eligen la opción que más les convenga a sus ingresos y necesidades de servicio. El usuario voluntariamente revela su información sin ningún costo para la empresa y esta tiene un esquema para capturar un mayor excedente económico de todos los consumidores.Otro caso donde se presenta desigualdad en la información entre actores económicos es en la regulación de monopolios.
Antes de las teoría desarrolladas por Jean Tirole,  el Estado, a través de un ente regulador (aquí en Bolivia las Autoridades de Regulación), podía establecer tarifas para los servicios públicos monopólicos mediante dos metodologías: 1) Estableciendo una tasa de retorno para inversión, digamos del 9%, y partir de este parámetro, la empresa privada o publica debe calcular sus precios. 2) El precio tope (Price cap) que estable un máximo a cobrar por el servicio.
En ambos casos, es muy complejo el cálculo, porque la firma tiene mucha más información sobre sus costos y tecnología de la producción, que el ente regulador. Existe una enorme asimetría de la información.  En cualquiera de las metodologías, la autoridad regulatoria puede equivocarse induciendo o colocando un precio alto por el servicio, en cuyo caso la empresa gana mucho dinero, o un precio bajo, en cuyo caso, se mata a la compañía.
Obtener información sobre costos y otras variables técnico financieras es muy caro, los reguladores tendrían que ir a vivir dentro de las empresas. Es en este contexto complejo que Tirole diseñó un sistema de contratos de producción, los cuales son ofrecidos, por el regulador público, a las empresas monopólicas, estos similares a los paquetes que no ofrecen las compañías de celulares.
Una empresa con altos costos elegirá un contrato de regulación con una relativamente alta compensación por éstos. Y aceptará cobrar una tarifa por el servicio más baja. En cambio, una compañía que tiene mayores oportunidades de reducir sus costos elegirá un contrato con una relativamente baja compensación de sus costos, pero con un precio más alto por los servicios. Sin que el ente regulador tenga que hacer dispendiosos estudios sobre los costos de las empresas para determinar el precio que cobran los monopolios, éstos revelaran qué tipo de empresas son.
Tirole también ganó el premio Nobel de este año por los avances logrados en teorías sobre oligopolio, inversiones estratégicas, independencia en la regulación y varios otros temas más. Contribuyó a dar base teórica a la intervención estatal inteligente para corregir fallas de mercado.

Saturday, October 11, 2014

Entrevista mia en CNN sobre coyuntura economica

http://edition.cnn.com/video/data/2.0/video/spanish/2014/10/10/cnnee-montero-intv-bolivia-gonzalo-chavez-working-children.cnn.html

Monday, October 6, 2014

Portabilidad numérica


A raíz de problemas con el servicio de navegación de internet en mi celular, puse mis reclamos ante la empresa y mis preocupaciones en las redes sociales, que cada vez más se están convirtiendo en espacios de ejercicio democrático ciudadano y de defensa de los derechos de los consumidores.
Uno puede tener desconfianza sobre la efectividad de estos foros virtuales, pero no hay la menor duda: son fuentes de información muy buenas y existen excelentes sugerencias y comentarios. Este artículo es tributario de varias ideas que surgieron en el Facebook. Agradezco a todos por relatar sus casos y presentar sus interesantes análisis sobre el tema.

Cuando uno reclama sobre el mal servicio de internet o celular de una compañía telefónica, la respuesta obvia y bien intencionada es: cambia de empresa y punto. Esta salida tropieza con dos problemas. Primero, que según muchas opiniones en las redes sociales, puede ser una experiencia de pasar de Guatemala a Guatepeor. Las tres empresas del mercado: Tigo, ENTEL y Viva tienen similares problemas: deficiencia de cobertura, mala señal, pobre atención al cliente, elevados costos comparados con parámetros internacionales y un largo etcétera. Así que, a los consumidores sólo les queda tomar Resignol y rezar a San Cristóbal, el santo de los transportistas y la comunicación.
Segundo, el problema del mal servicio en telecomunicaciones tiene raíces estructurales;  es consecuencia tanto de una falla de mercado como de Estado. Esta última asociada a una deficiente supervisión y regulación de los actores del sector por parte de la Autoridad de Transportes y Telecomunicaciones (ATT).

La falla del mercado es resultado de un problema hold up o retención por parte de las empresa. La teoría moderna de organización industrial sostiene que el hold up surge en ciertas transacciones entre actores comerciales, cuando una de las partes, digamos A, debe realizar una inversión específica y/o aceptar un tipo de contrato antes que la transacción se concrete impuesta por B, quien impone todas las condiciones. Y que una vez que continúa el negocio, A se ve retenido por la otra parte, en este caso B. En estas circunstancias, B puede actuar de manera oportunista, lo que le va significativamente los costos de transacción de A y baja los de B.  

Me disculpo por lo abstracto del concepto, pero, felizmente, el mercado de servicios de celulares es una buena aplicación. Cuando una persona va  a comprar un servicio de llamadas y navegación de internet vía celular pospago, el cliente debe invertir en un aparato de teléfono.
Ésta es una inversión específica que un usuario deber hacer para poder acceder al servicio. Incluso las empresas se encargan de vender a crédito el celular, pero con algunas condiciones, el número es de la empresa  y el contrato de adhesión que se debe firmar contiene cláusulas de retención.
Por ejemplo, el cliente se ve comprometido a comprar por 18 meses el servicio. Ésta es la etapa de enamoramiento, la empresa ofrece el cielo y la tierra en calidad de servicios, jura amor eterno en la atención. Una vez estampada la firma en el contrato, hecho el hold up, la compañía tiene todo para pasar de príncipe a sapo.

Un elemento importante del hold up es que el número del celular pertenece a la empresa. Y dado que la mayoría de los usuarios crea  redes, personales y de negocios, en torno a un número, esto refuerza la retención y aumenta los costos de cambiar de compañía telefónica. Es una barrera de salida.
En este contexto de relación comercial desigual, las empresas bajan la calidad de los servicios y no se preocupan por mejorar la atención al cliente. Para corregir estas imperfecciones de mercado, la experiencia internacional muestra que hay dos caminos:
Generar más competencia a través de lo que se conoce como la portabilidad numérica, que es básicamente que el usuario sea el propietario del número y puede elegir libremente el servicio de cualquier empresa. Es decir,  tiene toda la posibilidad de cambiar de proveedor. En esta nueva aproximación, la numeración es un bien común y no de los operadores.

Esto, sin duda, aumenta la competencia entre las firmas que buscan innovar y ofrecer, tanto mejores servicios como precios. Junto a esto también debe existir portabilidad de aparatos telefónicos. La portabilidad numérica ya existe en la mayoría de los países de América Latina.
 La Ley General de Telecomunicaciones (artículo 52, inciso 5) boliviana también establece esta condición, pero, por alguna razón incomprensible, aún no fue reglamentada.
Por supuesto que la portabilidad numérica no está exenta de problemas. Uno de ellos es que las empresas implementan prácticas de precios diferenciados en los servicios de telefonía móvil, según la red de destino de las llamadas ("tarifas on-net / off-net”). Pues muy bien, la portabilidad numérica también debe ser acompañada de mejoras cualitativas en la regulación por parte de la ATT.  Y éste es el segundo camino para promover competencia.

En suma, la portabilidad numérica y la regulación efectiva pueden ayudar a que los servicios de comunicación sean más sostenibles y satisfactorios.  

Monday, September 29, 2014

La emoción frente al lingote

El siguiente artículo fue mencionando en el debate Presidencial que organizaron los periodistas el 28 de Septiembre 2014.  

Industrialización = especialización o diversificación ? Revisado

La emoción frente al lingote

Hace pocos días entró en operación la planta de Karachipampa, que estuvo parada por casi 30 años. La prensa reflejó el histórico hecho con sendas fotos. La foto que más me impresionó fue aquélla donde toda la nomenclatura del poder actual mira extasiado el símbolo del progreso, el primer lingote de metal producido. 
Por fin el inicio de la ansiada industrialización de los minerales. Cabe recordar que Inglaterra fundió el hierro hace 200 años. Las primeras fundiciones en América Latina datan de los años 30 del siglo pasado. El referido hecho, además de reflejar imaginario de desarrollo del Gobierno, puede tener dos lecturas:
La primera que sostiene que más vale tarde que nunca, que la economía boliviana inició el catching up (el ponerse al día) de la industrialización, agregando valor a las materias primas. 
Se inicia el camino de la convergencia que nos llevará al primer mundo. Desde los balcones sagrados del poder se proclama: vamos bien. Los siguientes pasos serían la siderurgia, el laminado y elaboración de productos más complejos. Es decir, un proceso de industrialización vertical, que a  partir del lingote, en algún momento se llegará al automóvil.
La segunda interpretación es más pesimista y sostiene que esta visión de industrialización oficialista no es la  más adecuada. Esto es reeditar el modelo nacional desarrollista de nuestros abuelitos, que consolida nuestra función de proveedor de materias primas, aunque éstas tengan algo más de valor agregado, en la división internacional del trabajo. Es decir, refuerza la idea de especialización en el sector primario exportador (minerales y gas natural). 
La experiencia internacional muestra que la industrialización de los recursos naturales no genera desarrollo integral. Además, los ingresos de estas actividades son muy vulnerable a los vaivenes de los precios del mercado mundial. Por ejemplo, si el precio de la plata cayera, esto afectaría a toda la cadena del sector.
Esta concepción de desarrollo vuelve a la idea de especializar a la economía  en lo que mejor sabe hacer con un barniz industrializador. A saber,  la producción de minerales con cierto valor agregado, sin cambiar la esencia de la matriz productiva. 
La industrialización de los recursos naturales con integración vertical no rompe con la visión neoclásica del comercio internacional. Cabe recordar que el principio   de la ventaja comparativa  de David Ricardo  establece  que  los beneficios del comercio están en la especialización.
Por estas tierras de Dios, los neorrevolucionarios de palabra y neoliberales de acción nos condenen a vivir de los frutos y tisidas de la Pachamama, aunque ahora en otras formas de productos.
Una visión más heterodoxa y keynesiana de la economía, a la cual me adscribo, sostiene que el desarrollo económico integral y sostenible y, por lo tanto, una inserción mas competitiva en el comercio mundial,  requiere de diversificación productiva en varios sectores y no sólo de especialización.
Bajo este manto conceptual, industrialización es aumentar las capacidades productivas sobre un rango mucho mayor de bienes y servicios. Puesto de una manera más sencilla, industrialización es aprender a hacer nuevas cosas y no focalizarse en aquellos productos que hace muchos años producimos, aunque ahora le demos un poco más de valor añadido, como es el caso de los lingotes en la minería nacional, o de la urea o los plásticos en el sector de gas natural. 
Ahora,  cuando se analiza lo que en teoría se presenta como industrialización vía diversificación, los ejemplos no son muy alentadores. Con gran pompa se presenta una procesadora de almendras, una planta de palmito, de coca y estevia, una empresa de extracción de cítricos, un criadero de peces y lo que se considera el primer paso de la tercera revolución industrial y tecnológica: la ensambladora de computadoras, donde el 100% de los componentes es chino o americano.
Cabe recordar que hace 20 años, el sector comercial informal en Bolivia arma ordenadores marca Chanchito. Y quien no haya tenido uno de estos computadores que tire la primera piedra. 
La ternura revolucionaria frente a los lingotes fue conmovedora. No quiero pensar qué pasará cuando el lingote se convierta en clavo y ensamblemos tarjetas madre de computadores.
Estas acciones pueden tener un alto contenido simbólico y emotivo, pero están muy lejos de un cambio profundo en la base productiva, que genera una diversificación productiva real.
La agenda de la industrialización contemporánea está vinculada a la revolución de la inteligencia, a los cambios de la tecnologías de información y comunicación, y la masificación de la computación;  se basa en energías renovables a base del hidrógeno, redes de distribución de energía eléctrica "inteligentes”, manufactura digital, tecnologías de la información y sus diversas aplicaciones en el computing cloud.Es una diversificación de otra índole. 
Los lugares de esta revolución en curso son los territorios inteligentes. En éstos habitan grupos sociales e instituciones creativas, que son la energía y motores de la economía creativa. 
Ésta puede estar vinculada a la ciencia, la tecnología, el arte, la historia, los medios de comunicación, la cultura, el turismo, los servicios financieros, manufacturas personalizadas, la arquitectura, el entretenimiento, el activismo social, etcétera. 
Además, la revolución industrial moderna puede ser hecha en la base de la pirámide social, beneficiando a los más pobres.


Gonzalo Chávez A. es economista.

Sunday, September 21, 2014

Cocinar es repartir sabor y amor

Cocinar es repartir sabor y amor
El Movimiento de Integración Gastronómico boliviano (MIGA) ha organizado este mes la tercera Feria Tambo. Entre los varios exitosos eventos que organizaron para revalorizar el patrimonio alimentario boliviano, estuvo una cena preparada a ocho manos en el restaurante Gustu de La Paz, a la cual tuve la dicha de ser invitado.  A continuación me permito compartir el menú.
Por supuesto, una buena comida está acompañada con una mejor bebida, por lo que preparé el espíritu con unos coctelitos pendencieros, de esos que jalan la lengua. Comencé con el coctel chankaka, que en realidad era un hielo redondo-mundo, sostenido en la gravedad de un singani macerado con coplas y travesuras chapacas.
La bebida también tenía naranchelo, un licor que resulta de la maceración de la fina piel de la naranja en corajudos alcoholes de origen indefinido. Cerraba el supremo brebaje de la chankaka, una azúcar ni educada, menos aún centrifugada, que le mantiene la rudeza a la caña, y el puré de naranja, que no lo pude encontrar tal vez por que el singani hizo un prematuro efecto.
Bueno, como no podía ser de otra manera, comenzamos el viaje culinario con un aperitivo "bandera nacional”, que juntaba occidente y oriente. Creo que la entrada era de autoría de la chef anfitrión Kamilla Seidler y su equipo: minisalteñas de harina de coca chapareña y revolucionaria con jigote de cachetes de vaca mimada. El sospechoso verde de la salteña no impidió que esté deliciosamente sabrosa en todos sus jugos. El sonso, conocido también como chicle camba,  rebosado en un inteligente queso gratinado, también estaba delicioso.   
A seguir vino la primera mano culinaria. El diestro para matar el hambre fue Rodolfo Guzmán, de origen chileno, dueño del restaurante Borogó en Santiago, el quinto mejor de América Latina. Presentó un crudo de llama atrevido en su sabor y presentación. La llama, como vino al mundo, reposaba sin pudor en una cama de forma de pan, cercada de hojuelas de papa, que más parecían cuchillas de matador.
También se podía sentir un fruto agridulce que no conseguí reconocer. El platillo fue acompañado por una cerveza Blumental Quinoa, que por el cuerpazo que tiene debería preocupar seriamente y, en algunos casos, avergonzar a varias de las rubias del mercado.
Como jugaba en su cancha, Kamilla del Gustu tuvo que extremar recursos, como se dice en la jerga del fútbol,  pero su conejo suave sacó pecho y cara por los ingredientes bolivianos.
La crema de choclo estaba muy buena y el limón tenía un comportamiento ejemplar en el plato. La hierba luisa -a quien no tengo el gusto de conocer, pero dicen que es una princesa- le daba un toque fresco a un conejo que claramente se le notaba que había sido feliz. Tal vez uno de los mejores platillos del Gustu, que por ahora esta en el puesto 32 de los mejores restaurantes de América Latina.
Semejante provocación sólo podía venir acompañada de un ugni blanc de Kohlberg (2012), cuyo único reproche que darle es que fue poco, como en misa de pueblo. 
La tercera propuesta gastronómica tenía la firma de Tomás Rueda, del restaurante Donostia, de Bogotá. Trajo a la mesa una idea de campo, un concepto rústico: una trucha cariñosamente envuelta y cocinada en hojas-sabanas de japaina, como lo hacen varios grupos indígenas en la Amazonía de América Latina.
Acompañaba este plato unas coquetas betarragas que nadaban, sueltas de cuerpo, en un yogurt natural.  El maridaje fue un l’rose, Magnus de 2011, que para mi gusto estaba demasiado dulzón y ácido.
El chef argentino Fernando Rivarola, del restaurante bonaerense El Baqueano, sugirió a los comensales una achojcha rellena con carne de llama, cercada de quesos fundidos de varias texturas.
Al auquénido se le notaba la fibra ancestral, ciertamente forjada en largas caminatas por el altiplano. Las preciosas y sabrosas flores que se arrastraban por la achojcha no fueron capaces de disfrazar la rigidez de la llama. Este platillo me recordó una vieja especialidad gastronómica de Patacamaya: Bife a la James Bond, frío y con nervios de acero. Felizmente, el vino Syrah Uvairenda de Samaipata estaba bueno. Lo que confirmó el viejo adagio que dice: Beberás y vivirás.  
En estas circunstancias, cerrar la cena con el postre era un desafío supremo. Se había producido una inflexión en el tren del deleite y muchos ya estábamos satisfechos. Pero Kamilla sacó un as ganador. Llegó a la mesa una chirimoya helada con caramelo de ají y hojuelas de tomate de árbol. 
La cena a ocho manos había terminado, pero el recuerdo del placer recién comenzaba. Además, mostraba que para hacer una cocina boliviana universal había que ratificar lo mágico de lo local y, como dice Alexta Atala, "no hay grandes platos sin grandes productos”.
Y detrás de platos y productos están los cocineros y los productores agropecuarios, todos ellos actores de un cluster gastronómico que ojalá se consolide en La Paz.

Gonzalo Chávez A. es economista

Sunday, September 7, 2014

Por Decreto Supremo a la Universidad de Harvard

Por Decreto Supremo a Harvard. Articulo ampliado y corregido.  Al final de este coloco 1. La convocatoria del Ministerio de Educación. 2. El Ranking shanghai. 3. Como aplicar para Harvard y ganar una beca de la  universidad en el área de ingeniería 


En la semana que termina, el Gobierno ha anunciado un programa de ayuda financiera para que estudiantes bolivianos asistan a la mejores universidades del mundo. Con bombos y platillos se dijo que nuestros jóvenes irán a Harvard, MIT, Stanford y otros grandes centros del conocimiento. Como es de práctica, en un momento electoral,  se puso  un nombre rimbombante al programa "100 Becas de Estudio para la Soberanía Científica y Tecnológica”. Como no podía ser de otra manera esto me produjo un júbilo precoz por tres razones: dos altruistas y otra de vulgar vanidad. Primero, me alegré porque, tal vez inspirados por los duendes de los votos, los dueños del poder se liberaron de sus burkas ideológicas y decidieron promover la asistencia de nuestros profesionales a universidades norteamericanas y europeas. En el pasado cercano, una forma de insultar a algún parroquiano, que no comulgaba con la religión del proceso de cambio, era acusarlo de haber estudiado en Harvard o el MIT; ambas, supuestamente cunas del neoliberalismo y de la ciencia maligna globalizadora. Segundo, porque esta iniciativa es uno de los caminos para dar un sacudón de capital humano a nuestra economía. La tercera razón más presumida es que en un artículo que escribí en mayo de este año -titulado "Yachay, compañero manta”- propuse exactamente esta idea, aunque con más recursos. Bueno, pero pasado el primer grato impacto y leyendo con más cuidado la convocatoria para las becas, me dí cuenta que  la propuesta está inspirada más en un entusiasmo político que en la realidad. 


El programa es simpático pero completamente desinformado.  Por Decreto se sugiere que con la intervención del Ministerio de Educación, nuestros jóvenes entrarán, por ejemplo, a Harvard y otras grandes universidades. La convocatoria parece copiada de los requisitos para acceder a un cargo publico. Ser boliviano (a), una serie de documentos como notas y promedios, CV, certificando de antecedentes, etcétera. La instancia que elegirá a los beneficiarios del programa de becas será el recién creado Consejo Interinstitucional de Becas de Estudio para la Soberanía Científica Tecnológica (CIBEST), quién tomará un examen. Hasta aquí la propuesta tiene sentido. Los siguientes pasos son surreales y muestran que los que elaboraron la propuesta o no tienen la menor idea de cómo funcionan los sistemas de admisiones de las grandes universidades (que según prestigioso ranking de Shanghái  están en Estados Unidos), o el Gobierno reactivó relaciones con el país del norte y se tiene un convenio único en materia académica. 


Veamos. En el tema del inglés, transcribo literal: "los postulantes deberán hablar fluidamente el idioma inglés, aunque no cuenten con la certificación TOEFL”.  El TOEFL es una prueba que mide el nivel del ingles, y si no cuenta con éste, ¿cómo se sabrá si el candidato sabe el idioma? La cosa se pone más divertida aún, si el candidato no cuenta con este test,  "en ese caso, el Ministerio de Educación será el encargado de gestionar la obtención del certificado de TOEFL”. ¿Es decir, algún funcionario irá a tomar el examen, o existe algún convenio de sólo presentación de buenas calificaciones de un instituto nacional de inglés o el divertido Open English de la TV le extenderá la certificación?  Este es un examen individual estandarizado mundial y no resultado de un trámite institucional. Pero, el rosario de desconocimiento se amplia. "El Ministerio de Educación gestionará el ingreso del beneficiario de la beca a una universidad que se encuentre entre los rankings mundiales”. ¿Quiere decir que funcionarios de esta repartición pública llenarán las extensas aplicaciones en inglés, traducirán todos los documentos del becario, escribirán el ensayo de presentación, o la propuesta de investigación; en el caso de un doctorado, realizarán el levantamiento bibliográfico sobre el tema a ser desarrollado en el PhD, conseguirán tres cartas de recomendación de académicos reconocidos en las diversa áreas, darán el  examen GRE o GMAT por el candidato? Otra vez, la postulación a cualquier universidad que juega en las ligas mayores es individual y no un trámite burocrático. 


Pero agarrémonos de la buena intención y supongamos que no es una demagogia electoral.  Usted, potencial becario no pierda el entusiasmo, haga su aplicación al programa de becas nacional, puede ser uno de los seleccionados, pero  no ingresará a una gran universidad, digamos norteamericana, si es que de manera individual no toma el examen del TOEFL y saca por lo menos 80 puntos, o si en el GRE general o de matemáticas no tiene un récord superior a 800 puntos. En el caso del doctorado, en universidades inglesas, por ejemplo, piden una propuesta de investigación. Las cartas de recomendación también son claves y obviamente no puede ser de su jefe, sino de profesores reconocidos en el área y con contactos en la universidad que se aplica. Recuerde que está compitiendo con miles de postulantes en el mundo, siendo que los asiáticos son los más competitivos. Ahora, si realmente usted es muy bueno y hace una excelente aplicación, no necesita de los recursos del Gobierno boliviano para acceder el PhD en ingeniería y ciencias aplicadas de Harvard o MIT. En la página de estas universidades dice claramente:  All students admitted to our Ph.D. program receive full financial support. This includes tuition, fees, and a cost-of living stipend. Traduccción libre: Todos los estudiantes a nuestro programa de doctorando reciben ayuda financiera completa. Esto incluye el pago de la colegiatura, otras tarifas y una beca para cubrir los costos de vida.


1.http://www.minedu.gob.bo/files/documentacion/convocatorias/2014/BECAS_ESTUDIO_SOBERANIA_CIENTIFICA_TECNOLOGICA.pdf
2. http://www.shanghairanking.com
3. http://www.seas.harvard.edu/audiences/prospective-graduates/apply

Monday, September 1, 2014

EL REVERDECER DE LA NACIONALIZACION

La agenda económica electoral al borde del aburrimiento. La vieja cantaleta de nacionalización y el fantasma cansado del gasolinazo

Después de ocho años de gestión gubernamental y tres elecciones, incluida la que se avecina en octubre, la agenda económica del proceso electoral continúa dominada por el tema de la nacionalización y el destino del excedente de los recursos naturales, en particular del gas natural. Cuando se esperaban propuestas frescas y renovadas en los diferentes ámbitos de la economía y la sociedad, la coyuntura electoral revive el maniqueísmo del rentismo.

Nuevamente la sociedad política se divide entre los vende patria y los héroes nacionalistas, se sobre simplifica la realidad y comienza la prestidigitación de los datos y la manipulación de la información.
Desde la parte de la oposición surge la idea del volver a la fórmula del 50/50 %. Regalo político de bandeja para oficialismo, que sale con la artillería pesada de la propaganda. Es el pretexto perfecto para revivir los laureles de la nacionalización. La denuncia indignada: ¡Se quiere volver al pasado neoliberal! 

Surge el discurso paternalista en torno a los recursos naturales. Se grita a los cuatro vientos que se busca perjudicar a los abuelitos, los niños, la universidades, las mujeres, las regiones; todos convertidos en dóciles beneficiarios de las rentas del gas. Se perderán millones de dólares por la vuelta del viejo modelo del fifty - fifty.

La historia oficial sostiene que después de la nacionalización, el 82% de la renta del gas natural se queda en Bolivia, en cuanto que para las empresas petroleras transnacionales tan sólo resta el 18%.
En el siguiente capítulo de la saga del rentismo, la oposición denuncia que más allá de los impuestos cobrados a las empresas, a éstas el Estado boliviano se les reconocería varios costos de operación y administración. Por lo tanto, las empresas petroleras muerden un pedazo mucho más grande de la torta que el 18%. 

El Gobierno, pescado en una situación incomoda, reconoce que, incluyendo los costos recuperables, la participación del Estado sería de 75%. Los datos son torturados y se ponen al servicios de las causa electorales-políticas.

La información estadística del sector de hidrocarburos pierde su majestad. La propaganda substituye a la realidad de los hechos. Todo vale en el imaginario rentista. En este contexto, alguien podría decir que el 18 o 25% de la renta gasífera, con la que se quedan las transnacionales, sigue siendo un valor muy elevado, especialmente si se compara éste con la rentabilidad que reciben los bolivianos de a pie por sus ahorros en el sistema financiero nacional, que, en el mejor de los casos, no pasa del 6% al año.

Alguien más extremo podría preguntarse: ¿por qué a las inversiones extranjeras se les reconocen ganancias que son tres y cuatro veces más grandes que los réditos que reciben los inversionistas y ahorristas bolivianos? ¿Por qué se produce esta discriminación? La patria rentista se disputa ferozmente los ingresos del gas, en cuanto el pueblo productivo deambula en un desierto sin propuestas de políticas públicas.

Vinculado a lo anterior, vuelve otro viejo tema del desarrollismo nacionalista que también entra al ruedo de la campaña electoral: ¿qué hacer con los subsidios a los hidrocarburos? Las respuestas confunde al electorado. 

Neorevolucionarios atacando las subvenciones con argumentos neoliberales. Los subsidios distorsionan la asignación de los recursos, que enceguecen los precios y que desfiguran completamente los mecanismos de la oferta y la demanda. Es como un cáncer en la economía.
Del otro lado, neoliberales defendiendo los subsidios usando ideas populistas. Las subvenciones a los derivados de los hidrocarburos benefician a los más pobres. Desde estas filas se anuncia una hecatombe política y económica, se viene un gasolinazo. Y frente a la amenaza, de este fantasma tan temido, la respuesta del oficialismo es el anuncio de un proceso de substitución de importaciones bajo el patrocinio de Harry Potter; retiraremos los subsidios pero sin modificar los precios de los derivados de los hidrocarburos y sin producir inflación.

El concurso de magia está abierto en Hogwarts. Produciremos gasolina y diesel nacional a costos muy bajos y así el precio de la gasolina se mantendrá bajo. Ver para creer, pero lo más probable es que el subsidio no desaparezca sino vaya para las empresas que produzcan los derivados nacionales del petróleo. Al calor de la demagogia, a nadie le importa la consistencia técnica de las propuestas.
Como en un museo de grandes novedades, la historia camina mordiéndose la cola, se reviven las viejas epopeyas y la agenda económica se repite, vuelven los viejos trucos. Nada se dice sobre temas como el sistema judicial y el desarrollo económico, los desafíos de construcción institucional y productividad, la diversificación productiva, la revolución tecnológica, entre otros decenas de temas.
Esto no es bueno para el "agárrate cómo puedas” de la coyuntura electoral. El peso pesado de la nacionalización debe derrotar al enmascarado del gasolinazo. El tongo está armado.

Sunday, August 24, 2014

La magia del mercado

La magia de mercado, mi artículo de hoy

Si después de leer el título de esta columna, usted amable lector está esperando una oda a la mano invisible del mercado del viejo Adam Smith o una confesión a quemarropa de neoliberalismo extremo, lamento decepcionarlo. Nada de eso ocurrirá,  porque entiendo que los mercados, fuera de los manuales de microeconomía, son, en su mayoría, imperfectos y, por lo tanto, con muchas fallas. 
Tal vez el que más se aproxima a una situación de competencia perfecta, donde rige la ley de la oferta y la demanda, sea el mercado de los alimentos, las frutas y las verduras, pero incluso en éstos se presentan asimetrías de información entre el que vende un producto y el que lo compra. 
¿Cómo reconocer una buena palta o la manzana más jugosa o la papa imilla más coqueta? Pues, una primera aproximación es entendiendo la magia del mercado. Me encantan las ferias, tambos o mercados donde se transan productos agropecuarios. Durante muchos años, a toda hora, pasaba por el mercado Rodríguez en La Paz, cuando vivía en el barrio de San Pedro. El mejor momento eran las madrugadas, cuando decenas de camiones y camionetas llegaban cargados de olores, sabores y colores. He visitado muchos mercados populares;  siempre que viajo tomo el pulso de la ciudad visitando el lugar donde la gente se abastece de alimentos. 
Ir al mercado es un ejercicio extremo para los sentidos y la memoria. El disfrute de la magia del mercado es algo que se aprende con la práctica. En junio pasado estaba abrumado frente a una montaña de mangos en la feria de la plaza de la Gavea en Río de Janeiro, atónito frente a la abundancia y diversidad. 
¿Cómo comprar un par de mangos? Todos lucían ferozmente deliciosos y la duda me había  provocado una crisis existencial, cuando una amable señora, salida de la simpatía del mediodía, sin anestesia, me dijo en portugués:  a manga se compra pelo cheiro y me entregó un fruto para que lo oliera con la recomendación de que lo comiera en las próximas dos horas. 
El cheiro, el olor era dulzón y claramente transmitía la urgencia de saborearlo. Los mangos más verdes tenían un olor más recatado, una cierta timidez que delataba que recién habían bajado del árbol contra su voluntad. 
También recordé, por ejemplo, que la manzana se la compra con el oído. Se la golpea suavemente con el dedo central y se espera la respuesta. Una bien jugosa confesará su íntima dulzura con una voz aguda. Una manzana arenosa tiene un timbre gangoso y contenido. 
Adquirir una palta también tiene lo suyo y es una operación compleja. Una buena palta tiene un cutis lozano y verde sin puntos negros. Y si uno la quiere para consumirla en el día se le debe tocar el pupu, y apretarla un poquito. Ante la acción, los dedos deben rebotar y la palta debe mostrar la consistencia de los cachetes de un bebé de ocho meses y medio. 
Me encantan los tomates, los que tienen forma de pera y también los bien redonditos. A éstos se los adquiere por la cara que tienen,  y deben mostrar todos los colores de la vergüenza propia y ajena.  Los pintones se guardan para la llajua del día siguiente del ch’aqui. Los rojos amor están listos para la ensalada con lechuga del día. Ambos deben estar firmes como las nalgas de la primera juventud. 
Ya que entraron al baile, las lechugas tiene sus propios encantos;  hay de todo tipo, y éstas también se las compra con los ojos. A una buena lechuga hay que verle las enaguas, que deben resistir una buena sacudida. Las más frescas y ricas necesitan mantener un verde crocante y no lucir ninguna tristeza ni arruga. 
Probablemente  la sandia entera es una de las frutas más difíciles de comprar. Para lambiscarse una se precisa tener oído de bajista de jazz. Se recomienda golpearla como tocando la puerta, debe sonar hueco, como si no hubiera nadie en casa.
Comprar un buen choclo es algo pecaminoso, la única manera de saber si hace una buena huminta es desvestirla y darle un buen pellizco. Sí llora lágrimas blancas es el presagio de un manjar, sí se aguanta y no llora, sólo será bueno para el mote.         
A las buenas naranjas y mandarinas se las conoce a través del tacto. Una cítrico de calidad y alma jugosa cuenta con una piel delgada y sin celulitis. En especial, las más deliciosas mandarinas deben oler a las hojas que las acompañaron en la madurez.    
Las cebollas, sean rojas o blancas, se las conoce por su textura y sus presagios de llanto. Las mejores son aquellas que producen cataratas de lágrimas, pero limpian los ojos y el espíritu.   
Los rabanitos deben ser frescos y alegres. Para descubrir la levedad de su ser, nada mejor que ver su cabellera verde, que debe ser ch’ascosa y rebelde.

De un tiempo de esta parte muchas de nuestras verduras y frutas son extranjeras. En nuestros mercados se oyen acentos peruanos, chilenos y argentinos. Hemos perdido soberanía alimentaria. Los productos de otras tierras tienen otra idiosincrasia, aunque pueden ser muy buenos. Yo siento falta de la sinfonía de olores y sabores de lo nuestro, es decir, tengo nostalgia de la magia de nuestros mercados.

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