Sunday, July 30, 2023

Maldición de los recursos naturales en 4 titulares y una propuesta

 La historia económica boliviana gira entorno a la explotación de los recursos naturales. El patrón de desarrollo extractivista nos acompaña desde la fundación de la República. Los ciclos económicos históricos pueden ser divididos de acuerdo productos mineros o petroleros y se pueden condensar en cuatro titulares.

Titular de la colonia e inicio de la República: Bolivia tiene la mayor reserva de plata del mundo. Con el mineral que se extrae del cerro rico de Potosi se puede construir un puente directo de Potosi a París. 

Titular de mitad del siglo XX: Bolivia es una potencia en estaño. Vamos adelante aceleradamente rumbo al desarrollo, primero, de la mano de los barones del estaño y después de la empresa estatal, la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL).

Titular de los últimos 30 años en el siglo pasado: Bolivia es el centro latinoamericano de distribución de gas natural. Somos la Arabia Saudita de la región Sud Americana. Somos una potencia gasífera.

Nuevo titular, en plena construcción, en el siglo XXI: Bolivia tiene la reserva de litio más grande del mundo. Ahora si nadie nos detiene vamos rumbo a la industrialización.

Cada cierto período de años vuelve la maldición de los recursos naturales. Apostamos toda la plata, el estaño y el gas natural  y seguimos siendo un país envías de desarrollo, al cual, repetidas veces, le da la enfermedad holandesa. Ahora, nuevamente se construye el relato ideológico del mendigo sentado en una silla de oro, pero ahora la silla es de  litio. 

La enfermedad holandesa es una dolencia económica que se manifiesta a través de la apreciacion el tipo de cambio real debido, en un primer momento, al exceso de dólares debido al boom de exportaciones y aumento de los precios locales de los no transables, piense en lo caro que están bienes inmuebles o los servicios en Bolivia. Además, esta enfermedad produce una hipertrofia del comercio. Resultado: sobreconcentración de la economía en la producción de recursos naturales, desindustrialización local por la competencia de las importaciones baratas legales e ilegales, o en casos como el boliviano, inhibición la diversificación productiva. Al final, los dólares desaparecen,  y descubrimos que el espejismo generó un crecimiento económico en base a una burbuja de consumo pero sin desarrollo integral. Así mismo, la enfermedad holandesa provoca prácticas clientelísticas y acciones populistas. Dentro del patrón de desarrollo extractivista, el pendulo del modelo económico va de izquierda a derecha y viceversa.

En efecto, durante casi 200 años de historia ya privatizamos los recursos naturales, los nacionalizamos, los volvimos a privatizar, los volvimos a nacionalizar caminamos en círculos con resultados muy pobres en términos de productividad, diversificación productiva y mejora sociales.

Los políticos de turno, sean de izquierda o derecha, agitan la bandera de los recursos naturales, construyen los relatos políticos salvadores y avivan el rentismo en la sociedad. Agotado el ciclo anterior del gas natural, ahora viene la nueva consigna: Pare de sufrir, ya viene el litio.

Como a lo largo de toda su historia, nuevamente se inflan las expectativas de la gente y se promete la felicidad económica instantánea. Un nuevo producto entra en la colección de ilusiones: el litio, que recibirá la posta del gas en la corrida del crecimiento. Pero como siempre es una riqueza prestada si es que no rompemos con la maldición de los recursos naturales.

Para que esto ocurra, hay que cambiar los sueños de lo que se quiere hacer y no insistir, por ejemplo, con la industrialización de nuestros abuelos, como la sustitución de importaciones. Tampoco se puede hacer la primera revolución industrial, agregar valor a los recursos naturales, con 200 años de atrás respecto a los países desarrollados.

El desafío está pensar en un desarrollo inteligente, inclusivo, verde, cuyo centro aglutinador sea el capital humano. Se trata de construir una nueva visión que entienda que hay una nueva geografía económica en construcción. En la vieja economía Bolivia estaba al lado de Argentina, Chile o Perú. Todo el comercio se realiza por tierra, mar o por tren.

Pero ahora, Bolivia podría tener nuevas fronteras, estar a lado, por ejemplo, de la India, EEUU o Alemania, porque en el nuevo territorio del cíberespacio las cosas han cambiado. Entonces estamos frente al desafío de construir una nueva narrativa del desarrollo, imaginar un nuevo imaginario tecnológico,  productivo, agroindustrial y social.

En este nuevo sueño, el litio debería ser la última frontera extractivista y el primer puente para revolución de los servicios y  la cuarta revolución industrial. Es decir, se tendría que crear, en torno del litio, un cluster, un conglomerado de crecimiento de la economía tecnológica y  de las energías renovables.

No sólo se tendría que vender el litio, hecho batería,  u otro producto procesado, sino otras formas de energía. Pero además se debería atraer al altiplano boliviano nubes del internet, convertirlo en un nuevo espacio del territorio inteligente. En décadas pasadas se soñaba con convertir a Bolivia en el gran distribuidor de gas natural en la región latinoamericana. Ahora el desafío es convertir al país en el hub de la energía renovable, economía digital y creativa.

Que desde Bolivia ahora se distribuyan datos, el nuevo petróleo del mundo, para los vecinos y para varias partes del mundo. Para ello tenemos diversas ventajas comparativas en relación a la ubicación, condiciones climáticas, altura, energía, etc. A partir de ello, Potosí, Oruro, La Paz y Sucre podrían convertirse en polos tecnológicos y no sólo de eso, sino también de economía creativa en base a cultura, historia, gastronómica, turismo, etc.  ¿Se imaginan atraer a Google o Amazon al altiplano boliviano? Que instalen sus servidores a 5.000 metros de altura para aprovechar el frío para refrigerar sus servidores y que les vendamos energía eólica y solar para que funcionen y que desarrollemos polos tecnológicos propios. Que integremos las baterías de litio a estos conglomerados. Que nuestros jóvenes trabajen en estos distritos tecnológicos y desarrollen la cuarta revolución industrial. En el Oriente y valles bolivianos debemos apostar en ser una potencia en alimentos y agroindustria. El próximo titular de la economía debería ser: Bolivia líder en capital humano, vanguardia de los recursos inagotables: las ideas.

Thursday, July 20, 2023

La historia de gas. De la Bolivia Saudita al país Patacamaya

 En el año 2014, Bolivia exportaba 6.600 millones de dólares de gas natural y el Estado recibía renta petrolera 5.489 millones de verdes. Unos años antes, fui invitado a una conferencia mundial de gas natural en San Diego, California. Una experiencia fabulosa y un ejemplo de cómo se debe tratar a un “jeque” andino de la Bolivia Saudita. Recuerdo que ni bien llegado al aeropuerto, no fui como el resto de los mortales, por la manga que comunicaba el avión con la terminal, sino que baje unas escaleras de la puerta del aeronave directamente a una limusina, donde me esperaba, un burbujeante champán y un Macallan 18 años. Por supuesto, en el trayecto tomé una dosis del wishcacho con un hielo redondo de derretimiento lento. 

Llegamos al hotel, tampoco pasé por la recepción como los otros huéspedes, sino que subí directamente a la habitación. Esta era espectacular. Tenía una piscina interna. En ella también me esperaba mi credencial que era de color dorado para el seminario. Después de un desayuno pantagruélico, me dirigí a un centro de convenciones en limusina, donde más de 1.000 personas se aglomeraban para entrar, era un mar de gente, pero con mi credencial el gentío se abrió como el Mar Rojo. Había llegado el nuevo Moisés de Villazón. Nunca había tenido un tratamiento tan excepcional, comprendí lo que significa very important person (VIP).

En un primer momento, no entendí por qué tanta deferencia conmigo, hasta que vi, en la inauguración del evento, el mapa de América del Sur. En este se proyectaba una red de gasoductos que conectaban el sur con el norte, y el este con el oeste del continente. Obviamente, todos estos ductos pasaban por nuestro territorio y recibían nuestro gas natural. Bolivia era el Señor de los Anillos, el centro de distribución de gas natural de la región. El hub de la integración energética. De Bolivia salían gasoductos a Argentina, Brasil, Chile, Perú y Paraguay. En la época, éramos percibidos como la Arabia Saudita de Sudamérica y, por supuesto, como los petroleros pueden no tener alma pero saben de negocios, trataban al profesor boliviano como a un nuevo rico del continente.

Apenas antes de la pandemia, 2019, volví al mismo seminario de gas natural en San Diego. Llegué al aeropuerto. En esta oportunidad nadie me fue esperar. Tuve que tomar transporte público para llegar a un hotelucho, donde estaba en un cuarto al lado de la cocina, la cama del cuarto era de soltero y tenía que entrar, de lado, en el baño para poder caber. Por supuesto, mis credenciales no estaban sobre la cama. En la tarifa del hotel no estaba incluido el desayuno, así que, tuve que comer, eso sí, un delicioso bagel con crema de queso con un jugo de naranja en caja en un camión de comida. Después, me dirigí al seminario también en transporte público. Una vez en este, demoré como dos horas para conseguir mi credencial, después de haberme agarrado codazos con centenas de participantes y adivinen que, estaba en la última fila de seminario con vista parcial de la testera. ¿Porque se había producido, en un lapso de pocos años esta degradación de VIP a nadies?

Nuevamente, en la primera presentación, apareció el mapa del continente. Solo habían dos gasoductos que salían de Bolivia, uno Argentina y otro Brasil, pero, bordeando la región, se habían construido, por lo menos, una decena de plantas de LNG. Bolivia ya no era el centro de la distribución del Gas Natural, al país le habían hecho un loop. Lo habían rodeado de plantas de LNG. Ahora cuando se observaba el mapa habían puntos rojos al borde del mapa que eran plantas de LNG, imaginarse un anillo que rodea al continente. 

En todo este tiempo, en el caso de nuestros compradores, Argentina, por ejemplo, había decidido ir a fondo en el autoabastecimiento de gas natural, invirtiendo masivamente en exploración y construyendo gasoductos, como el Néstor Kirchner. Asimismo, Brasil, optó por la misma política energética, no querían que el vecino lo agarre del caño. Los vecinos habían decidido seguir políticas energéticas y externas pragmáticas, bajo el lema, los países no tienen amigos y sí intereses.

Así mismo, en Bolivia –por talento propio o mejor dicho por falta de inversión en exploración– bajó su nivel de producción de gas natural de 60 millones de metros cúbicos día (MMCD) a menos de 40 MMCD. La exportación de gas natural se había reducido a 3.000 millones de dólares. El Estado sólo recibía 2,298 millones de dólares. En el ajedrez energético del continente quedamos degradados a ser actores muy secundarios, ahora habíamos pasado de la Bolivia Saudita, a el país Patacamaya, el país de tránsito, donde no nos quedaba más que trasladar el gas natural argentino, de Vaca Muerta, hacia el mercado brasileño y nos pagan por el transporte con alfajores. Todo a nombre de la patria grande.

Sunday, July 9, 2023

Caída de las reservas internacionales: ¿Conspiración de opinadores?

 En la semana que termina y después de cinco largos meses el Banco Central de Bolivia (BCB) presentó los datos de las reservas internacionales netas (RIN). ¡Eureka! ¡Gracias a San Lenin! Se escucharon voces entre los agentes económicos, personas y empresas que estaban tomando decisiones financieras y comerciales a oscuras.


!No tan rápido, cara pálida! Los milagros no existen en la revolución. El BCB presentó los datos de las RIN, pero de abril de este año. Entonces esta información es de hace dos meses. Es una fotografía vieja. Cabe recordar que, anteriormente, el banco presentaba estos datos todas las semanas del Señor. Así, las expectativas sobre el tipo de cambio se alimentaban de información fresca y ciertamente, los actores económicos tomaban mejores decisiones a futuro. Nota de pie de página adelantada. La información es un bien público, es un derecho ciudadano. No es un favor de Estado.

Bueno, volvamos al tema de los dólares. Comprenderá amable lector, que dado al ritmo intenso en que se mueve la economía, mucha agua corrió bajo el puente durante los meses de mayo y junio, se aprobó la Ley del oro y la pelea dentro de la hermanad está feroz. Por ejemplo, esta información de las RIN no nos dice si ya se vendieron los lingotes de oro o el impacto que tiene la champa guerra interna en la oferta y demanda de dólares en la región productora de margaritas, el Chapare. Tal vez en agosto lo sabremos.

Pero el informe del BCB beneficia a la memoria corta de la historia. En efecto, sabemos que el total de las RIN bajó de la segunda semana de febrero, que estaba en 3.538 millones de dólares, a 3.158 millones de dólares a finales de abril. O sea menos 380 millones de verdes. Ahora, si tomamos el dato mensual, en enero las RIN eran 3.616 millones, es decir, perdimos 488 millones de washingtones. Contrariando a la más elemental aritmética y a pesar de estas diferencias, el BCB nos habla de estabilidad. ¡No Waway! Las RIN bajaron en un 10,7%. en el primer caso y un 14,5% en el segundo.

Bueno como era de esperar las RIN en oro no variaron pero las divisas, la marmaja constante y sonante, sí bajó de 372,4 millones de dólares a 310 millones de verdes.


Otro dato del informe oficial de las RIN es que, entre enero y abril del 2023, el Gobierno gastó 488,9 millones de dólares de los derechos especiales de giro (DEG) del Fondo Monetario Internacional (FMI). Despotricamos contra la suegra FMI, pero usamos la platita que nos ha asignado sin decir Jesús. La necesidad tiene cara de hereje revolucionario. Eso es lo que había que hacer. No hay por qué sonrojarse. Además, así, lo recomendó el sindicato de los siempre bien ponderados opinadores económicos y otras víboras del pantano neoliberal.

Siguiendo la línea discursiva del pasado, a los malditos opinadores no se les reconoce las sugerencias y sí, se insiste en que la escasez de dólares fue el resultado de un proceso especulativo, alimentado por estos, los voceros políticos y las satánicas redes sociales.

Por supuesto, esta es la vieja estrategia de que, el desandar revolucionario, es una conspiración del empedrado. Pero ni una sola palabra sobre los errores de política económica oficialista y los problemas estructurales de la economía boliviana, que son las causas de los cambios de las expectativas de los agentes económicos sobre la situación de los dólares en los últimos meses. A saber:

En el corto plazo. a) obligar a las empresas estatales a traer sus dólares a Bolivia. Este es un grito tarzanesco de ayuda. No hay dólares, ¡help!. b) Implementación del bono remesas para los bolivianos que viven afuera para que traigan sus dolarachos. Socorro, todo puchito verde cuenta. c) Venta directa de dólares del BCB a la gente. Al emblema de la estabilidad económica, el Banco Central, se le puso en su puerta, el símbolo de la escasez, las filas kilométricas de personas. Hermes se volvió cambista. d) El BCB creó un tipo de cambio preferencial para exportadores. Un claro signo de desesperación. Les pagaremos más por sus dólares.

La escasez de dólares, que el Gobierno insiste es una conspiración de cuatro gatos, eso sí todos de angora, en realidad también tiene orígenes estructurales y de largo plazo. Veamos i) Caída estrepitosa de la renta gasífera. En el año 2014, Bolivia recibía 5.489 millones de dólares, por este concepto, el año pasado esta bajó a 2.289 millones de washigtones, por lo tanto, el Estado dejó de recibir 3.200 millones de dólares. ¡El gas se hizo gas waway! Puro talento de los Chuquiago Boys energéticos que no invirtieron en exploración. ii) Nueve años de déficit público, que en promedio está en torno del 7% del producto, que fue financiado con pérdida de las reservas internacionales. Cabe recordar que el año pasado, los subsidios a los hidrocarburos fueron 1.700 millones de dólares. iii) En el año 2014, las RIN llegaban a 15.000 millones de dólares. Las gestiones de Evo, Áñez y Arce gastaron más de 12.000 millones de dólares de estas reservas, por su puesto, engatusados por los poderes telepáticos de los opinadores.

Una vez más el BCB confirma que las estadísticas son como el bikini y las mallas, muestran casi todo, pero esconden lo principal y que la culpa de la problemas económicos siempre la tiene el mayordomo y el mensajero

Sunday, July 2, 2023

Página Siete y el Diccionario de los Vientos


Este Domingo después de 13 años no tendrán en sus manos el Periódico Pagina 7. Mi columna no se hará presente en la mañana paceña de azul brutal e invernal. Tuve el enorme privilegio de llegar a ustedes, queridos lectores, gracias a un tremendo equipo que decidió construir un sueño de papel, tinta y bites. Desde que comencé a escribir en el periódico siempre sentí un abrazo de libertad enorme de sus trabajadores, periodistas, directores, y directivos. Gracias a raudales a todos, por haberme brindado un nido intelectual desde donde aprendí el oficio más noble de la vida: comunicar ideas. 

Los directores Raúl Peñaranda, Juan Carlos Salazar, Isabel Mercado y Mary Vaca lideraron, este proyecto de periodismo independiente, de manera titánica. Me consta. Doy fe de una enorme resiliencia, creatividad y profesionalismo frente a la canallocracia del poder que siempre acecho desde los callejones del odio ideológico. Tuve la enorme suerte de una relación fluida y afectuosa con Ivone Juárez y Baldwin Montero, los periodistas más cercanos al área de opinión. También tuve el privilegio de interactuar con muchos periodistas. A todo este equipo decirles: Muy buen trabajo, hicieron historia. 

A manera de despedida de Página 7,  se me ocurre hablar de dos temas: 1) Abrir nuevamente el Diccionario de los vientos;  2) preguntarme, una vez más que hago aquí. Es decir: ¿Porque escribo?

El Diccionario de los vientos. En la transición del viejo y nuevo milenio, allá por el año 2000, se realizó un certamen mundial de ensayos de filosofía con una doble pregunta: ¿liberar al futuro del pasado o liberar al pasado del futuro? Estas interrogantes me perseguían en mis noches sin sueño hasta que descubrí el trabajo que ganó el evento mencionado: El diccionario de los vientos de Yvetta Guerasimchuk. La autora sostiene que el vaivén entre el futuro y el pasado es el resultado de la lucha entre los militantes de los vientos (los que aman el cambio, los anemófilos) y aquellos que odian los vientos (los anemofóbicos). Éstos también son conocidos como los guerreros de la quietud, los conservadores de la sociedad, la política y las costumbres.

Me identifiqué inmediatamente con la autora porque soy de Villazón y conozco de soplos, aires, brisas, ventiscas y huracanes. Soy un amante y militante de las nobles causas de los vientos. 

Al abrir el Diccionario de los vientos, en la página 563 se encuentra la entrada: Página 7. Una comarca intelectual de adoradores de los vientos, de la innovación y del compromiso con los lectores. 

En efecto, cada mañana, cuando abría el periódico, sentía agradables brisas de diversidad, de nuevas ideas, de opiniones inteligentes, rachas de crónicas bien hechas y reportajes frescos, y también, de vez en cuando, algunas metidas de pata. Los dueños del poder siempre quisieron encarcelar a los vientos. Pero esto no es posible, porque el equipo de periodistas del periódico son y serán un fresco céfiro de democracia, independencia y primavera. Ciertamente seguirán militando en la causa de los vientos, con más fuerza, en otras latitudes. 

¿Por qué escribo? Hace muchos años, el director del periódico en el que escribía me propuso que mi columna saliese cada 15 días. Acepté resignado, me consolé: menos trabajo. Cabe recordar que uno escribe por amor al arte, no es una actividad remunerada. Pasados unos meses comencé a sentirme medio “rarito”, que es la forma en que los paceños describimos nuestras angustias, desesperanzas, miedos y fantasmas. En un primer momento no sabía qué me ocurría, lo atribuí al cansancio. También tuve la idea de ir a un psicólogo pero me desanimé cuando supe de sus tarifas. Finalmente, me di cuenta de que estaba con saudade (nostalgia) de mis lectores, me hacía mucha falta mi columna dominical, por lo que llamé al director y le dije a quemarropa: “O me pagas un psicólogo o me dejas volver a escribir cada semana”. Me devolvió mi trinchera dominical semanal. Un privilegio que siguió en Pagina 7.

Escribir ofrece una trinchera única para difundir y defender valores, y principios. Es una manera de ejercitar ciudadanía, de hacer política con las palabras. También es una terapia personal y espero, que también colectiva. Mentarle la madre a la nomenclatura del poder o evaluar la economía ayuda a bajar el colesterol, el estrés y mejora la piel. 

Denunciar el autoritarismo mantiene viva la libertad de conciencia y permite buenos sueños. Diluir con ráfagas de humor, los dogmas de la nueva hegemonía, permite mostrar que el populismo chabacano que nos gobierna no es el fin de la historia y, de paso, previene la calvicie. Evitar el secuestro del imaginario colectivo, por parte de los circunstanciales dueños del poder, permite que la gente vuelva a imaginar el futuro y evita la gastritis del disgusto. 

Escribir es un ensayo de la inmortalidad. En estos 13 años Pagina 7 me permitió avanzar en el camino a lo eterno. Seguramente a futuro, los buceadores de la historia y los mineros de datos, encontrarán mis columnas en las nubes de la internet o las bibliotecas y con ellas se harán una idea de qué pasaba con el tipo de cambio, descubrirán de las cosas que nos reíamos, entenderán nuestras preocupaciones sociales y comprenderán el debate sobre la política económica que teníamos en el primer decenio del siglo XXI. 
Es decir, uno escribe para los lectores de hoy, pero así mismo para los curiosos del futuro, para los que discreparán en el mañana e interpelarán nuestras tumbas y memorias por lo que hicimos mal, pero también por nuestros rosarios de aciertos, que con el añejado del tiempo, esperemos que sean muchos. 

Una columna está hecha de palabras, de noches mal dormidas, de hilos de indignación, de miradas extraviadas y mente en blanco, de bocanas de ilusiones, de fronteras del conocimiento y de una perseverancia a veces sacrificada.

Una columna es una ventana a la esperanza que Pagina 7 me permitió abrir de par en par, para lo cual tuve el apoyo de grandes profesionales pero sobre todo de gente buena, es decir, de los amigos y amigas de Pagina 7. Gracias nuevamente. ¿Pararemos de escribir? Por supuesto que no. Seguiremos diciendo lo nuestro desde otros medios valientes e independientes como este y por supuesto en las redes sociales. Seguiremos luchando la libertad de expresión, base de la democracia.

 

La dolarización, pros y contras

Javier Milei, el vencedor de las elecciones primarias en Argentina, tiene como centro de su propuesta la dolarización de la economía para ac...