Lula es el líder político más importante de Brasil.
Nordestino inmigrante, trabajador metalúrgico, líder sindical y finalmente, uno
de los presidentes más populares que tuvo el vecino país. Carismático y
luchador buscó la presidencia de la República desde 1989 y convirtió al Partido
los Trabajadores (PT) en el experimento de renovación de izquierda más
interesante de los últimos 50 años. Durante su gobierno, comandó una rápida
modernización de la economía brasileña y un amplio proceso de inclusión social.
Terminado su gestión salió con una aprobación del más del 80% y colocó a su heredera
política Dilma en el gobierno.
Leonel Brizola, otro político brasileño, llamaba a
Lula de sapo barbudo en alusión a los orígenes izquierdistas y castristas. Pero
Lula, gracias a su persistencia, habilidad política y moderación propositiva se
convirtió en el príncipe de la política brasileña. Inclusive opacando al príncipe
de la sociología mundial, su antecesor presidente Fernando Henrique Cardoso. Tal
era su prestigio mundial que Barak Obama dijo sobre Lula: "This is the guy". Este es
el hombre. El político más popular de la tierra. Terminado su mandato de dos
periodos, Lula estaba en el zenit de la política mundial. Entonces ¿Porqué este
fenómeno de la política ahora está un paso de la cárcel? ¿Porqué se está dando
el proceso inverso de convertir un príncipe en sapo? Pues la principal
explicación está en el veneno mortal de la corrupción que penetro en las venas
del sistema político, empresarial y económico del Brasil.
El año 2002, Lula gana con el 61% de los sufragios, la
mayor votación histórica de Brasil. Entretanto, el nuevo presidente no tenía el
sustento en el Congreso para garantizar la gobernabilidad, por lo que armó alianzas
político partidarias complejas y pragmáticas. Entre los principales aliados
podemos mencionar el Partido Trabalhista do Brasil (PTB), el Partido Progresista
(PP) y varios otras agrupaciones. Todas estas coaliciones crearon estabilidad
política lo que a su vez contribuyó a que la economía brasilera, durante su
gobierno 2003 - 2011, creciera un promedio de 4%. Así mismo contribuyó a que implementaran
políticas sociales novedosas como los bonos, (bolsa escola y familia), el
programa hambre cero y otras que terminaron sacando 30 millones de brasileños
de la pobreza. La presidente Dilma incluyo a la alianza política al Partido del
Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) para dar más sostenibilidad a su
gobierno en el 2011. En una larga
tradición histórica estos acuerdos siempre se habían basado en favor políticos y
repartición de recursos y poder. Con la
llega al gobierno del PT esto no cambio, mas bien se profundizó.
Ya durante el primer gobierno de Lula, surgieron las primeras denuncias de corrupción, como el
Mensalon, que consistía en el desvío de dinero público para
apoyar campañas electorales de los partidos del gobierno y para comprar votos
en el Congreso para aprobar las políticas del presidente Lula. Este escándalo
terminó llevando a la cárcel a varios lideres del PT como José Dirceu y otros
otros políticos de alto nivel. Pero el premio mayor estaba por ser descubierto.
El escandalo del Lava Jato que revelo una alianza mafiosa entre ciertos representantes
de los partidos del gobierno y la oposición con sectores empresariales
vinculados a la construcción y a la producción de carne.
Quiere decir que en cuanto la coalición
gubernamental, liderada por Lula, Dilma y Temer, tenía enormes logros
económicos y sociales, en los sótanos de la política se estaba armando un
mecanismo complejo de corrupción que básicamente implicaba financiamiento de
campañas electorales por las empresas privadas, que una vez que los gobiernos
entraban al poder les devolvían los dineros a través de obras públicas sobre
facturadas. El caso emblemático fue Petrobrás. Se estima que la operación Lava
Jato movilizó 30 mil millones de dólares, el PIB de Bolivia en una año.
¿Cuánto de este esquema era conocido por los líderes
políticos en especial Lula, Dilma o Temer? Es al algo en investigación pero
parece poco probable que no conociera el movimiento de estas montañas de dinero
realizadas por centenas de operadores políticos y empresarios. La élite
política brasilera del gobierno y también de la oposición, por omisión
incompetente o por complicidad delincuencial o por ambas razones, fue
responsable de inyectar en el cuerpo político brasilero el virus de la
corrupción. El caso departamento Triplex, que Lula habría recibido de la
empresa OAS, parece ser la punta marginal de un ovillo gigante de negociados. El veneno de la corrupción destrozo el sistema
político, desmoralizó a la sociedad, profundizó la crisis económica y colocó en
terapia intensiva a la democracia brasileña.
No comments:
Post a Comment