“La crónica del segundo
aguinaldo anunciado” de 2018 es, por decir lo menos, curiosa. El 1 de mayo, el
presidente Morales, asumiendo la identidad de Nostradamus, anunció este
beneficio, dos meses antes del cumplimiento del periodo de cálculo de la tasa
de crecimiento del producto y cinco meses antes de conocerse el dato. Cabe
recordar que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) se toma tres meses
para recoger y calcular la información del Producto Interno Bruto (PIB). Por
ejemplo, la tasa de crecimiento del primer trimestre (enero a marzo) de 2018 la
conocimos sólo en agosto. Cabe recordar el resultado del PIB, que debe ser
igual o superior 4,5% para activar el pago del segundo aguinaldo y considera un
periodo anual que va de julio a junio.
Cuestionados los poderes
clarividentes del caudillo, los sacerdotes del proceso de cambio salen en su
defensa mostrando su arsenal estadístico y econométrico de proyecciones. La
ciencia económica avanzó lo suficiente como para hacer buenas estimaciones,
sostienen.
Bueno, dando el beneficio
de la duda, este puede ser el caso. Pero “no quisiera pensar”, como frecuentemente
dice el líder, que las proyecciones de NostraEvus sobre el PIB en Bolivia... se
obedecen y los datos se ponen al servicio de la reelección y revolución.
Cocina estadística es la
jerga que utilizan los economistas cuando alteran los números para probar sus
hipótesis de trabajo. Ronald Coase, de manera descarnada, decía: “Si torturamos
los datos suficientemente, ellos confiesan todo”.
Con esta preocupación en
mente, veamos algunos hechos y preguntas sobre el Producto. En el cuadro 1. del
documento del INE titulado El PIB trimestral de Bolivia registró una tasa de
crecimiento de 4,44% se presentan 13 actividades (agropecuaria, petróleo y gas,
construcción, comercio, etcétera) que componen el cálculo del PIB a precios
básicos. Estas actividades, para el primer trimestre de 2018 (1T), en promedio
crecieron en 4,44% respecto al 1T del 2017. El crecimiento respecto al 2016 en
el mismo periodo fue de 3,34%.
Ahora bien, cuando uno
observa cada actividad de 2018 en más detalle, se observa que nueve de éstas
crecieron a una tasa menor que la del año pasado. Por ejemplo, en el 1T de
2017, la agropecuaria aumentó en 8,6%, en el mismo periodo de 2018, este sector
creció tan sólo 6,6%. Es decir, de trimestre a trimestre, en realidad la tasa
decreció en 23%. Otras ocho actividades están también desaceleradas; es decir,
crecieron menos que en el 1T de 2017.
La tasa de crecimiento del
PIB de estas nueve actividades, muchas volcadas al mercado interno, fue
solamente de 3,7%, por lo que estos sectores no deberían pagar el segundo
aguinaldo. A rigor, sólo tres actividades fueron las que subieron el promedio,
a saber: establecimientos financieros (de 4,3% en el 1T de 2017 a 6.4% de
2018), petróleo y gas (de -14,1% a 6%) e industria manufacturera (de 2,4% a
4,3%). Los tres sectores que crecieron tienen elevadas incidencias en el PIB;
es decir, pesan mucho en el cálculo. Petróleo 0,33, manufacturas 0,66 y
establecimientos financieros 0,84. En suma, la economía continúa desacelerada
en la mayoría de sus sectores, habiéndose recuperado sólo tres actividades.
Bueno, algún
neorrevolucionario podría decir que el PIB incluye todas las actividades y que
separar nueve sectores no es correcto. Pero no tan rápido hermano y compañero.
Aquí aplico la misma metodología que usó el Ministerio de Economía y Finanzas
en el 1T 2017 para negar la desaceleración de la economía.
Eligió sectores que
presentaba un crecimiento positivo vinculados a la generación de empleo y dijo
que el crecimiento fue 7,2% y no 3,3% porque este resultado no refleja lo que
pasaba en el mercado interno. Usando el mismo razonamiento, podemos afirmar que
en el 1T de 2018, la economía de los sectores vinculados al mercado interno
sólo creció el 3,7%% y no el 4,44%.
Bueno, pero veamos qué
ocurre en los tres sectores líderes de crecimiento del 1T 2018. Me concentraré
en el petróleo y gas, y sólo un breve comentario sobre manufacturas y sector
financiero. El subíndice manufacturas crece sólo por el aumento de la categoría
otras industrias. No pude saber qué incluye esta caja negra. ¡Por favor más
información! Aquí una inconsistencia, los alimentos, bebidas y tabaco, el otro
componente de manufacturas, en realidad cayó en comparación al 1T 2017. El
sector financiero creció en 6,4% en cuanto la cartera del sector subió en un
4%. Esto no hace mucho sentido.
Hidrocarburos dio un gran
salto, de - 14,1% a 6%. Aquí tengo muchas preguntas. En el 1T de 2018 los
precios del petróleo subieron en sólo 63 dólares por barril, pero el grueso del
empuje de los precios se dio en el 2T. Por lo tanto, ¿cuál fue efecto en las
cantidades producidas, de la subida de los precios? ¿En qué mes se reajustan
precios según contrato con Brasil y Argentina?, ¿cómo se dio este salto en la
producción de gas en tres meses? Aquí se necesitan más explicaciones.
Para terminar, la pregunta
del millón en términos de la cocina estadística: ¿estamos frente a un platito
criollo bien servido, un manjar de la cocina estadística nacional? ¿Pusieron al
chancho a los datos y los hicieron cantar “4,5%”? ¿En Bolivia las predicciones
de Nostradamus... se obedecen? “No quisiera pensar” que las estadísticas pueden
ir al calabozo, como la banda que no tocó la diana ante los goles del Jefazo.
Gonzalo
Chávez A. es economista
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