Sunday, April 24, 2011

El lado oscuro de la luna

de poder estratégicos a nivel mundial se transformaron de manera importante.

En el primer caso, la recuperación del crecimiento económico, después de la debacle en los países desarrollados, está siendo liderizada por economías emergentes como Brasil, Rusia, India y sobresaliendo entre todas, China, los famosos BRIC.

Varios países en vías de desarrollo están viviendo un periodo excepcional de expansión económica. Al contrario, el mundo industrializado, a la cabeza de Estados Unidos, sufre serios problemas estructurales (pérdida de competitividad, problemas fiscales y financieros), que le impiden recuperar el dinamismo productivo. Las bajas tasas de crecimiento económico y los elevados niveles de desempleo persistirán aún por varios años, situación que cambiará la participación e influencia de los países desarrollados en la economía mundial.

Por otro lado, y conectado con lo anterior, la geografía del poder también se transforma. Asistimos a una disminución de la hegemonía norteamericana y europea, y al surgimiento de un nuevo polo de influencia, China. El cambio en la supremacía del poder mundial es sólo cuestión de tiempo. A nivel de América Latina, Brasil se consolida como un poder regional muy importante.

Un libro reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID): One Region, Two Speeds? Challenges of the New Economic Order for Latin America and the Caribbean escrito por Alejandro Izquierdo y Ernesto Talvi (marzo 2011) retrata los mencionados cambios en la economía mundial y sustenta que éstos constituyen una enorme ventana de oportunidad para los países de la región.

Según Izquierdo y Talvi, el ajuste de la economía mundial se traduce en tres hechos que están cambiando las tendencias de crecimiento económico en América Latina y el Caribe. 1) En el año 2006, las economías emergentes representaban el 50% del crecimiento de la demanda mundial. En 2010, esta variable subió al 75%. El aumento significativo se concentra sobre todo en el consumo de materias primas. 2) El año pasado, los precios del petróleo, los minerales y los alimentos eran 23,8 y 35% más altos que los niveles de 2006 antes de la crisis. El boom de los productos primarios continua con fuerza. 3) Los costos de financiamiento para las economías latinoamericanas están muy bajos comparados con el periodo pre-crisis. Existe una abundancia de capitales baratos tanto para préstamos como para inversiones. En 2010, el flujo de capitales a la región fue el récord de 266 mil millones de dólares. Por lo tanto, existen mercados, los precios están excelentes y hay dinero para esta región del mundo.

Dadas estas condiciones externas, el libro del BID analiza sus impactos en las economías de América Latina y el Caribe utilizando la metodología de “clusters”. El trabajo identifica dos clusters, uno de economías del tipo brasileña que son exportadoras de materias primas y tienen baja exposición a la demanda de países industrializados, y que además, tienen un enorme potencial para atraer ahorro externo. En el “cluster Brasil” están casi todos los países de Sud América, incluyendo Bolivia. Para ellos los oceános del crecimiento son azules.

El otro cluster lo formarían economías tipo México que concentran sus exportaciones en países desarrollados como EEUU, viven de las remesas internacionales y son dependientes de importaciones de bienes primarios. En este grupo están, además de México, las economías caribeñas, a las que el contexto externo no les favorece.

Ahora bien, el libro de Izquierdo y Talvi sostiene que algunos países del cluster Brasil vienen aprovechando mejor la ventana de oportunidad externa y están creciendo de manera sostenible; sin embargo, otros le están dando la espalda a la bonanza externa, éste sería el caso de Bolivia, en mi humilde opinión.

Aunque ahora no nos situamos en el lado oscuro de la luna de la economía mundial, no estamos aprovechando del gigantesco shock de ingresos positivos.

En Bolivia, las tasas de crecimiento económico de los últimos cinco años, en promedio 4,7%, son muy similares al periodo neoliberal de los noventa e inferior a los años 70, cuando tuvimos un contexto externo muy parecido.

Ser parte del tipo de cluster Brasil nos brinda una fuerte y dinámica demanda por los productos que exportamos y precios fabulosos, pero sólo para contrariar la historia, en el año 2010, Bolivia produjo menos minerales y alimentos que años pasados. Y tampoco aprovechamos la disponibilidad de capital barato que hay en el mundo; de hecho, el flujo de inversión extranjera directa en el país fue uno de los más bajos de la región.

One Region, Two Speeds? Challenges of the New Economic Order for Latin America and the Caribbean ofrece una serie de recomendaciones de políticas públicas que deberían entrar a nuestro debate para que no perdamos la rueda de la historia.

Sunday, April 17, 2011

Conflicto y Crecimiento Economico

Las vías más conocidas a través de las cuales los conflictos sociales afectan el desempeño económico de un país son: 1) A mayor cantidad de huelgas, menor serán los días trabajados, lo que compromete la productividad media de la economía. 2) Las huelgas y bloqueos crean un clima de incertidumbre macroeconómica, política y social, que desestimula las inversiones. 3) Reivindicaciones sociales exitosas capturan rentas estatales dejando menos recursos para la inversión pública.

Según el Observatorio y Análisis de Conflictos Sociales en Bolivia del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES), en el periodo 1970 – 2010 se habrían registrado 13.897 conflictos.

En 40 años de historia económica y social, prácticamente se registró un conflicto por día, este resultado sale de dividir los casi 14.000 conflictos entre 40 años (480 meses), lo que registra 347 huelgas o paros por año, es decir, cada día alguien, en todo este tiempo, estaba protestando con buenas o malas razones.

En la era democrática, la administración del Gobierno de Hernán Siles tenía el récord de huelgas, paros y otros eventos, 1.825, lo que da un promedio de 54 eventos por mes. Cabe recordar que éste fue el periodo de la hi-perinflación que destruyó a la economía boliviana.

Durante la gestión Paz Esten-ssoro hubo 1.180 problemas sociales, resultando un promedio de 24,6. Aquí se inicio el periodo neoliberal.

Paz Zamora tuvo 968 huelgas y movilizaciones, lo que significa un promedio mensual de 20,2.

En el primer Gobierno de Sánchez de Lozada se verificaron 631 conflictos, el promedio mensual fue 13,1.

El Gobierno del general Banzer tuvo 1.364 eventos. Jorge Quiroga 355 y el segundo Gobierno de Sánchez de Lozada soportaron 518 movilizaciones sociales.

El Gobierno de Carlos Mesa también registró una alta conflictividad con 1.042 eventos, lo que arroja un promedio de 52,4 por mes.

La corta administración del presidente Eduardo Rodríguez registró 248 conflictos.

Todas esta información se encuentra detalladamente analizada en: “38 Años de conflictos sociales en Bolivia”, de Roberto Laserna y Miguel Villarroel.

Los datos actuales del CERES muestran que durante la administración del presidente Evo Morales, hasta diciembre del 2010, se habrían registrado 2.973 eventos, es decir 50,4 conflictos por mes, siendo el último año el más conflictivo, con 811.

Este resultado acumulado en más de cinco años de gestión constituye un nuevo récord de problemas sociales desde 1970.

En el primer trimestre de 2011, la intensidad del conflicto social en Bolivia ha aumentado, según cifras preliminares, se han producido 240 conflictos (67 en enero, 91 en febrero y 82 en marzo).

Según otra fuente, la Fundación Unir, sólo en enero del año en curso se habrían registrado 114 movilizaciones. De todos estos eventos sociales, más del 50% están vinculados a medidas económicas, gestión administrativa y situación laboral.

Los conflictos sociales hacen parte de una sociedad democrática, no se trata de negarlos sino de crear una institucionalidad que ayude a mediar las diferencias entre los actores económicos y sociales para que no todos terminen en las calles, entre algunos ejemplos de institucionalidad, sea de carácter organizacional o instrumental, podemos mencionar: consejos de desarrollo productivos con la participación de trabajadores, productores, empresarios y Gobierno; pactos económicos que se traduzcan en presupuestos plurianuales que establezcan metas pactadas de inflación, reajuste salarial, metas de productividad, inversión y empleo; negociaciones colectivas entre trabajadores y empresarios; redes de protección social en casos de crisis.

Monday, April 4, 2011

Un mar de desarrollo

La reivindicación marítima está en el corazón de los bolivianos(as). De sólo mencionarse el tema genera un sentido de unidad nacional único. Colores políticos, discrepancias regionales, brechas étnicas y diferencias sociales desaparecen y generan una energía social potente y movilizadora de apoyo a quien enarbola la bandera del mar. Qué bueno que sería que el mismo tsunami de emociones y voluntades políticas se movilicen en torno de una revolución productiva que busque un mar de desarrollo.

La experiencia internacional exitosa de países que dieron salto significativo en el desarrollo económico y social muestra que éste es un proceso muy complejo. Depende de la combinación feliz de inversión pública y privada, de innovaciones y desarrollo de tecnología, de un mejor y más competitivo capital humano, de cambios en productividad de los factores de producción, del desarrollo de instituciones, de la solución de problemas de pobreza y exclusión, en fin, la lista podría ser larga, pero en todos los casos de éxito de crecimiento económico y social integral se produjo alineación de la sociedad en torno de una visión y objetivos de desarrollo.

Se dio una conjunción de diverso interés, un pacto económico, algunas veces explícito en otros casos no, que desencadenó las fuerzas creativas y productivas de la sociedad. Una especie de tiping point del desarrollo.

La literatura especializada habla de capital social pro-activo o las virtudes de acciones colectivas cooperativas o consensos políticos y sociales. Cualquiera que sea el camino, el hecho concreto es que las economías exitosas comienzan a desarrollar políticas de Estado que se complementan con un dinamismo empresarial fuerte, más aún, se establecen causas nacionales comunes que movilizan a la gente, los empresarios, trabajadores, partidos políticos, regiones, movimientos sociales, gobiernos nacional y regionales. Es decir se crean consensos nacionales productivos parecidos a la energía social que se desencadenan con el tema del mar en Bolivia.

En aspectos institucionales, al igual que en el tema del mar, se podría crear un Consejo Nacional de la Producción que aglutine a todos los agentes del desarrollo y a los mejores técnicos, en diferentes áreas, para que ayuden a desarrollar una agenda de trabajo. Quién debería liderar este Consejo es el Presidente con el apoyo de los ministros de las áreas productivas. El principal instrumento de trabajo debería ser un pacto fiscal de largo plazo que se base en una gestión de un presupuesto plurianual.

Friday, April 1, 2011

!25 mil visitas! Gracias por sus ideas y comentarios

Amigos(as)
Hoy festejamos 25 mil visitas a Villazón Business School. Gracias por su interés en mis ideas, que siga el debate

La dolarización, pros y contras

Javier Milei, el vencedor de las elecciones primarias en Argentina, tiene como centro de su propuesta la dolarización de la economía para ac...