Monday, March 26, 2012

El espíritu emprendedor de las mujeres

Desde 2007, la Escuela de la Producción y la Competitividad de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” (UCB), en el marco de las actividades desarrolladas por el Instituto para el Emprendimiento y la Competitividad, viene estudiando la evolución del espíritu emprendedor en Bolivia. Se han publicado dos ediciones del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) para el país (2008 y 2010). En esta oportunidad comentaré un nuevo trabajo desarrollado por la Universidad : Mujeres y Emprendimiento en Bolivia 2011: Áreas Urbana y Periurbana.. El libro presenta por primera vez resultados que retratan la dinámica emprendedora de las mujeres bolivianas que viven en las áreas urbanas y periurbanas. El trabajo se basa en una muestra nacional representativa de 2.500 mujeres adultas entre 18 a 64 años de edad que fueron encuestadas sobre temas de emprendimiento a mediados de 2011. El sentido común entiende el espíritu emprendedor como el arte de crear nuevas empresas. En realidad, el concepto es más amplio y profundo, se refiere a la capacidad que una persona o colectividad tiene para crear nuevos productos o servicios, y/o nuevos métodos para producir y enviar bienes y servicios al más bajo costo. Emprendimiento es un concepto muy anglosajón, tal vez en el país deberíamos llamarlos agitadores productivos, revolucionarios del empleo, innovadores sociales. Los estudios del GEM Bolivia 2008 y 2010 mostraron que somos uno de los países más emprendedores del mundo. Retrataron miles de acciones de emprendedores nacionales, que sin ningún apoyo de políticas públicas, le dan pelea a la pobreza, pero la mayoría de ellos son emprendedores por sobrevivencia y no por oportunidades. Estos últimos son los más valiosos desde la perspectiva del crecimiento productivo sostenible porque son capaces de convertir una idea creativa en empleo y en generación de riqueza. El libro Mujeres y emprendimiento profundiza el entendimiento sobre el espíritu emprendedor y muestra que las mujeres son un pilar central en la construcción de tejidos empresariales y sus correlatos sociales. Los principales hallazgos de la investigación se organizan en cinco grandes áreas: 1) Percepciones y actitudes hacia el emprendimiento; 2) Actividad emprendedora y motivación para emprender; 3) Aspiraciones de las emprendedoras; 4) Perfil de las emprendedoras; 5) Factores inciden en la dinámica emprendedora de las mujeres. Respecto a las percepciones y actitudes, la investigación muestra que las mujeres enfrentan decididas la batalla del emprendimiento, que en muchos casos es la lucha por la sobrevivencia. El 71% de las encuestadas expresa que iniciar un negocio es una buena opción de carrera. El 57% de ellas considera que poseen los conocimientos y experiencia para iniciar un emprendimiento. Las mujeres más pujantes están en Santa Cruz de la Sierra, El Alto y Cochabamba. El libro también muestra que a la hora de emprender un negocio no existen diferencias significativas entre las mujeres que se autodenominan indígenas y no indígenas. En lo que se refiere a la actividad emprendedora concreta, en el 2011, de cada 100 mujeres en las áreas urbanas y periurbanas, 37 se encontraban realizando algún emprendimiento ya sea en etapa inicial y/o con mayor tiempo de antigüedad. Se evidencia que entre la predisposición para liberar el espíritu emprendedor y la práctica hay una brecha. Otra vez en El Alto, Santa Cruz y Cochabamba, son las ciudades donde mayor actividad emprendedora tienen las mujeres. Ahora, ¿qué motiva a estas mujeres a optar por una actividad emprendedora?, pues mayoritariamente la necesidad. Tanto las iniciantes como las propietarias de negocios establecidos, en la mayoría de las ciudades de Bolivia, aducen este motivo para iniciar este negocio, 43% y 56% del total de mujeres encuestadas respectivamente. ¿Qué pasa con las aspiraciones de las emprendedoras? Pues bien no son muy optimistas. Alrededor del 46% de las emprendedoras no tienen expectativas de crecimiento en los próximos 5 años (no esperan generar ningún empleo), seguidas de quienes sólo tienen expectativas muy bajas (incrementos de 1 a 5 empleos) con el 43.3%. ¿Y quiénes son las emprendedoras bolivianas? El trabajo muestra que las nuevas emprendedoras como las establecidas tienden a desarrollar sus actividades en el sector servicios: hoteles, restaurantes y comercio al por menor (cerca al 80% en ambos casos). Más de la mitad de ellas se autoidentifica como indígenas, nacieron en alguna urbe y son trabajadoras independientes. La mayoría de ellas es casada o vive en pareja. Las emprendedoras nuevas son más jóvenes (25 a 34 años) que las propietarias de negocios establecidos (35 a 44 años de edad), reflejando el fenómeno natural del proceso emprendedor. Los ingresos de las iniciantes tienen mayor probabilidad de estar sobre Bs. 2000 mensuales, mientras que el de las establecidas usualmente son menores a Bs. 2000 al mes. Finalmente, entre los factores que inciden en la dinámica emprendedora se destaca que la actividad emprendedora es percibida por las mujeres como una oportunidad para la conciliación de la vida laboral con la vida familiar, aspecto que a la larga puede afectar la calidad, el tamaño y el desempeño en general de su emprendimiento. El libro comentado tiene más información y hallazgos interesantes que hacen imprescindible su lectura para entender la dinámica emprendedora de las mujeres bolivianas. La investigación fue elabora por equipo de la UCB (Verónica Querejazu, Cecilia Larrea, Marco Antonio Fernandez, David Zavaleta y tuvo el apoyo financiero de Conexión – Fondo de Emancipación).

Sunday, March 11, 2012

La vuelta del Tironosaurio Rex

El Gobierno ha decidido gastar 1.200 millones de dólares de las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia. En un primer momento me entusiasmé con la idea de que estos recursos sean un impulso genuino al aparato productivo nacional, privado y público. Inclusive en un artículo anterior, en este mismo periódico, me tomé la libertad de sugerir algunas ideas de cómo administrar estos fondos y qué actividades impulsar. Pero la lectura del proyecto que crea el Fondo para la Revolución Industrial Productiva (FINPRO) presentado por el Poder Ejecutivo a la Asamblea Plurinacional acabó con mi ingenua esperanza de que se podía hacer algo realmente nuevo y creativo en materia de ingeniería financiera para impulsar una revolución productiva. Lamentablemente, el Gobierno -fiel a su tendencia a la necrofilia ideológica- ha vuelto a una propuesta de gestión de estos recursos impregnado hasta los tuétanos de un viejo estatismo. Para muestra tan sólo un botón. Transcribo el artículo 2 del referido proyecto: “Créase el Fondo para la Revolución Industrial Productiva, con el objeto de financiar las etapas de pre-inversión e inversión de emprendimientos económicos del nivel central del Estado que generen excedentes. Los emprendimientos económicos referidos en el párrafo precedente estarán a cargo de entidades públicas, empresas públicas, empresas con participación mayoritaria del Estado y/o emprendimientos conjuntos del nivel central del Estado y las entidades territoriales autónomas. Los emprendimientos económicos que financie el FINPRO estarán orientados a la transformación de la matriz productiva y necesariamente incorporarán la etapa de industrialización de materias primas, así como de alimentos en el marco de la política de seguridad y soberanía alimentaria”. Antes de comentar el artículo en cuestión, debo manifestar con contundencia dominical que soy un convencido de que, en los tiempos económicos que corren, el Estado tiene una función central en la economía y la implementación de políticas industriales, coordinando y cooperando con el sector privado y en ciertas ocasiones haciéndose cargo de la acción productiva. Pero el artículo 2 del proyecto de ley muestra que el péndulo de la historia no tiene pasos intermedios. Después del neoliberalismo secante de los años 90, el péndulo retorna al otro extremo bajo la tutela de los neo-revolucionarios, es la vuelta total del Estado Tiranosaurio Rex. Según el proyecto de la Ley FINPRO, los 1.200 millones de dólares se gastarán sólo en entidades o empresas públicas o en emprendimiento donde el Estado tenga la mayoría y el control. Bajo esta redacción, todo el rollo de la economía plural queda en la poesía jurídica del cambio. Privados, cooperativas o economías comunitarias no verán un peso de esta montaña de plata. Una redacción alternativa, para que este artículo salga del año 1950 y sea consistente con la propuesta de economía plural del propio Gobierno, podría ser: “Los emprendimientos económicos estarán a cargo de los actores del modelo de desarrollo propuesto en la Constitución, a saber: 1) entidades públicas, empresas públicas, empresas con participación mayoritaria del Estado. 2) Sector privado, economías comunitarias y cooperativas vinculada a temas productivos y que cumplan los requerimientos estratégicos de la política industrial. 3) Proyectos conjuntos entre los diferentes actores del modelo de desarrollo que aportan al aumento de la producción”. El artículo 4 del proyecto de ley se refiere a la administración de los recursos y busca revivir la gerencia de desarrollo del BCB, pero determina que esta instancia sea totalmente dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas. Una alternativa sería que el BCB, en la administración de estos recursos, sea mucho más independiente y su conexión institucional sea con una unidad que dependa directamente del Presidente. De esta manera se daría señalización política clara sobre la importancia del cambio de la matriz industrial y se reforzaría un liderazgo productivo. Además, el Presidente debería apoyar su trabajo en el Consejo Económico, Productivo, Laboral y Social que está constituido por 21 instituciones de la sociedad civil. Es a este nivel que se identificarían “los emprendimientos económicos a ser financiados; únicamente se podrá considerar emprendimientos económicos que cuenten, al menos, con estudios de pre-factibilidad que concluyan que dichos emprendimientos se enmarcan en el objeto del FINPRO”, por supuesto, esta tarea debería contar con el apoyo técnico del otros órganos del Poder Ejecutivo (ministerios de Planificación del Desarrollo, de Economía y Finanzas Públicas y Desarrollo Productivo y Economía Plural). La referencia para los proyectos debería ser Plan de Desarrollo Económico y Social, y las propuestas del Consejo. Esperemos que en esta oportunidad la Asamblea Legislativa no apruebe la Ley FINPRO sin antes realizar un amplio debate sobre el mejor uso de los 1.200 millones de dólares y no sea cómplice de revivir al Tiranosaurio Rex estatal. Aquí presentamos algunas ideas, pero ciertamente se debe oír a los actores productivos del país. Otro tema polémico es la devolución o no de estos recursos al Fondo. No podemos perder la oportunidad de realizar una verdadera revolución productiva sobre la base de un nuevo tipo de acción estatal que se complemente con el sector privado, las unidades productivas tanto del campo como de las ciudades. Gonzalo Chávez A. es economista. Imprimir Enviar Derechos

La dolarización, pros y contras

Javier Milei, el vencedor de las elecciones primarias en Argentina, tiene como centro de su propuesta la dolarización de la economía para ac...