Friday, August 28, 2009

"Lo estamos haciendo tan bien o mejor que los neoliberales”

A lo largo de los años 80, estaba de moda la macroeconomía. La mayoría de mis alumnos querían hacer estudios sobre la inflación, el tipo de cambio, la política fiscal, monetaria. Era una verdadera coqueluche de agregados macroeconómicos. A mediados de la década de los noventas surgieron críticas sobre esta aproximación de la realidad económica. Era muy general, abstracta, brindaba conclusiones precarias, no refleja los problemas reales del aparato productivo del país. Mucha gente comenzó a abogar, con toda razón, que era el tiempo de microeconomía, es decir, había que estudiar, analizar y diseñar políticas públicas vinculadas con la productividad y competitividad de nuestras empresas pequeñas y grandes. Además había que: i) entender las características del mercado de trabajo, ii) analizar los potenciales y restricciones de las unidades productivas campesinas, iii) evaluar los impactos y alcances del sector informal, entre otros temas. Durante todo el periodo neoliberal, los análisis se habían concentrado en el bosque y descuidado el estudio de las características de los diversos árboles de la economía y, en particular, de los frutos de empleo que éstos podían dar.

El objetivo de la política pública era colocar los indicadores macroeconómicos en orden y en un segundo momento promover reformas estructurales también agregadas, a saber: reforma de la educación, del poder judicial, privatizaciones, etc. Hechos estos cambios de arriba hacia abajo, emanaría naturalmente, la producción de riqueza y mejores condiciones sociales. Arreglada la casa macroeconómica, se esperaba que los actores económicos y sociales hagan su trabajo de mano del mercado. En este periodo, además había una supremacía de lo económico sobre la lectura social. Nada de esto funcionó como se había previsto. La sobre dosis de lecturas y prácticas demasiado anclada en el análisis macroeconómico fue contraproducente.

Con la llegada al gobierno del Presidente Morales se esperaba una inflexión en muchas áreas y prácticas. Una de ellas era en la forma de ver los desafíos de la economía boliviana. Se había prometido una revolución microeconómica, la propuesta central era desmantelar el neoliberalismo, como organización económica y por lo tanto, focalizarse en la microeconomía de la pobreza y la producción. Lamentablemente, este cambio de enfoque aún no ocurrió. Predomina en el debate nacional la mirada macroeconómica, tanto del lado oficialista como opositor. Reconozco que muchas veces he caído en mis análisis en estas prácticas generalistas. De un lado, el gobierno se empeña en mostrar que la inflación, el crecimiento, las reservas internacionales, el superávit fiscal son sus mayores conquistas, parecen decir que en estos temas “lo estamos haciendo tan bien o mejor que los neoliberales”, usando sus mismos argumentos como instrumentos.

Sunday, August 23, 2009

Qué pasará en el sistema financiero?

El año 2008 fue muy bueno para el sector financiero, en especial para la banca y obviamente, de taquito, para las personas que confiaron en el sistema. Los bancos ganaron 144 millones de dólares de la mano del Estado. Fiesta en la patria rentista al son de las operaciones de mercado abierto del Banco Central de Bolivia (BCB).

El año pasado, las exportaciones superaron los 7 millones de verdes, las remesas internacionales llegaron a mil millones y por vías ilícitas entraron muchos más morlacos. Llovían dólares en la economía que, convertidos en bolivianos, amenazaban desembocar los ríos de la inflación. Siguiendo el manual del buen neoliberal revolucionario, ave rara que sobrevive cómoda en el grueso árbol del poder, había que secar esta liquidez, para eso el BCB puso sus títulos (papeles o bonos) en la cancha a tasas de interés muy elevadas, por lo tanto atractivas. Mucha gente, bancos y personas, ganó una buena platita fácil con el proceso de cambio. Las malas lenguas decían que la otrora poderosa y opositora Asoban se había convertido en la célula oficialista. Billetera mata galán y también ideología, se escuchaba en los pasillos del poder.

¿Pero, qué pasará ahora que el maná de los recursos externos será menor? ¿Podrán los bancos ganar dinero sin el patrocinio gubernamental? ¿La caída de las tasas de interés, por fin, despertará los espíritus animales de nuestros escasos empresarios? ¿Qué pasará con el sistema financiero en el segundo semestre del 2009 y el próximo año? ¿Continuará el romance entre banqueros y revolucionarios? ¿Alguien interferirá en este amor prohibido entre pitucos y proletarios?

Para responder, parcialmente, esta avalancha de interrogantes debo ametrallarlos con algunas ráfagas de hechos; perdónenme, pero debo ir al grano, como recomienda el dermatólogo, no me queda otra. Así que ahí les va:

1) Los bancos están sólidos y llenos de plata. Además, según las encuesta del Grupo Mori registran un índice de aprobación mayor que el Gobierno. En torno del 64 por ciento la gente cree que hacen un buen trabajo, a la administración actual la aprueban con 48 por ciento. Con estos antecedentes podrían inclusive armar un partido político y les iría mejor que a los opositores. Pero cuidado con desencadenar los celos del oficialismo.

2)Las tasas de interés pasivas que pagan los bancos a los depositantes están por los suelos, en Bolivia y en cualquier parte del mundo, si esto les sirve de flaco consuelo. Con suerte, las entidades financieras están pagando 3 por ciento al año en dólares y no más de 5 si la aplicación está en bolivianos. Al contrario, los intereses que hay que pagarle a los bancos (tasas activas), cuando uno se presta dinero del banco siguen altos, aunque han bajado un poco. En washingtones en torno de 9 por ciento y en bolivianos, 12 por ciento. La diferencia entre ambas tasas, pasiva y activa, es alta. Los bancos aducen que tienen que cubrir con este spread, elevados costos administrativos, esto puede ser cierto en caso de bancos que tienen muchos clientes, agencias y préstamos. Pero no es cierto para otros, que están ganando con sólo mantener el letrero en la puerta del boliche.

3) El BCB ha parado con sus operaciones financieras. En el año que transcurre sospechosamente presuroso, los ingresos de nuestra economía bajarán entre 20 y 30 por ciento, ya no hay avalancha de dólares que contener. Ahora, la política monetaria es contra-cíclica. En teoría tendría que ayudar en la reactivación económica. Pero en el país no es solamente el valor de la tasa de interés la que determina la inversión privada; también restringen el desarrollo empresarial la incertidumbre política, la inseguridad jurídica, la ausencia de largo plazo, y la falta de políticas industriales que incentiven al sector privado.

Friday, August 14, 2009

Partido obrero telúrico de los honestos

Ante la proliferación de candidatos, unos amigos de mi barrio de Villa Pabón en La Paz, han decido fundar un nuevo partido político, el Potho (Partido obrero telúrico de los honestos). Según su vocero, el Percas, esta agrupación sustenta sus ideas en una lectura profunda de la realidad nacional, tiene una línea muy clara, no discrimina ni por género ni edad, no le teme al montículo del poder y no posee ningún vínculo con el pasado. Además es un partido, que tien la ventaja de que todas las personas tienen el símbolo en el medio de su cuerpo. Entre los objetivos de este partido están poner una raya muy clara al desempleo, la inseguridad ciudadana y la división del país. Para los intelectuales de este nuevo grupo, las sociedades no se dividen en clases sociales, castas, regiones o etnias; lo que fragmenta a los conglomerados humanos tampoco son las diferencias en los ingresos o riqueza. Las sociedades se dividen por el color que tienen las personas al final de la espalda. Cabe recordar que Charly Marx, en su conocido libro “La Ideología Alemana”, sostenía equivocadamente, que las clases sociales se definen según los modos de producción. Según, los capos del barrio, ahora se sabe que las condiciones objetivas de las relaciones de producción están determinadas por la pigmentación de la piel de la cola y su morfología. Un estudio hecho en el barrio y a nivel internacional determino la siguiente clasificación. En el mundo hay culitos blancos, verdes, estreñidos, morenos, bronceados, amarillos, pálidos, canela y negros. También los hay empinados, cachetones, planos, caiditos, rechonchos, batanes, tipo sandía, lozanos, flacuchentos, gelatinosos, tipo pera, y algunos excepcionales. Es este contexto tan diverso, complejo y de múltiples voces que el POTHO, se convertirá en el único instrumento de unión entre todos los pompis del planeta, sostiene su líder, el Orejas.

El sociólogo Max Weber afirmaba que las clases sociales estaban asociadas al acceso de los individuos a bienes disponibles en el mercado. La sociología del nuevo partido ha descubierto que en realidad Weber se refería al mercado de las nalgas. Así mismo, el sociólogo alemán debería avergonzarse por no haber visto que el problema de las sociedades modernas no está en la burocracia, sino en la culocracia. Es decir que las democracias contemporáneas sólo funcionan con culocracias eficientes y no con traseros que sólo van a calentar en asiento a sus cubículos. Por lo tanto, para no hacer el ridículo, se requiere una reforma institucional que busque la eficacia de las petacas.

Según, los cuates de la Villa, Bourdieu, un sociólogo contemporáneo, relaciona la categoría analítica-conceptual de clase social a las posaderas. Libros y fascículos inéditos del autor revelan un descubrimiento fascinante. El animal que camina vertical tiene el orto en el medio y esto también determina su posición política. Culos oligárquicos generalmente son más altos, son más grandes y se sitúan cerca a los hombros, lo que les permite estar mas cerca del cielo y más lejos de la realidad mundana. También existen las colas revolucionarias, hechas para aguantar largas reuniones y discursos de 15 horas del jefe, obviamente son a prueba de forúnculos. Más aún esta categoría tiene la pretensión de considerarse el único vehículo del cambio. Los traseros más bajos corresponden a sectores sociales que trabajan muy duro y están muy próximos al suelo.

De acuerdo, a los taitas del grupo, y en una lectura socio-antropológica, la oligarquía tiene la cola blanca y su habitáculo natural son los latifundios. El proletariado la tiene roja por opción ideológica y por los golpes que le da la burguesía. Las posaderas originarias, también conocidas como vernáculos, son multicolores. Las clases medias, por su posición ambigua y porque sólo se mueven en círculos elitistas, tiende a tener el culito amarillo.

En el ámbito político, también existe un arcoiris de rabos que reflejan diferentes opciones ideológicas, se tiene, por ejemplo traseros rosados que generalmente tienen una apariencia lozana, pero son campeones en colocar obstáculos y manejar muy bien el cálculo político. También están los culitos azul y blanco que son sanforizados y no se ponen rojos bajo ninguna circunstancia, ni cuando los pescan con las manos en las masas. Son maestros del gesticulo y campeones en montar espectáculos de propagandas.

Dado que es muy difícil mirarse el propio trasero, obviamente la filosofía que comentamos, cuenta con un respaldo empírico sólido y profundos estudios de campo. Por lo tanto, no se extrañe, amable lector, que un día militantes del Potho toquen su puerta queriendo censar más colitas y así aumentar la muestra que respalde este histórico hallazgo sociológico.

Pero en la ciencia como en la política es siempre bueno recordar el viejo adagio que dice: no te fijes en la paja del traserito ajeno sino en la viga que tiene en el tuyo.

La oposición nacional o regional si no quiere hacer el ridículo, en estas elecciones, debe crear un músculo político sólido y formar un frente único, caso contrario será vencida por el Potho , el partido que nunca se divide. Espero que este artículo los llame a la reflexión, caso contrario estaremos frente al crepúsculo del futuro. Mis amigos de la Villa, están muy embalados con su proyecto y se sienten que son el hoyo del queque, y creen que cualquier alianza debe darse entorno de ellos. Esto no es una locura, es el signo de los tiempos, fragmentación, mezquindad, carencia de ideas, por lo tanto que no nos extrañe que, en estas elecciones, a la oposición les vaya como al orto, (oligarquía retrograda, torpe y opa).

Sunday, August 9, 2009

Espejito,... Espejito

Este 6 de agosto el presidente Evo Morales hizo un informe a la nación. Nos concentraremos en el análisis de los llamados logros económicos del Gobierno. Como toda administración, adoptó una máxima muy conocida en los círculos del poder: “Todo lo que no es espejo, es feo” (Caetano Veloso). El discurso resaltó temas como crecimiento económico, los bonos, la inversión pública, el superávit público, las reservas internacionales, entre otros temas. Es saludable que en un periodo donde existe una supremacía exagerada de la política y se inicia un periodo electoral, se hayan tocado temas económicos.
Pero vamos por partes como recomienda el descuartizador revolucionario. En los tres años y medio de gestión, en términos de crecimiento económico, los dos primeros, 2006 y 2007, registraron tasas de crecimiento del PIB bonzai, en torno del 4,6%, como en los últimos cuatro años. Aquí nada nuevo bajo el sol, alguien podrá argumentar que el proceso de cambio todavía no estaba dando frutos y esto es aceptable, pero también cabe recordar que fueron los años de mayor bonanza externa. No se aprovecho lo suficiente el periodo de vacas gordas, como lo hicieron países vecinos. El ejemplo antipático para el Gobierno es Perú, cuya economía creció por encima del 8 por ciento. El 2008, el crecimiento económico fue del 6%, esto sin duda fue extraordinario y se debió en gran medida a la fuerte inversión en el sector minero, en concreto, el Proyecto San Cristóbal que está en gestación desde hace 10 años. El medio año del 2009, el crecimiento está en torno del 2%, en este periodo habrá una desaceleración importante del crecimiento. El consuelo oficial es que este resultado es bueno si comparamos con las recesiones de nuestros vecinos. Ok, el agua está cerca de la barbilla, pero aún puede que hasta fin de año pase una motosierra a la altura de la rodilla. Resta la esperanza que el Gobierno gaste e invierta mejor en los próximos seis meses, tiene el incentivo de los votos de diciembre.

Entre otros éxitos resaltados de la gestión de gobierno está la inversión pública, ésta evidentemente ha aumentado. Este incremento de la inversión pública tiene que ver con la mayor cantidad de recursos que obtuvo el Gobierno y el cambio de la orientación de la política económica, que ahora apuesta a una mayor acción del Estado. La pregunta central es saber cuál fue la calidad de la inversión y su impacto en el desarrollo productivo y social. No tenemos todavía datos que evalúen el camino recorrido. Dados los conocidos problemas de gestión, reconocidos por el propio Gobierno, no hay mucho margen para el entusiasmo. Aquí nuevamente nada nuevo, este es un problema estructural que arrastramos hace muchos años. Para muestra un solo botón. En el 2009, se ofreció 1.800 millones de dólares de inversión pública, a junio del año en curso sólo se había ejecutado l5% de valor.

El informe del Presidente no mencionó la situación de la inversión privada, nacional y extranjera, que en el periodo de referencia se contrajo al ritmo que aumentó la inversión pública. Hubo un proceso sustitutivo que no es ideal. En realidad, para que Bolivia tenga un crecimiento mayor al 8%, así pueda salir más rápido de la pobreza, la inversión pública y privada debería estar en torno de 3.500 millones de dólares por año. Los ahorros públicos, como máximo, dan para la mitad, el resto deberá venir del sector privado. Entender esta aritmética sencilla es fundamental para pensar en tasas de crecimiento verdaderamente revolucionarias.

En términos de política social, el informe mostró los logros de los bonos Juancito Pinto y Juana Azurduy. Sin duda, estas transferencias de recursos para grupos vulnerables son muy positivas. Éste es un real logro de la gestión de Morales. Además, en momentos de crisis es una especie de keynesianismo popular que reactiva la demanda agregada desde la base de la pirámide social. Desde hace más de 10 años, esta columna ha sugerido políticas como ésta y es bueno que se las estén implementando como en el resto de América Latina. Como una innovación, me gustaría ver que estas transferencias estén más ligadas al desarrollo productivo. Un gran ausente en el informe fue el tema productivo. Lamentablemente, el Gobierno no pude decir nada sobre asuntos como: desarrollo industrial, diversificación y ampliación de mercados externos, cambios tecnológicos, exportación de servicios, lucha real contra la pobreza y, sobre todo, empleo, porque no tiene nada sustantivo que presentar. En estas áreas aún no llegó el cambio

La dolarización, pros y contras

Javier Milei, el vencedor de las elecciones primarias en Argentina, tiene como centro de su propuesta la dolarización de la economía para ac...