Monday, June 27, 2011

El FMI, las Gallinas y las Suegras

La evolución de la economía boliviana recuerda al vuelo de la gallina. Bueno, es mucho decir que estas aves regordetas vuelan. En realidad corren, aletean, dan pequeños saltos y en algunos casos se levantan del suelo unos centímetros por breves segundos y nada más. El crecimiento económico bonsai del periodo neorrevolucionario, que en promedio se sitúo tan solo en 4,5%, a pesar de un fabuloso contexto internacional, es una prueba del vuelo gallináceo de nuestra economía. Pero en el gallinero, estas coquetas plumíferas posan como si estuvieran volando como cóndores. Pero esta pose solo se la creen algunos gallos, que en realidad tienen otras intenciones, y los analistas del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El último staff  reporter del FMI  de junio de este año es una prueba de que este organismo internacional sigue con una visión conservadora de la economía aunque ahora ha desarrollado técnicas de camaleón. En la jerga popular, la suegra del FMI sigue siendo la misma  aunque se dice menos metiche y se presenta como una tía mansa que busca pasar desapercibida. Además, ahora tiene una miopía oportunista, ve cóndores donde solo hay la misma gallina de antaño. También, como en el pasado, su análisis se concentra en los resultados macroeconómicos de corto plazo y ve logros económicos donde en realidad hay espejismos y burbujas de consumo. Concentrémonos en dos puntos del referido reporte.

En el corto plazo, el Reporte del FMI recomienda al gobierno que la política macroeconómica debe buscar un regreso a una inflación más baja, políticas monetarias contractivas para subir las tasas de interés e insiste en seguir apreciando el boliviano respecto al dólar. Esta es la  vieja receta neoliberal conservadora que impide la diversificación productiva. Ahora bien, el problema no es que la vieja cacatúa del FMI siga repitiendo lo mismo, lo preocupante es que las autoridades económicas actuales sigan estas recomendaciones, cuando habían prometido cambiar el modelo de gestión económica. La suegra FMI debe estar chocha de la vida, porque sin cocachear al nuero, ni presionarlo con el dinero, este sigue sus sugerencias, además, feliz como una lombriz,  poniendo cara de revolucionario.

Un verdadero grito de libertad frente a la antipática suegra del FMI sería que la gestión macroeconomía abandone su sesgo  financiero, que se sobreconcentra en la estabilidad de precios y que, más bien, se sintonice con una revolución productiva. Es decir, optar por  el concepto de estabilidad macroeconómica que recupere su vena keynesiana, que implica una combinación de equilibrio interno (pleno empleo, mejor distribución del ingreso, crecimiento económico estable e inflación baja) y externo (balanza de pagos equilibrada). Además, como sostiene el economista José Antonio Ocampo, las políticas macroeconómicas deben ampliar sus objetivos e incluir múltiples dimensiones,  y volviendo no solo la estabilidad fiscal o de precios, sino también la evolución del producto, las relaciones de endeudamiento sostenibles, balance público – privados saludables, moderadas tasas de interés de largo plazo, tipos de cambio competitivos y lo más importante, retomar el objetivo keynesiano final: el pleno empleo. Este enfoque permitiría avanzar en la generación de un entorno macroeconómico más democrático y flexible para los diversos agentes económicos y sociales que generan el producto.

El Reporte del FMI también recomienda el fortalecimiento de la política fiscal desmintiendo al gobierno, que había anunciado un déficit del 5% del PIB, un cucu  que sirvió para hacer retroceder varias de las reivindicaciones sociales, pero que según el FMI, en el 2011, en realidad registraremos un superávit entre 0,7 y 2% del producto. Y dado que la bonanza externa continuará, recomienda administrar mejor la riqueza de hidrocarburos y evitar el gasto público pro cíclico.  En buen romance esto significa que, ahora que los bolis tienen mosca, que no le casquen y más bien que guarden la marmaja para las épocas malas. La suegra del FMI no cambia, sostiene que la plata está hecha para guardarla y que el país siga endeudándose, a tasas de interés más elevadas, prestándose de otros organismo internacionales, como el Banco Mundial (BM). Ahora que Bolivia es un país de ingresos medios debe pagar más intereses y sentarse a contemplar sus reservas internacionales. Aquí, una ruptura con la segunda madre implicaría usar parte de las reservas internacionales para la creación de  fondo de desarrollo productivo para apoyar una diversificación del aparato industrial.

En los pasillos de la historia económica se cuenta la siguiente historia: El primer día Dios creó el sol y el demonio creó las tinieblas. El segundo día Dios creó el sexo y en  respuesta, el demonio creó el matrimonio. El tercer día Dios creó una suegra, el BM. Esto fue un golpe para el diablo, pero, al final, después de pensarlo mucho, creó una segunda suegra, el FMI. En el cuarto día, la Pachamama creó a los economistas del MAS, para que tengan dos suegras y vivan felices debajo de sus faldas, creyendo que están haciendo una revolución.  

Sunday, June 19, 2011

Socialismo Chuto

La legalización del contrabando de autos chutos es un ejemplo de libro de texto de las serias distorsiones que enfrenta la economía boliviana y la muestra de una inconsistencia ideológica gubernamental que busca mostrar cambio económico donde, en realidad, sólo se ve más de lo mismo: un viejo capitalismo de Estado navegando en un mar de informalidad.

En este domingo que casi abre el invierno, adoptemos una perspectiva microeconómica en el análisis. La nacionalización del contrabando de autos chutos ilustra dos fallas de mercado muy conocidas en la literatura especializada: las externalidades negativas y la asimetría de información.

En la economía se presenta una externalidad cuando las decisiones de un productor y/o consumidor tienen efectos colaterales sobre terceras personas o empresas. La contaminación de un río por parte de una empresa, donde también pescan la población para sobrevivir, es un típico caso de externalidad negativa. La vacunación de las personas tiene un impacto efectivo sobre toda la colectividad, evitándose epidemias. Este es un ejemplo de externalidad positiva.

El ingreso masivo de automóviles usados al parque automotriz generará un conjunto de externalidades negativas, a saber: aumento de la contaminación medioambiental, caos vehicular, transporte público inseguro e incremento del tráfico en las grandes ciudades del país. Transitar por nuestras principales calles será una verdadera tortura y una actividad cada vez más insalubre y peligrosa.

Cuando existe una externalidad negativa, el costo social, medido en enfermedades pulmonares y respiratorias, pérdida de tiempos en las calles y accidentes, es mucho más alto que el costo privado de cada nuevo conductor que circulará en su carro chutito.

Además, al costo social mencionado hay que sumar el costo fiscal del subsidio a la gasolina. Más automóviles circulando, mayor el consumo de gasolina subsidiada, más fuerte la presión sobre el déficit público. ¿Cómo se soluciona un tema de externalidad negativa? Los nuevos dueños de automóviles chutos deberían internalizar los costos de la contaminación, los peligros de accidentes y el mayor tráfico provocado. Deberían hacerse cargo de estos problemas, efectivos y potenciales, a través de una solución privada y/o pública.

En el primer caso podrían tener un ataque de conciencia y asumir una actitud pro-medio ambiente. Circular poco en sus automóviles o instalar filtros anti-contaminantes en sus carros chutos. En la actualidad la salida privada no existe. En la segunda opción, el Gobierno podría colocar controles a los niveles de contaminación, regular la circulación de carros y/o colocar impuestos a los nuevos automóviles nacionalizados en la amnistía oficialista. Tareas de políticas públicas complejas que no cuentan ni con la voluntad política ni la institucionalidad necesaria. Al final del día, esta externalidad negativa tendrá un costo social que lo pagaremos todos los ciudadanos con el deterioro de nuestra salud física y mental.

El blanqueo de autos chutos también agudizará otra falla de mercado que se produce por asimetrías de información entre compradores y vendedores de automóviles usados.

Si alguna vez compro un bólido de segunda mano, recordará que el vendedor siempre le dice que el auto está casi nuevo. Que en Corea, de donde lo trajeron, lo manejaba una viejecita que sólo lo sacaba los domingos, que tiene poco recorrido, que esta flaman. Usted vera el carro brillando, algunos más desconfiados buscaran la opinión de algún mecánico que lo revisará superficialmente. Y salvo que se pague una fortuna para un diagnóstico profundo, realizará la compra en situación de desventaja.

El vendedor de carro tiene mucho más información sobre el estado del carro, la legalidad, la manutención que se le hizo, los choques que tuvo y otros aspectos técnicos. El comprador enfrentará mucho riesgo al comprar un carro usado. Enfrentará un problema que técnicamente se conoce como selección adversa, le ocultarán información.

Debido a esta falla de mercado, los autos de mala calidad, la mayoría chutos, terminan expulsando a los de buena calidad en el mercado, lo que resultará que el intercambio de carros no sea de beneficio a las partes.

En el parque automotriz prevalecerán demasiados automóviles chatarra. Los únicos automóviles que se encuentren en el mercado serán de mala calidad, lo que colocará en riesgo a los ciudadanos que usan transporte público que a su vez usan carros chutos y a los ciudadanos que se ven obligados a conducir transformers.

¿Qué hacer frente a esta falla de mercado? El Gobierno nacional o local podría regular la compra y venta de autos de segunda mano, además debería hacer controles técnicos periódicos, que como se sabe en Bolivia la supervisión de los autos, camiones y minibuses es un saludo a la bandera. Resultado final, un parque automotriz chatarra, aumento de los accidentes y pésimos servicios de transporte público.

Los problemas de externalidades y asimetrías de información se presentan con más fuerza en economías que apuestan a un capitalismo salvaje sin fronteras basados en enormes sectores informales. Un capitalismo estatal y de camarilla que se ocupa de la gestión prebendal de los recursos naturales, pero que es muy pragmático y neoliberal a la hora de atender clientelas políticas. Ayer fueron los comerciantes de ropa usada, ahora son los contrabandistas de autos chutos. Sin duda éste parece ser un camino curioso al socialismo, al socialismo chuto, por supuesto.

Saturday, June 11, 2011

Recursos Naturales. Una vez más. ¿Maldición o bendición?

Comienzo con una pregunta directo a la yugular: ¿Estamos manejando adecuadamente la bonanza económica que se origina en el aumento extraordinario de los ingresos por la exportación de nuestros recursos naturales?

Esta fue una de las interrogantes que guió una interesante Conferencia en la que participe en Johannesburgo en Sud Africa. Managing Natural Resource Wealth: Sharing of South – South Experiences. El evento estuvo organizado por el Banco Mundial. Como referencia también ver el libro: Los Recursos Naturales en América Latina y el Caribe. ¿Más allá de bonanzas y crisis? de E. Sinnott, J. Nash y A. De la Torre.

La pregunta con la que comienza el artículo es antigua en América Latina y vuelve al debate toda vez que se da un boom en los precios de las materias primas en el mercado internacional, pero para África el tema de la dependencia es relativamente nuevo, aunque muy relevante, dado que la próxima década será el continente con más dinamismo los sectores de recursos naturales.

La economía boliviana a lo largo de toda su historia ha dependido de la explotación de los recursos naturales. Tuvimos el ciclo de la plata, el estaño y el gas natural. A futuro podría iniciarse el ciclo del litio.

A estas alturas de la historia, los bolivianos deberíamos ser expertos en como convertir la riqueza de los recursos naturales en crecimiento económico sostenible, empleo y bienestar social. Lamentablemente, este no es el caso. Africa debería verse en el espejo de Bolivia, y elaborar un compendio de las cosas que no habría que hacer en materia de manejo de recursos naturales.

Pero no todo esta perdido, desde el 2005, se abrió una nueva ventana de oportunidad para los países exportadores de recursos naturales, cómo Bolivia. Volvió otra vieja pregunta. ¿ estamos frente a una maldición o bendición de los minerales?

El boom de los precios de la materias primas en el mercado internacional no será eterno, esto lo saben todos los políticos pero nunca lo reconocen. Mas temprano que tarde los precios tenderán a la baja, así lo confirma la historia del capitalismo contemporáneo. Los precios de las commodities suben y bajan y esta volatilidad se transmiten a los ingresos del gobierno y a toda la economía. Este es un hecho conocido y medido. Uno de los mecanismo para anular la volatilidad no esta en los libros de economía, sino en la Biblia. El Antiguo Testamento, capítulo 41 del Génesis, sugiere ahorrar en los años de abundancias, el periodo de las vacas gordas, para sobrevivir para los años de escasez y de hambre, la etapa de las vacas flacas. Creo no equivocarme en afirmar que José fue el primer macroeconomista en proponer un fondo de estabilización para una economía que dependía de recursos naturales. De una manera más técnica, reglas fiscales claras para el manejo de los ingresos extraordinarios y la creación de fondos de estabilización macroeconómicas. Chile es el mejor ejemplo en el manejo de los ciclos de los precios de las materias primas.

Uno otro problema que surge cuando la economía depende demasiado de los recursos naturales es la enfermedad holandesa, dolencia económica que se manifiesta a través de la apreciacion el tipo de cambio real debido al exceso de dólares y aumento de los precios de los no transables, piense en lo caro que están bienes inmuebles en Bolivia. Resultado: sobre concentración de la economía en la producción de recursos naturales, desindustrialización local por la competencia de las importaciones baratas, o en casos como el boliviano, inhibición la diversificación productiva. Al final del espejismo cambiario se tiene crecimiento sin creación de riqueza. En nuestro caso, un día el gas se hace gas y nos quedamos con una mano adelante y otra atrás. ¿Como evitar esta enfermedad? La vacuna es conocida: Agresivas políticas industriales y de desarrollo productivo. Creación un fondo desarrollo, con las ganancias extraordinarias provenientes de la explotación y exportación de los recursos naturales, para apoyar al sector publico y privado. Además tomar acciones que lleven a la reducción de costos, vía aumento de la productividad, de todos los sectores de la economía. Nada del otro mundo, el problema es tener la voluntad política para hacerlo.

Economías que registran una fuerte dependencia de las explotación de recursos naturales también carecen de instituciones para mediar los conflictos que se dan sobre las gestión de estos recursos. Además, tienden a generar comportamientos rentistas tanto en la sociedad y como en el gobierno. Este ultimo tiende a embarcarse en prácticas clientelísticas y acciones populistas. Bolivia no es ajena a este diagnóstico, que se presenta también en varios paises de Africa y América Latina. ¿Cómo evitar este comportamiento? Mas democracia, participación social institucionalizada de la sociedad civil organizada en el proceso decisorio sobre el destino de los ingresos de los recursos naturales, e incentivos para desarrollar el talento creativo y emprendedor de los actores productivos con el apoyo del Estado. Estas ideas están hace rato están en la mesa del debate. Nuevamente, el desafío es implementarlas.

Otro elemento clave de un manejo de la economía de los recursos naturales es la protección y sostenibilidad del medio ambiente. Al respecto reglas claras para las empresa estatales y transnacionales y una sociedad activa con Estado fuerte. La recomendación también es conocida pero no existe la fortaleza institucional para llevarla adelante. En Bolivia se conoce muy bien sobre los problemas y desafíos que enfrenta las economías basadas en recursos naturales. Pero es hemos hecho muy poco para que este sector se convierta en una bendición y no en una maldición.

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