A estas alturas del campeonato sabemos que los saltos de algunos precios se originan en los desastres naturales, plantaciones enteras de arroz están bajo el agua, han muerto miles de pollitos y muchas de nuestras carreteras fueron seriamente afectadas. La oferta de varios productos está restringida estructuralmente, esto se traduce en elevación de precios. También es correcto el diagnóstico de que los precios de los alimentos en el mundo aumentaron, estamos importando inflación. Se registra inflación en varias partes del globo. Mal de muchos, consuelo de tontos, diría mi tía Katita, con toda razón frente a esta desusada explicación.
Concertrémonos, ahora en los mecanismos de propagación del fuego inflacionario. Uno de los más conocidos es el conflicto o pugna distributiva, el cual, fue activado, por el gobierno, estableciendo un incremento de salarios del 10 por ciento. Este notable acto de piromanía populista generará más inflación. ¡Elemental mi querido Watson¡ Frente a un desajuste de un precio relativo tan importante, como el salario, no hay que ser cate de economía, para saber que otros actores socio-económicos afectados por este cambio reajustarán costos y precios de manera defensiva. Al día siguiente del anuncio, los sectores afectados aumentaran sus precios para crear un colchoncito financiero para poder pagar salarios más altos. Así, cuando el ilusionado trabajador, reciba su aumento, descubrirá que en términos de su ingreso real se lo han fumado en kullo pipa, él sigue ganando lo mismo que antes del reajuste e inclusive menos, las llamas de la inflación se devoraron el aumento salarial antes de ni si quiera disfrutarlo. Se inicia el espejismo monetario - populista de la socialización de la pobreza. La subida unilateral de salarios en un auto gol de media cancha.
Que se puede hacer frente a esto. Primero, establecer un liderazgo en el manejo de la política macroeconómica para restaurar credibilidad. Segundo, intercambio de teléfonos del equipo económico, los espasmos de políticas públicas del gobierno no pueden continuar, debe haber algo de coordinación en las acciones anti-inflacionarias. Tercero, coherencia en las medidas, no puede ser que se junten políticas neoliberales (libre importación y políticas monetarias contractivas a ultranza) con un populismo mal hecho (aumento del gasto publico, incremento salarial), esto es explosivo. Cuarta, conectado con lo anterior, optar por un paquete consistente. Si van a seguir un programa de estabilización de corte ortodoxo (administración de la demanda) tiene que poner un freno brusco al gasto, sacar mas circulante de la economía y producir una recesión, para así quitarle el oxigeno al fuego de la inflación. Esto es volver al pasado del 21060, que nadie quiere, eso creo. Otra opción son las políticas de ingreso concertadas. Esta aproximación, por la cual me inclino, parte de la idea que la inflación es resultado de un juego no cooperativo (pugna distributiva) entre los diversos agentes económicos, que luchan por apropiarse de una mayor parte del producto. Bajo estas condiciones, políticas de estabilización podrían ser implementadas coordinando las acciones estratégicas de los agentes formadores de precios y fijadores de salarios. Esto significa que la reducción de la inflación debe ser percibida, por la medida de agentes económicos, como dando origen a un bien público. La inflación es una situación de pérdida (vía impuesto inflación) para todos los agentes económicos y si así es percibida, todos desearan salir de esta circunstancia pagando el menor costo posible, sin embargo nadie lo hará temiendo que los demás no lo hagan. Si la mayoría de los agentes económicos optan por la actitud de esperar, el clima inflacionario se acelerará. En general, las políticas de concertación de ingresos se viabilizan a través de pactos sociales amplios entre los sindicatos, los empresarios, otros grupos sociales el Estado, donde éste último desempeña el papel de subastador, socializando la información y coordinando la balanza de pérdidas y ganancias, no actuando como gallina sin guato. En la actual coyuntura política ambas salidas parecen muy difíciles, así que este domingo no hay espacio para el optimismo. Tal vez resta preguntarse. Queste el cambio, compañero? Se lo comió el fuego de la inflación.
Análisis económico y otras latitudes de la vida y el pensamiento
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2 comments:
Habría que ver si los actores socioeconómicos del aceite se atreven de manera defensiva ha hacer ajustes en los precios y costos, ante al anuncio del vice de la libre importación del aceite.
Queste la cuca compañero?? Parece que nuestros revolucionarios fueron atacados por algún tipo de enfermedad o tienen agún atadito por ahí que les está reduciendo el cerebro como lo hacían los jíbaros.
Pienso que la teoría de subastas es muy interesante pero para poner en práctica sus recomendaciones necesitaríamos primero pasar por un cambio de gobierno. Tal vez alguien más capaz y que no haya minado tanto su credibilidad como para poder ejecutar sus recomendaciones exitosamente.
Por lo pronto esperemos que los señores del MAS, y sus movimientos del más revisen al menos básico que nos enseñan los juego de horizonte infinito.
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