Sunday, November 30, 2008

Sintonia fina

Alguna vez alguien me dijo que las ideas de John Maynard Keynes vivirían en cuanto el mundo precise de ellas. Dicho y hecho, la mayoría de los países desarrollados y otros llamados emergentes han vuelto a aplicar medidas de política económica keynesianas. A saber, nuevamente entró en debate el aumento del gasto público, el incremento de la inversión estatal, la reducción de impuestos, el corte de las tasas de interés, los seguros desempleo, y las transferencias directas a los grupos de la sociedad mas necesitados. Es decir, desde casi todo el espectro ideológico, se propugna la vuelta de la acción del Estado para corregir fallos de mercado y para reactivar la economía mundial que va camino al fondo del pozo, impulsada por la grave crisis financiera internacional. Los gobiernos del globo intentan revivir “los espíritus animales”. Este tipo de políticas macroeconómicas también se las conoce como acciones contra cíclicas porque administran el lado de la demanda de la economía, vía manipulación de los instrumentos antes mencionados, se fomenta el consumo de empresas y familias justamente con la intención de revertir el declive del aparato productivo. Cualquier texto básico de macroeconomía recomienda estas recetas que condensan las ideas de Lord Keynes. Si las recomendaciones de cómo salir de una recesión son bien conocidas, donde esta el secreto del éxito? Cuál es la lectura contemporánea las ideas keynesianas? ¿De que depende su efectividad? ¿Todas las intervenciones estatales son adecuadas? Para intentar una respuesta a esta avalancha de interrogantes, nuevamente debemos apelar al pasado. Un concepto muy usado en los años cincuenta era el fine tunig, la sintonía fina de las políticas macroeconómicas, especialmente las acciones fiscales. “Recodar es vivir” dirán algunos recordando un viejo programa radial de la madrugada, cuya consigna era “sabanitas musicales, es prohibido dormir”. Yo diría, lecciones de la historia, estudiadas con “ráfagas de futuro”, juntando Silvo Rodrigues con Keynes. Pero vamos al grano, como recomienda un buen adolescente nariz de frutilla. Desde la perspectiva de un keynesianismo popular, los objetivos de la políticas públicas, para atenuar la crisis económica, deberían ser la protección tanto de los grupos mas pobres de la sociedad como del aparato productivo generador de empleo. Para poner una frase de efecto: profundizar la revolución productiva solidaria, diseñando públicas publicas concretas, focalizadas, desde una perspectiva local, con un seguimiento preciso. Aquí la idea de hacer sintonía fina.

4 comments:

Anonymous said...

Our brand is crisis, empleos , empleos , empleos, empleos, es la consigna, el centro de revolución,
si deberiamos repetirlo todos los meses , todos los dias, todas las horas.

Anonymous said...

http://www.ft.com/cms/s/0/7b29a13e-c22a-11dd-a350-000077b07658.html


Las cosas se ponen MAS interesantes...

Anonymous said...

Si !!! excelentes ideas las de Keynes!!!

Más gasto del gobierno significa mayor deuda, mayor déficit y mayor inflación. Todo el mundo se olvida que es el público que termina pagando por la ineficiencia e ineficacia de los gobiernos keynesianos: el ITF!

Todo el mundo se ha olvidado ya que el problema de Goni empezó cuando creó su "obras con empleos" y reventó cuando quiso enviar su paquetazo de impuestos.

Creo que esto es más de lo mismo.

"Queste el cambio?", se lo comieron los keynesianos, don Gonzalo.

Enzo Demeneghi said...

Una observación, si vamos a opinar, que no sea anonimamente, eso es de cobardes.
En cuanto al post, simplemente diré: CONTEXTUALIZAR!
Civediamo! =D

La dolarización, pros y contras

Javier Milei, el vencedor de las elecciones primarias en Argentina, tiene como centro de su propuesta la dolarización de la economía para ac...