Saturday, May 16, 2009

Los pedregosos caminos de la integración energética

En América del Sur, en los años noventa cuando se hablaba de integración energética habían dos ejes conductores del debate. Primero, la integración regional giraría en torno del gas natural, y segundo, Bolivia,con sus inmensas reservas del energético, sería un jugador central en el proceso. Se visualizaba un mapa del cono sur como una red de gasoductos que conectaban el sur con el norte, y el este con el oeste del continente. Obviamente todos estos ductos pasaban por nuestro territorio o recibían nuestro gas natural. Éramos el Señor de los Anillos, el centro de distribución de gas natural del continente. En esa dirección se habían construido las conexiones a la Argentina y Brasil. Además se habían tendido gasoductos entre Argentina y Chile, o Argentina y Brasil. Eran los primeros pasos en la construcción de la telaraña energética. A futuro también se construirían redes de energía eléctrica. Este era el sueño de integración energética que dominaba el imaginario de los gobiernos de la época.
Al finalizar la primera década del siglo XXI, muchas cosas han cambiado, todavía se habla de integración energética, ciertamente con menos entusiasmo que en el pasado, pero el mapa de América Latina comienza a lucir muy diferente de lo soñado. Se construye un anillo, pero este esta fuera de continente, mas precisamente en las costas de la región y no en el corazón de Sur América. Vamos al grano, como recomienda el dermatólogo. Chile está terminando plantas de liquefied natural gas (LNG) en Quinteros. Brasil va a camino de contar con dos terminales también de LNG. Argentina planea construir una planta en Bahia Blanca, Colombia va por el mismo camino. Ahora cuando uno se para frente al mapa de Latinoamérica puede ver estas plantas como puntos rojos e imaginarse un anillo que rodea al continente. El sueño de integración física vía gasoductos, al parecer comienza a ser substituida por una integración virtual, barcos metaneros, embarcaciones con gas natural congelado, circulando por los puertos que rodean el continente. Una primera interrogante que hay que hacerse es: ¿Por qué no se siguieron tejiendo los gasoductos por las Venas Abiertas de América Latina? Jalando el agua a nuestro molino, ¿por qué Bolivia dejo de ser vista como hub de distribución de gas natural? ¿Perdimos la oportunidad de ser un jugador importante en la ecuación energética regional? ¿Está cada vez más lejos algún tipo de integración energética en América Latina? Estas preguntas me surgieron después de participar en dos eventos en La Jolla, California. Las Geopolíticas de Energía en América Latina y el Caribe y en XVIII Latin American Energy Conference, ambos eventos organizados por el Instituto de las Américas de la Universidad de California de San Diego.
Pero ensayemos algunas respuestas del porque se extravió un tipo de integración energética. Vamos por partes como recomienda el descuartizador. Primero, hubo una perdida de confianza en desarrollo del mercado de gas natural en la región. Dos elementos fueron determinantes para esto. La nacionalización del sector hidrocarburífero boliviano que puso en alerta al enorme mercado brasileño y que determino que el gobierno optase por políticas públicas más agresivas para lograr el auto abastecimiento energético. En esa dirección se inscribe la construcción de las plantas del LNG y la aceleración del desarrollo de los gigantescos campos descubiertos en el mar (Tupi). También contribuyo a la ruptura de la confianza regional, los incumplimientos de contratos de abastecimiento de gas por parte Argentina con su vecino Chile. Este ultimo, inicio una rápida construcción de plantas de LNG. Argentina, debido a fallas en la política de precios y de regulación, no pudo invertir lo suficiente en el sector y se quedo sin gas. En ambos países importadores de gas, primo el adagio: ”la energía mas cara que aquella que no se tiene”. Segundo, como resultado de lo anterior, la geopolítica de la energía en el continente se volvió más defensiva. Todos a diversificar riesgos. Los aparatos productivos y miles de hogares no podían depender de fuentes inseguras de energía. Primaron las decisiones estratégicas, seguridad energética, sobre las opciones económicas, costos. Tercero, también cambio el rol económico y político de Brasil en la ecuación energética continental. Este país, dejó de ser un mercado importante, para convertirse en una potencia energética de gran alcance. Cuarto, no avanzaron los intentos de promover cierta integración energética a partir de las empresas publicas. Petroamerica, Petroandina, Petrosur. Alguien oyó hablar de estas iniciativas?

1 comment:

Anonymous said...

El problema no es tanto la inversión, el problema pasa por convencer a Lula de hacer otro gasoducto, el problema es el mercado, el problema es que el Brasil tal vez no quiera el gas boliviano ni regalado, es un problema de malas percepciones, malas relaciones diplomaticas, el problema es la demanda, no se puede insultar y agradir al futuro comprador, eso es mal trato al cliente, mala atención al cliente, no se puede hacer negocios cuando las relaciones estan tensas, Brasil esta mas con su política de autoabastecimiento, con su política de seguridad energetica, que con dichas políticas las expectativas de futuras compras de gas se reducen, aunque al Brasil le convega mas comprar gas boliviano por varias razones, es mas barato, mas ecologico, hasta ahora Bolivia a cumplido con el contrato por lo que es relativamente seguro el suministro, por último si Brasil no comprara o no usara gas boliviano podría comprar de ultramar o podría regasificar a traves de LNG de otros países a precios mas caros , por lo que el energetico nunca faltaría.

Bolivia tendría que reestablecer las buenas relaciones con el Brasil, pero ya no con la soberbia de antes, plantear la construcción de otro gasoducto de otros 30 trillones de pies cubicos dia pero para el año 2030 , o sea de aqui a 20 años, y los precios y las formulas y los convenios serían similares al actual contrato o con precios de 30 o 40 % menos, se conformaría una sociedad entre PETROBRAS, YPFB, una sociedad mixta llamada PETROSUR lo que sea, que también podría incluirse a esta sociedad PDVSA, y finalmente el financiamiento facilmente se conseguiría a traves de la venta de bonos gas a un interes x , en las bolsas de Brasil,Nueva York, Venezuela, y Bolivia, lo que facilmente se convertiria en nueva inversión.

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