En el inconsciente colectivo existe el recuerdo feliz de la derrota de la hiperinflación, fue una magia de política económica, el mejor ejemplo de vudú ortodoxo. La nacionalización, que ahora parce no tener rumbos, fue la magia de la la nueva ola estatal. Ahora, después de varios años donde la tasa de crecimiento del producto fue superior al crecimiento de la población. En el 2009, el ingreso per-capita decrecerá. Esta en curso una caída importante del producto en la economía boliviana. El fenómeno de la recesión es un felino esquivo, se requiere de una estrategia más compleja para cambatirla. Estamos jugando en una tablero ajedrez de muchas más dimensiones, donde la variable externa es central, pero creo que la magia de las políticas públicas se puede reinventar.
La milluchada de la política económica requiere de un lobby de muchos santos y religiones, es decir, heterodoxia de ingredientes e instrumentos, incentivos de mercado pero también más Estado, pero sobre todo, requerimos de una visión-norte, en términos económicos, sociales y productivos, de hacia dónde queremos ir como país. La historia de los recursos naturales tiene un vuelo limitado. Bonos, mas inversión pública, empresas estatales, son insuficientes. La crisis en curso no es un problema de instrumentos solamente, podemos tener la mejor brújula del mundo pero es inútil si no sabemos a dónde vamos, podemos construir los caminos más largos que querramos, pero más importante es saber a dónde nos dirigimos. Vísteme despacio que estoy con prisa, decía Napoleón porque sabía su destino final. La serenidad frente al barranco es inútil, lo que se requiere es osadía para dar el salto hacia el siglo XXI, la consigna debe ser vístanme rápido que ahora voy lejos y nada nos detendrá como país. Requerimos de una revolución productiva y tecnológica. Este es uno de los nuevos nortes que se deben visualizar en el debate electoral que se avecina.
Para la larga jornada requerimos el concurso de todos, especialmente de los brujos de la tribu. Amautas, achachilas, kallahuayas, santeros, espiritistas, chamanes, sacerdotes rojos, curacas de todos los colores menos el negro deben realizar sus mejores y más fuertes amarres de productividad y competitividad. Deben conjurar los hechizos y brujerías de la corrupción. Es urgente colgar en el cuello del país, ajos chapareños para ahuyentar a los dráculas y chupa sangre de la especulación financiera y a los oportunistas del rentismo estatal. Requerimos de los ángeles más serenos y luminosos de los Andes para que el amado crecimiento económico vuelva de rodillas en los próximos años. La limpieza del alma y cuerpo del aparato productivo debe ser profunda. Poderosas hiervas deben curar nuestras heridas sociales. Siete fumadas poderosas, con los mejores tabacos negros, deben circular para recuperar la fe y la esperanza. Para ayudar a los seres de luz, hay que trabajar ocho horas y dormir ocho horas, pero no las mismas. Debemos construir una economía donde el único negocio expuesto a la quiebra sea el de la cristalería. Levantemos una sociedad donde los niños sólo mueran de risa. Un sistema democrático donde los políticos no sean como los antiguos cines de mi barrio de San Pedro (El Variedades y el Ebro), cuya práctica era hacerte entrar para después cambiarte el programa. Todo esto, así descrito con emoción pero con desorden, requiere un cambio en el disco duro del país. La disputa despiadada por el poder debe dar lugar a una visión compartida de desarrollo.
Análisis económico y otras latitudes de la vida y el pensamiento
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3 comments:
El único norte imperante es el copamiento del poder político a nombre de mentadas y virtuales fuerzas sociales. Entendamos que ni voluntad ejecutiva ni gubernamental ni programática existen para siquiera avizorar una transformación macro de la economía. Es ilusorio pensar que una revolución productiva y tecnológica pueda ser contemplada ni por descuido. Vivimos un momento donde la correlación de fuerzas favorecen a una incipiente y manipulada efervescencia populista que busca desfavorecer a unos sectores y favorecer a una nueva clase de líderes que enarbolan un (retro)socialismo romántico y falazmente idealizado. Los ojetivos económicos están a la zaga en sus intereses e intenciones, porque piensan que la factura socio histórica de parte de la sociedad en su conjunto no será pasada por mucho tiempo. Ignoran el descalabro histórico de las repúblicas socialistas. Se trata del efímero protagonismo del caudillismo en su mal entendido rol social- reivindicacionista, muy lejos de la visión social-galvanizadora-equilibrante y progresista.
Ya que el artículo no ofrece material para una discusión técnica, sino mas bien de buenas intenciones, y dado que me encuentro con ganas de expresar las mías:
1.- LO GRAVE: De acuerdo con que necesitamos norte (particularmente en el plano social y político)... aunque quien sabe ese norte exista, sólo que no todos los bolivianos lo podamos aceptar y comprender. Quien sabe el actual gobierno ha impuesto un norte que sobre el que no todos podemos estar de acuerdo. Si as así, entonces la pregunta es: cuál DEBERÍA ser el norte "de consenso" que aglutine a la sociedad boliviana?... ups, hora de despertar! ...la sociedad boliviana no está lo suficientemente cohesionada para alcanzar siquiera un mínimo aceptable de consenso.
2.- LO MÁS GRAVE: la verdadera causa, y efecto a la vez, de la pobreza consiste en no tener alternativas reales para confiar la administración del país. Los actuales gobernantes son pésimos, tanto como los anteriores, quienes nos pusieron en las circunstancias actuales.... quién podrá salvarnos? existe alguna alternativa?.... buscando con la lámpara de Diógenes, no encuentro a ningún líder de verdad… qué pobre que es este país, no tenemos ni siquiera para escoger entre lo pésimo y lo malo, sólo nos queda elegir entre pésimos!... no es ese el peor tipo de pobreza!?
Fiat, lux, discusiones mas tecnicas sobre el asunto puedes encontrar en mi pagian de la UCB
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