Sunday, November 21, 2010

?El impuesto al ch’aqui o el t’istapi de la abstinencia?

Si usted es afecto a cascarle unos whiskachos, le gusta la Cuba libre aunque no sea del Gobierno, se sirve unas chelas estúpidamente heladas los fines de semana, el vodka lo prende, toma energizantes para tener alas y otras cosas, aprecia un coctelito de tumbo, hace lunes de albañil, fuma como chino; en suma, si milita en esta fauna de pecados veniales, prepárese que viene un hachazo impositivo a estas licencias del cuerpo y el alma.

Bajo la consigna: “mens sana in corpore sano” o “citius altius fortius” (más rápido, más alto, más fuerte) y yo añadiría más autoritarius, el Gobierno subirá los tributos al tabaco y bebidas alcohólicas. Con ello pretende recaudar 122 millones de bolivianos, de los cuales 49 millones serán para fomentar el deporte.

Sus pecadillos serán sujetos de impuestos para fomentar la práctica deportiva incluyendo la nueva especialidad, los rodillazos en el bajo vientre en cancha o fuera de ella, que los intelectuales del régimen lo recalificaron como: movimiento estratégico envolvente de la rótula dirigido a lo que Aristóteles llamaba: las partes concupiscibles del cuerpo. ¡Uy qué sanos y capos!, ¿no ve?

Sorprende que el Gobierno busque recursos extras cuando dice estar rebosante de ingresos. ¿Será que se está curando en salud por el déficit público que se generará con el nuevo sistema de pensiones? ¿Estarán queriendo frenar la burbuja de consumo que vive la economía? O ¿será una forma de prevenir la expulsión de compañeros farrosos del partido?

El impuesto a los puchos subirá de 50 a 55 por ciento. Los destilados (singanis, vodka, aguardiente, rones, whisky) tendrán una variación de cinco o diez por ciento. Se trata sin duda de una medida revolucionaria contra el Ladies Nigth de los jueves y el clásico viernes de soltero, aplaudida por una bola de abstemios y aburridos de ambos sexos.

Al parecer, se trata de disciplinar a los compañeros(as) con vicios pequeño burgueses, que aún no han visto la luz del cambio. Ahora para sea consistente con la ampliación del universo de contribuyentes, el próximo impuesto debería ser a la coca.

La literatura económica reconoce que existen tres criterios para evaluar la pertinencia de impuestos: eficiencia, equidad, y simplicidad. En algunas oportunidades también se utilizan criterios moralistas, como podría ser el caso de los impuestos a los pecados veniales. El tabaco y las bebidas espirituosas causan daño a la salud. Con estos tributos se puede ayudar a evitar delirium tremens, el muyu muyu del ch’aqui, problemas pulmonares, divorcios, diabetes, pérdida de facultades mentales y otras metidas de pata que se ocultan detrás de la antológica frase nacional: borracho estaba y no me acuerdo.

Tasas impositivas eficientes son aquellas que no distorsionan las decisiones de las personas de manera dramática y ayudan a que funcionen mejor los mercados. Sin duda los impuestos a los pecados son buenos recaudadores de ingresos, aunque podrían fomentar, más aún, el contrabando y mercados negros. Eso sí, le proporcionan buena platita al Estado porque, en general, la demanda por estos productos es inelástica, quiere decir que aunque el precio del cigarro aumente mucho, por causa del impuesto por ejemplo, su consumo no disminuirá.

Es muy difícil dejar el cigarro, y al final se paga más por el vicio. Si te gusta, que te cueste. Contrariamente, cuando un bien elástico sube de precio su demanda se contrae, porque fácilmente se lo substituye por otro. Piense en los refrescos. En este caso, los impuestos son ineficientes.

La equidad impositiva se maneja con dos criterios, tratamiento igual para quien es igual, y otro vertical, tratamiento diferenciado para quienes son diferentes. Por ejemplo, quien gana más, paga más impuestos. Un ejemplo de esto serían los tributos a los ingresos a las personas. En el caso de los impuestos a los vicios del dios Baco no se cumple con este criterio; ricos y pobres pagan el mismo impuesto por su roncito, quiere decir que es un impuesto regresivo.

En algunos casos, este tipo de tributos hace que la gente de menores recursos y los platudos roñosos compren sus traguitos en el mercado informal, lo cual es una ruleta rusa para la salud porque la probabilidad de comprar bebidas adulteradas y/o falsas es alta y por consecuencia, alguien podría morir de un ch’aqui maldito o en un momento de ofuscación etílica, convertirse a la religión del cambio. Simplicidad, un sistema de impuestos tiene que ser fácil de aplicar y administrar. El impuesto a los dobla-codos es sencillo y efectivo, se cobra al nivel del consumo. Chupó, pagó y el fisco, engordó.

En suma, los impuestos a los pecados del buen beber, acción que no es incompatible con el buen vivir, al parecer anuncian/denuncian una futura hambruna fiscal, son regresivos y podrían profundizar el contrabando de alcoholes. Aunque hay que reconocer que son efectivos para recaudar ingresos. Ahora no sé qué es peor: el impuesto al ch’aqui o el t’istapi de la abstinencia.

6 comments:

Anonymous said...

Otra vez, la cuestión de estos impuestos no debe ni tiene carácter económico solamente; hay que verla desde varios puntos de vista.

El humo del cigarrillo afecta a los fumadores y a sus vecinos de manera patente, aberrante, irresponsable y comprobada. En muchos países hay prohibición de fumar tanto en entidades públicas como privadas, hasta ciudades enteras. Estas prohibiciones afectan a los productores naturalmente, como les deben afectar los impuestos.

La obesidad, otra cuestión de morbidez de nivel epidémico, incluso ha movido a gobiernos como el inglés a prohibir venta de dulces y comida chatarra en kioscos dentro de las escuelas.

Cuando los ciudadanos atentan contra su propio bienestar, el estado interviene. Más aun si sus hábitos afectan a terceros y a sistemas de salud.

La carga y efectos reales económicos y físico-sicológicos por los fumadores y bebedores es innegable. Los sistemas de salud tienen que atender a estos casos a nivel fisiológico y sicológico.

Las familias sufren por ambos consumos y consumidores. Más dramático es el caso de abusos físicos, sexuales y actos de violencia y hasta de crímenes perpetrados por bebedores. Si hay duda, que el articulista abra Página Siete o cualquier matutino y ver los frecuentes casos de violencia en las casa, en las calles, y en las carreteras cometidos por el abuso de del alcohol.

El alcohol y la nicotina no son alimentos son drogas, químicos que causan estragos tanto al sistema nervioso como fisiológico. Modifican irreversiblemente estos sistemas mórbidamente: desde pulmones hasta hígado hasta el cerebro. Si la marihuana, la cocaína, la morfina, polvo de ángel etc. son prohibidos, también deben ser el alcohol y el cigarro.

Si no se prohíben deben ser tasados severamente para que la sociedad en su conjunto, desde familia hasta sistemas de salud, no sea afectada por su uso irracional, pueril, irresponsable y egoísta.

Para nada se trata de ser eficiente. La tasación es congruente con los principios que velan por la salud, bienestar, y seguridad ciudadana. Sería totalmente congruente si se prohíben el consumo de alcohol y tabaco. Sería realmente congruente si como parte de la nueva educación y descolonización se eduque a la sociedad a evitar el consumo de estas drogas desde la niñez, y se emitan leyes para prohibir su uso en lugares públicos.

Al final, porque el Estado debe quedarse con brazos cruzados viendo como una parte de sus ciudadanos atentan contra su propia integridad y la de sus congéneres?

Ernesto Yañez said...

La justificaciòn del impuesto es clara. Este mercado no internaliza el verdadero costo social del consumo del alcohol; port anto el estado debe intervenir con un impuesto. Es claro que el monto recaudado dependera de la elasticidad de la demanda, la cual debe entodo caso se dividad en dos: aquella de los bebedores sociales y aquellas de los alcoholicos. Queda claro que en el primer caso se debe esperar un reducciòn de demanda mientras que el segundo cambios marginales. De todas manera en ambos casos el impuesto permite internalizar el costo social. Sobre el motivo recaudaciòn... la literatura esta dividida ya que si bien esta puede aumentar existe tmbvien evidencvia que a partir de cierto nivel esta cae... Para tener mas certeza hace falta estudios en esa linea argumentar como se hace en el articulo sin revisar evidencia es poco serio.
Por ultimo pese a todo y a todos, la evidencia empirica muestra que este tipo de impuestos reduce el consumo de alcohol lo que es a todas luces un buen objetivo nove? Mucho mas si se considera las externalidades que esto trae (menos accidentes, menos violencia, uso de drogas, etc. etc. etc.)
Seamos mas ecuanimes veamos tambien el lado postivo de la medida, bueno al menos si decimos ser tan neutrales como pregonamos nove...
Saludos.

La inelasticidad del cigarro said...

Estoy de acuerdo con que se deberia bajar el consumo de cigarrillo y alcohol, ahora no se porque ponen a los enegizantes y bebidas gaseosas en el mismo saco, yo por ejemplo si tomo y powerade o gatorade, muy pocas veces red bull, aunque no me voy a poner a discutir lo bueno o lo malo de esos energizantes por falta de información, estoy seguro que el cigarro si hace daño, eso si es definitivo, pero tampoco voy a negar que nunca he fumado, en la calle, en fiestas, y estoy de acuerdo con que se debería bajar su consumo, el consumo de alcohol en exceso si hace daño, uhh si, he visto peleas , agreciones, choques , accidentes, convencido de los daños, pero también he leído que por ejemplo beber vino un poco, entre comidas, solo un vaso, hace bien al corazón, ahora tampoco voy a negar que nuunca he bebido, afortunadamente casi nunca me puesto agresivo, alguna que alguna que otra vez hice el rídiculo, si creo que esta bien que se reduzca su consumo , o por lo menos la gente debería de aprender a beber alcohol de manera moderada.

Ahora bien, nunca quisiera estar con un vicio tan asqueroso como el cigarro, fumando una cajetilla día como chimenea, llenando mis pulmones de alquitran, muriendo de cancer, ataque cardiaco, o estando en coma como Gustavo Cerati.

Aunque tampoco voy a prometer que nunca mas voy a fumar un solo cigarro.

Ahora bien, si el alcohol y el cigarro son productos inelasticos,bajara la demanda ?,
Bajará el consumo de alcohol y tabaco?
Estudios económicos afirman que los que fuman y beben mucho son insensibles a la subida de precios.

Bajara?, y cuanto bajara su consumo, demanda, o cantidad vendida?

Y por que hacen diferencias con la chicha?

Donde quedo el discursito de descolonización?

La chicha también tendría que ser considerada droga.

Estos cuates que hacen estudios sociales, cientistas sociales, me hacen reir, yo también puedo hablar de igualdad, descolonización, con sueldos de mas de 2.000 verdes, neutrales somos nove? Hay que ser objetivo, con datos reales, si ps , claro, no ve?

Anonymous said...

Ahora, no se en otros países como California, la legalización a la marihuan perdío en la votación, consideraron que no era bueno para la sociedad, cada vez hay un dialogo mas abierto del tema de las drogas, algunos filosofos recomiendan legalizar ciertas drogas, otros recomiendan prohibir, George Soros apoya la legalización de ciertas drogas, no estoy de acuerdo con que se legalice ni la marihuana, ni ninguna droga, aparte de las que ya son legales, ya vimos muchos males con las drogas que ya son legales, aunque considero de que se debe de mantener un dialigo abierto sobre este tema de drogas, escuchando también a los que dicen porque deberían ser legales aunque como yo no estemos de acuerdo, según soros y la OPEN SOCIETY, indican de que la guerra y el combate a las drogas habrían causado un mayor daño, que el mismo consumo a las drogas, tal vez tiene razón si vemos lo que pasa en Mexico, creo que se debe de escuchar a todos, en un dialogo bien abierto, tanto a los pachamamistas, a los Hipiies, a los prohibicionistas, a los liberales, a la Iglesia, a las víctimas del narcotrafico, al gobierno, a todos.

Ya luego hablamos de legislar, combatir, prohibir, no ve?

Anonymous said...

Yo me inclino más por las campañas de prevención que por subirle el tax a los puchos y a los drinks.

Lo más probable es que los asiduos consumidores mantengan su consumo y reduzcan el de otros productos (o que consuman otros de menor calidad). Se trata de vicios con dependencia fisiológica y social.

Hay mucha violencia y accidentes ocasionados y ello seguramente está negativamente correlacionado con el nivel de educación. Por lo tanto sería menor el costo social si se penalizara con taxes el consumo de t'irillos, la chicha, la cerveza del gran poder y se hiciera un mejor control del contrabando y de la gran economía subterránea que provee de tragos y puchos al pueblo.

Por otro lado, dicen que se trata de una política para enfriar el boom de consumo. El boom de consumo, más que por los precios internacionales de los commodities se debe a otras drogas sobre las que no se hace ni dice nada. El problema es que el controlarlo sería como pelear contra la Hidra, ya que por cada fabrica de cocaína eliminada aparecen otros 2 o más compañeros con sus fábricas. Éso si es vivir bien! (no ve qué).

Pablo Ordonez Tellez said...

Continuando con la propuesta del Blog intrroduzco los siguietnes argumentos para el analisis.
Desde la reforma tribtuaria del 86 nuestro sistema sigue el principio de caja unica, es decir que la recaudación de un impuesto se va al tesoro y la redistribución se asigna en cumplimiento a la ley de presupuestos, por tanto, el argumento de recaudación para el deporte puede servir para adornar la parte considerativa de ley de reforma, pero no para justificar la subida de la alicuota. Cuando se creo el ISAE tambien se dijo que serviria para financiar los gastos de la Direccion de Migracion situación que vemos que no es cierta ya que el Servicio de Impuestos no le practica ninguna transferencia a Migración sino directamente al Tesoro.
Por otra parte, un incremento en la alicuota del ICE representa una aliciente adicional para los contrabandistas quienes sin sufrir un incremento en sus costos tendran la oportunidad de subir el precio de sus productos. Es decir, realizaran la misma actividad y podran cobrar mas.
En un entorno de contrabando como el nuestro, lo suyo es mejorar el control aduanero y reducir alicuotas de impuestos al consumo para fomentar la produccion nacional.
No obstante lo anterior, las emrpesas nacionales no sufren un perjuicio inmediato ya que como sujetos perceptores se limitan a repercutir el impuesto a los consumidores, de hecho, al recaudar mas impuestos que luego deberan ingresar mediante declaracion jurada se beneficiaran de un pequeño efecto financiero producido por una punta de tesoreria.
Finalmente considero que para mejorar la recaudación del ICE no hace falta subir la alicuota sino simplemente mejorar el control del sello o timbre de recaudación que lleva adherido cada producto sujeto al impuesto ya que debido a su simplicidad parace prestarse para la falsificacion.

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