Será que el camarada Charly Marx se reencarnó en un economista francés ? La respuesta a seguir:
¿Piketty, el nuevo Marx?
Gonzalo Chávez A.
En general, los libros sobre temas económicos son impopulares y no se encuentran entre los más vendidos. El Capital in The Twenty-First Century de Thomas Piketty es una excepción. El profesor de la Escuela de Economía de París ha presentado un trabajo que está transformando el discurso sobre crecimiento económico y desigualdad y ha generado un intenso debate político y académico en EEUU y Europa. La polémica comienza desde el título, que hace referencia al libro más importante de Carlos Marx, Das Kapital.
El "nuevo Capital” es una investigación que duró 15 años y busca entender la dinámica histórica de largo plazo de cómo se formó la riqueza y los ingresos de las economías capitalistas. El argumento central del libro es que a pesar de todos los cambios demográficos y tecnológicos en el capitalismo, la desigualdad entre la renta generada por el capital y el trabajo se ha incrementado. En la actualidad, el 1% de los más ricos, en Europa y Estados Unidos, detiene el 20% de la renta nacional. Se habría vuelto a la Belle Époque del siglo XIX, más aún, estaría de retorno el capitalismo patrimonial, que tanto criticaba el viejo Marx, en el cual los lugares más altos de la economía eran ocupados no por las personas más preparadas y talentosas y sí por dinastías familiares. Para ponerlo de manera gráfica, se volvió a la Époque en la que es más valioso tener la suerte de padres ricos y/o escoger a los suegros acaudalados y adecuados para casarse, que contar con una buena educación y empleo correcto.
Según Piketty, durante los siglos XVIII y XIX, la sociedad occidental europea era muy desigual. Los dueños del capital y las tierras concentraban la riqueza. Este sistema se mantuvo incluso durante el proceso de industrialización, porque si bien, en este periodo, los salarios de los trabajadores subieron, lo hicieron en menor proporción que la renta del capital. Este proceso de concentración de la renta sólo se detuvo parcialmente, debido a la crisis económica de la Primera y Segunda guerras mundiales y la Gran Depresión. En efecto, de acuerdo con el "Nuevo Capital”, los elevados impuestos, la inflación descontrolada , las quiebras de empresas y la expansión del Estado de Bienestar dieron inicio a un periodo de reducción de la brecha entre la riqueza de los capitalistas y los ingresos de los trabajadores. Pero, a partir de los años 80, nuevamente la desigualdad se incrementó.
El premio Nobel de Economía Paul Krugman está de acuerdo con la hipótesis de Piketty, pero sostiene que no sólo se debe hablar de las rentas del capital, sino de los supersalarios de los ejecutivos de la industria financiera y yo, humildemente, añadiría de los jugadores de fútbol. En Estados Unidos, desde inicios de los años 70, los salarios del 1% de los trabajadores mejor pagados subieron en un 65% y los supersalarios, que son algo como el 0,1% de los más privilegiados, ascendió en un 362%. Piense cuánto ganaba un funcionario en Wall Street o Pelé en los 60, y cuánto recibe Messi o Gordon Gekkos ahora. Obviamente, sé que esas comparaciones son odiosas pero amplían e ilustran el argumento de Piketty sobre el aumento de la desigualdad.
Pero el trabajo de Piketty no se queda en una descripción del viejo problema de la desigualdad con datos nuevos -el economista francés y su equipo midieron las rentas de los más ricos a través de las impuestos a la riqueza, en cuanto en el pasado se usaban encuestas a hogares-, sino que formula una teoría del capital y la desigualdad.
"El Nuevo Capital” ve la historia económica como una corrida entre la acumulación de capital y los otros factores que impulsan el crecimiento, a saber, el progreso tecnológico y el aumento de la población. De manera sencilla, para Piketty, la riqueza originada en el capital medida (por tasa de retorno del capital) está aumentando más rápidamente que el ritmo del crecimiento de económico (g), que depende de las innovaciones tecnológicas y el aumento de la población. Quiere decir que si los rentistas financieros y los ricachones siguen acumulando plata y se destina cada vez menos dinero para las innovaciones tecnológicas y, si encima, la población disminuye, el crecimiento de la torta económica será menor. La riqueza se concentrará y se recreará la desigualdad como en la Belle Époque. Eso es lo que estaría ocurriendo en el capitalismo actual. Ahora bien, si usted piensa que Marx se reencarnó y espera que Piketty proponga la revolución comunista para superar el modo de producción capitalista, lamento decepcionarlo porque este economista francés, que algunos llaman del Nuevo Marx, es más light y sostiene que sólo una ráfaga de rápido crecimiento (del progreso tecnológico y/o de aumento de la población ) o la intervención del Gobierno, con la cobranza de más impuestos progresivos nacionales y mundiales a los ricos, puede evitar que las economías modernas regresen al capitalismo patrimonial. La mayor desigualdad sólo contribuirá a profundizar la crisis económica o política en el futuro.
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