En este domingo de silencio electoral y político me permito compartir con ustedes las principales ideas y datos de una separata que publica la revista inglesa de The Economist sobre educación superior en el mundo.
El número de estudiantes de nivel universitario está creciendo más rápido que el PIB mundial. Una buena noticia es que la matrícula de alumnos crece más rápido que la compra de autos. A nivel global, en dos últimas décadas, el número de inscritos subió de 14% a 32% de la población joven.
En Corea del Sur, casi todo el mundo va a la universidad. En China, el número de estudiantes creció de uno a siete millones de 1998 a 2010. En el mismo periodo, las universidades chinas contrataron casi 900 mil nuevos profesores de tiempo completo. El país asiático produce más graduados que Estados Unidos e India juntas. América Latina y Bolivia no son la excepción en estas tendencias.
La mayor demanda por educación universitaria parece estar asociada al aumento de la tasa retorno de la inversión, en especial en los países pobres. Según The Economist, por cada año adicional, en educación superior, el incremento promedio en ingresos está en torno de 14%. En América Latina esta ganancia llega a 16%. Al parecer esto confirma un viejo dicho que dice: si crees que la educación es cara, intenta la ignorancia. Lo anterior es válido tanto para la inversión personal como la pública.
Para ponerlo de manera sencilla. estudiar rinde, bajo el supuesto que la oferta educativa es buena, hipótesis que no siempre se cumple en Bolivia. Ésta es una argumentación fuerte para que el Estado invierta en educación de calidad, tanto en la oferta como en la demanda. ¿Pero cómo se consiguen universidades de calidad? La revista inglesa muestra varios modelos internacionales.
El tema de calidad de la enseñanza universitaria no es sencillo de medir. Una práctica común en la industria son las acreditaciones: una institución independiente certifica a partir de varios parámetros, la calidad de una carrera o facultad.
En el caso de Bolivia, hace muy poco tiempo el Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana cumple este rol. El otro camino es que la universidad participe en rankings internacionales. Uno de los más prestigiosos es el ranking de la Universidad de Shanghái, pero hay varios otros más.
Aquí la estrategia es buscar marcos de referencia de universidades prestigiosas que están en los primeros puestos, generalmente ocupados por universidades estadounidenses e inglesas, y seguir sus principales prácticas académicas.
En algunos casos se realizan alianzas con las primeras de la lista. Las universidades de Arabia Saudita tienen acuerdos millonarios con New York University, Yale y otras. El modelo generalmente es doble titulación y se convierte en un mecanismo de transferencia tecnológica.
La competencia se ha intensificado, no sólo por la excelencia académica, sino también para atraer buenos estudiantes. La estrategia de Singapur "escuela global”, iniciada en 2002, es atraer a 150 mil estudiantes extranjeros en 2015. Universidades norteamericanas están en el mismo camino, a través de la admisión ciega que busca reclutar talento mundial ofreciéndoles becas.
Las búsquedas de mejores posiciones en los rankings internacionales generalmente son esfuerzos público-privados y cuentan con el apoyo de políticas estatales. The Economist apunta a algunos ejemplos interesantes, como Alemania que lanzó su proyecto Exzellenzinitiative en 2005.
"En 2011, Francia anunció un programa para crear una ‘liga Sorbona’ -grupos de universidades y organizaciones afiliadas a su Centro Nacional de Investigación Científica para competir con la Ivy League de Estados Unidos.
Rusia ha comenzado un proyecto llamado ‘5-100’ para conseguir cinco universidades en la parte superior del ranking Times Higher Education 100”. Japón, bajo su Programa Universidades Súper Global, dará a universidades seleccionadas fondos adicionales para subir en el ranking.
Otra tendencia de la educación superior mundial es la atracción de profesores e investigadores renombrados pagando mejores salarios. Las universidades de Australia, Estados Unidos y Canadá son las que mejor pagan a sus profesores. Un promedio de salario para buenos investigadores puede estar en torno de 100 mil dólares.
La atracción de capital humano no es una estrategia tan sólo de países ricos. Chile, Brasil y Ecuador, este último para su proyecto de ciudad del saber (Yachay) han contratado centenas de investigadores, por ejemplo de España, donde, por la crisis económica, no pueden retener talentos.
Éstas son algunas de las tendencias de la economía de la educación mundial. En nuestro país estos temas son tratados de manera muy marginal y muchas veces sólo en momentos electorales, como las 100 becas que el Gobierno ofreció en campaña y ahora no se sabe qué suerte corrió.
Modestia aparte, la Escuela de Producción y la Competitividad de la Universidad Católica Boliviana, entidad que dirijo, participa del Eduniversal, un ranking mundial de escuelas de negocios y esto nos ayuda cada vez más a ofrecer un mejor servicio.
Gonzalo Chávez A. es economista.
En Corea del Sur, casi todo el mundo va a la universidad. En China, el número de estudiantes creció de uno a siete millones de 1998 a 2010. En el mismo periodo, las universidades chinas contrataron casi 900 mil nuevos profesores de tiempo completo. El país asiático produce más graduados que Estados Unidos e India juntas. América Latina y Bolivia no son la excepción en estas tendencias.
La mayor demanda por educación universitaria parece estar asociada al aumento de la tasa retorno de la inversión, en especial en los países pobres. Según The Economist, por cada año adicional, en educación superior, el incremento promedio en ingresos está en torno de 14%. En América Latina esta ganancia llega a 16%. Al parecer esto confirma un viejo dicho que dice: si crees que la educación es cara, intenta la ignorancia. Lo anterior es válido tanto para la inversión personal como la pública.
Para ponerlo de manera sencilla. estudiar rinde, bajo el supuesto que la oferta educativa es buena, hipótesis que no siempre se cumple en Bolivia. Ésta es una argumentación fuerte para que el Estado invierta en educación de calidad, tanto en la oferta como en la demanda. ¿Pero cómo se consiguen universidades de calidad? La revista inglesa muestra varios modelos internacionales.
El tema de calidad de la enseñanza universitaria no es sencillo de medir. Una práctica común en la industria son las acreditaciones: una institución independiente certifica a partir de varios parámetros, la calidad de una carrera o facultad.
En el caso de Bolivia, hace muy poco tiempo el Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana cumple este rol. El otro camino es que la universidad participe en rankings internacionales. Uno de los más prestigiosos es el ranking de la Universidad de Shanghái, pero hay varios otros más.
Aquí la estrategia es buscar marcos de referencia de universidades prestigiosas que están en los primeros puestos, generalmente ocupados por universidades estadounidenses e inglesas, y seguir sus principales prácticas académicas.
En algunos casos se realizan alianzas con las primeras de la lista. Las universidades de Arabia Saudita tienen acuerdos millonarios con New York University, Yale y otras. El modelo generalmente es doble titulación y se convierte en un mecanismo de transferencia tecnológica.
La competencia se ha intensificado, no sólo por la excelencia académica, sino también para atraer buenos estudiantes. La estrategia de Singapur "escuela global”, iniciada en 2002, es atraer a 150 mil estudiantes extranjeros en 2015. Universidades norteamericanas están en el mismo camino, a través de la admisión ciega que busca reclutar talento mundial ofreciéndoles becas.
Las búsquedas de mejores posiciones en los rankings internacionales generalmente son esfuerzos público-privados y cuentan con el apoyo de políticas estatales. The Economist apunta a algunos ejemplos interesantes, como Alemania que lanzó su proyecto Exzellenzinitiative en 2005.
"En 2011, Francia anunció un programa para crear una ‘liga Sorbona’ -grupos de universidades y organizaciones afiliadas a su Centro Nacional de Investigación Científica para competir con la Ivy League de Estados Unidos.
Rusia ha comenzado un proyecto llamado ‘5-100’ para conseguir cinco universidades en la parte superior del ranking Times Higher Education 100”. Japón, bajo su Programa Universidades Súper Global, dará a universidades seleccionadas fondos adicionales para subir en el ranking.
Otra tendencia de la educación superior mundial es la atracción de profesores e investigadores renombrados pagando mejores salarios. Las universidades de Australia, Estados Unidos y Canadá son las que mejor pagan a sus profesores. Un promedio de salario para buenos investigadores puede estar en torno de 100 mil dólares.
La atracción de capital humano no es una estrategia tan sólo de países ricos. Chile, Brasil y Ecuador, este último para su proyecto de ciudad del saber (Yachay) han contratado centenas de investigadores, por ejemplo de España, donde, por la crisis económica, no pueden retener talentos.
Éstas son algunas de las tendencias de la economía de la educación mundial. En nuestro país estos temas son tratados de manera muy marginal y muchas veces sólo en momentos electorales, como las 100 becas que el Gobierno ofreció en campaña y ahora no se sabe qué suerte corrió.
Modestia aparte, la Escuela de Producción y la Competitividad de la Universidad Católica Boliviana, entidad que dirijo, participa del Eduniversal, un ranking mundial de escuelas de negocios y esto nos ayuda cada vez más a ofrecer un mejor servicio.
Gonzalo Chávez A. es economista.
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