Con frecuencia desde el árbol del poder, se vanaglorian del nuevo modelo
económico que estarían implementando en Bolivia. En las últimas
semanas, los rosarios de autoelogios se han incrementado impulsados por
el inicio de la campaña electoral, pero más allá de los discursos, ¿qué
hay de nuevo en el modelo económico implementado desde el 2006? Hagamos
un recuento desde múltiples perspectivas.
¿Existe una macroeconomía del proceso de cambio? Veamos la política
fiscal. Ésta, si bien se ha beneficiado de la espectacular bonanza
externa, no tiene nada de novedosa. Por el lado de los ingresos, el
fisco recauda mucho más que en el pasado debido al incremento
substancial de los precios de los recursos naturales (especialmente el
gas natural), el aumento de los impuestos de la Ley de Hidrocarburos, la
nacionalización, medida que va en su tercera versión desde 1938 y el
mayor dinamismo del mercado interno impulsado por el boom externo.
¿Aumentó el universo de contribuyentes que pagan impuestos? No. Se sigue
apretando el cuello a los de siempre. Comerciantes, cocaleros,
gremiales, cooperativistas mineros, para mencionar a los más
importantes, continúan pagando bajos tributos. Si bien la inversión y
gasto público se multiplicó por cinco, este es tan solo un efecto
riqueza; en los años setenta, cuando también se produjo un boom
financiero, el Estado también gastó más. El tema de la calidad del gasto
público y su pertinencia en el marco de un modelo de desarrollo local
por ejemplo, no existe ni en el debate. Lo que importa es gastar para
mantenerse en el poder. Aquí se sigue una vieja receta de populismo
económico y del desarrollismo nacionalista, obras de infraestructura
como satélites, caminos, teleféricos y otros, y obras pequeñas
desconectadas (escuelas sin profesores, coliseos sobredimensionados,
hospitales sin médicos y ni presupuesto) construidas con el intuito de
generar lealtades políticas antes que desarrollo social. El otro camino
seguido son los bonos como la Renta Dignidad, que en realidad nace en
1994 con el nombre de Bonosol y las transferencias condicionadas como
Juancito Pinto y Juana Azurduy de Padilla; políticas recomendadas e
implementadas por el Banco Mundial en toda América Latina hace mucho
tiempo. Nada nuevo bajo el sol, es el extractivismo benefactor con más
dinero que antes haciendo lo mismo del pasado.
En términos de la política monetaria, también se siguen acciones
tradicionales para mantener la estabilidad del Boliviano. Por un lado,
controlando la inflación con políticas monetarias restrictivas que
dispararon las tasas reales de interés, especialmente en los primeros
cuatro años del gobierno, permitiendo grandes ganancias a los bancos
privados, y ahora, con una política monetaria que permite tasas de
interés en Bolivianos negativas (tasa de interés pagada por los bancos
menos la inflación) para los ahorristas nacionales, provocando una
transferencia de patrimonio de las personas a los bancos privados.
Asimismo, el Banco Central volvió a ser la caja del gobierno de turno y
ha comenzado a prestar dinero a empresas estatales como YPFB o ENDE.
Aquí, también, más de lo mismo. Es el capitalismo de Estado
reempaquetado. En materia cambiaria, el Bolsín, instrumento creado por
el neoliberalismo, sigue operando de manera eficiente, ahora dizque al
servicio del proceso de cambio. Como resultado de ellos en los últimos
años, el tipo de cambio real se ha apreciado haciendo de Bolivia una
economía cada vez más abierta y neoliberal. Por cada dólar de
exportación que entra al país, vuelven a salir 90 centavos en
importaciones.
Si adoptamos una mirada de largo plazo para evaluar un nuevo modelo
económico, veamos que la estructura de la economía no ha cambiado nada,
en realidad Bolivia ha vuelto a los años 30. En la actualidad, el 80% de
las exportaciones son de recursos naturales, a saber, gas natural,
minerales y soya. No se producido ninguna diversificación productiva.
La re-primarización de la economía ha sido acompañada de la
re-estatización de varias empresas en sectores estratégicos. El boom de
las materias primas muestra claros síntomas de enfermedad holandesa. La
economía boliviana registra una burbuja de consumo y prosperidad
prestada en el comercio legal e ilegal, y los diversos servicios, sobre
todo construcción. Además, el grueso de estas actividades impulsó una
enorme economía informal que da un empleo precario al 80% de la
población. El apoyo integral a las pequeñas empresas, al sector privado
productivo o al área agrícola se ha quedado en el papel y en los
discursos grandilocuentes. En realidad, la idea de presentar el modelo
económico como un gran divisor de aguas sólo es un instrumento político
que no soporta el test de la realidad. Es el viejo extractivismo
benefactor, la vuelta del capitalismo de Estado y la ideología del
nacionalismo desarrollista de los años cincuenta, todo reempaquetado en
un discurso antiimperialista. El nuevo modelo de desarrollo es “un museo
repleto de grandes novedades” en términos de políticas e instrumentos.
Análisis económico y otras latitudes de la vida y el pensamiento
Monday, October 21, 2013
Sunday, September 29, 2013
El Nobel y los vinos
El Nobel y los vinos
Gonzalo Chávez A.
Era amigo de un premio Nobel de Economía y no lo sabía. Sin duda ésta es una confesión dura, tratándose de mi persona -que hace más de 20 años se gana la vida ejerciendo la profesión de economista-. En mi descargo debo mencionar que esta amistad académica ignorada ocurrió cuando era aún un imberbe estudiante.
En la Universidad de Columbia, en Nueva York, se contaba la leyenda urbana de que existía un profesor octogenario que se resistía a no dar clases a pesar de que era jubilado. Todas las mañanas llegaba a la universidad, tiza en mano, a trabajar aunque ya no tenía ninguna clase asignada. Entraba a cualquier aula y sin ninguna ceremonia interrumpía a quemarropa al profesor argumentando, en tono amable, que no se estaba impartiendo la materia adecuadamente. Sus principales víctimas eran los catedráticos jóvenes, a quienes no les quedaba más remedio que atornillarse en el pupitre de la resignación junto a los alumnos y escuchar al doctor William Vickrey, quien podía dictar una clase de econometría avanzada o macroeconomía con igual competencia. Me tocó vivir esta experiencia en una clase de historia económica, en la que Vickrey hizo gala de conocimiento y tablas de maestro al hablar sobre la importancia de Potosí en la economía mundial en el siglo XIX. Terminada la clase, me acerqué y me identifiqué como potosino de Villazón y para mi sorpresa la clase continuó en su oficina por dos largas y deliciosas horas. Congeniamos inmediatamente y en toda reunión social del departamento de economía, junto a otros alumnos, entablábamos largas discusiones sobre diversos temas económicos y sociales. Como es de praxis entre los norteamericanos, los eventos sociales de diversa índole (entrega de libros, seminarios y otros) incluían un vino de honor, pero con horas claramente establecidas, generalmente de 18:00 a 19:00. Y rigurosamente al filo del periodo marcado, los bocaditos y los vinos desaparecían indefectiblemente, excepto cuando estaba el profesor Vickrey, quien con un solo ademán prolongaba las degustaciones vinícolas hasta su partida. Por supuesto, sus amigos y discípulos no podíamos dejar solo al maestro, ni con la palabra ni menos con el vinito, que además de bueno era gratis. Y gracias al hábito de los memorables encuentros ya habíamos formado una cofradía secreta que seguía el viejo adagio argentino que reza sin pudor: "Si usted vino al mundo y no toma vino, ¿a qué vino?”. Terminadas las tertulias, acompañábamos al profesor Vickrey a su casa debidamente templados por las conversaciones y los humores de las uvas convertidas en líquido santo.
En una oportunidad llegué al departamento de economía y se sentía una algarabía inédita; flotaba en el aire un orgullo académico que no dejaba respirar. Un profesor de la casa había ganado el premio Nobel. Mi ignorancia y despiste me hizo pensar que R. Mundell, E. Phelps -algunas de las estrellas del pensamiento económico de la Universidad de Columbia- habían sido galardonados por el premio sueco. Pero estaba vergonzosamente equivocado: Vickrey era el feliz ganador del Nobel de Economía por sus contribuciones a la teoría de la subastas.
El memorable acontecimiento fue celebrado a lo grande y con vino. Los amigos de Vickrey estuvimos a su lado firmes como un queso, disfrutando de los reflectores ajenos y los escasos cinco minutos de fama. El profesor no sucumbió al poder de los halagos merecidos ni a las reverencias de circunstancia, se mantuvo a nuestro lado movido por la amistad que había cultivado en la retirada de la vida y la hermandad de los buenos vinos. Como en otras oportunidades, escoltamos al profesor Vickrey a su casa; pero, ahora, no caminábamos, sino flotábamos, repletos de orgullo y un amago de angustia y vergüenza. No sabíamos que éramos amigos del candidato al Nobel de Economía.
Al día siguiente desperté curiosamente tarde, y lo hice con el chillido antipático de mi timbre que había perdido la voz y las buenas maneras hace mucho tiempo. Era la policía de la universidad que me traía una puñalada sin anestesia. El maestro Vickrey había fallecido en la madrugada de un inoportuno ataque cardiaco. Se me congeló el alma y quedé mudo el resto del día. Por supuesto, asistimos al velorio con una inmensa tristeza, pero como no podía ser de otra manera, el profesor Vickrey había preparado su transición. Su último adiós estaba poblado de buenos vinos, incluida una tímida botella de un tempranillo tarijeño que le había regalado. Si bien el velorio establecía un fúnebre horario, de 17:00 a 19:30, nos quedamos hasta la medianoche y esta vez tanto sus colegas como otros amigos gringos nos acompañaron. No faltaron los profesores jóvenes de economía de Columbia quienes exhibían una sospechosa nostalgia: nunca más serían interrumpidos en sus clases, por lo menos en esta vida.
Gonzalo Chávez A.
Era amigo de un premio Nobel de Economía y no lo sabía. Sin duda ésta es una confesión dura, tratándose de mi persona -que hace más de 20 años se gana la vida ejerciendo la profesión de economista-. En mi descargo debo mencionar que esta amistad académica ignorada ocurrió cuando era aún un imberbe estudiante.
En la Universidad de Columbia, en Nueva York, se contaba la leyenda urbana de que existía un profesor octogenario que se resistía a no dar clases a pesar de que era jubilado. Todas las mañanas llegaba a la universidad, tiza en mano, a trabajar aunque ya no tenía ninguna clase asignada. Entraba a cualquier aula y sin ninguna ceremonia interrumpía a quemarropa al profesor argumentando, en tono amable, que no se estaba impartiendo la materia adecuadamente. Sus principales víctimas eran los catedráticos jóvenes, a quienes no les quedaba más remedio que atornillarse en el pupitre de la resignación junto a los alumnos y escuchar al doctor William Vickrey, quien podía dictar una clase de econometría avanzada o macroeconomía con igual competencia. Me tocó vivir esta experiencia en una clase de historia económica, en la que Vickrey hizo gala de conocimiento y tablas de maestro al hablar sobre la importancia de Potosí en la economía mundial en el siglo XIX. Terminada la clase, me acerqué y me identifiqué como potosino de Villazón y para mi sorpresa la clase continuó en su oficina por dos largas y deliciosas horas. Congeniamos inmediatamente y en toda reunión social del departamento de economía, junto a otros alumnos, entablábamos largas discusiones sobre diversos temas económicos y sociales. Como es de praxis entre los norteamericanos, los eventos sociales de diversa índole (entrega de libros, seminarios y otros) incluían un vino de honor, pero con horas claramente establecidas, generalmente de 18:00 a 19:00. Y rigurosamente al filo del periodo marcado, los bocaditos y los vinos desaparecían indefectiblemente, excepto cuando estaba el profesor Vickrey, quien con un solo ademán prolongaba las degustaciones vinícolas hasta su partida. Por supuesto, sus amigos y discípulos no podíamos dejar solo al maestro, ni con la palabra ni menos con el vinito, que además de bueno era gratis. Y gracias al hábito de los memorables encuentros ya habíamos formado una cofradía secreta que seguía el viejo adagio argentino que reza sin pudor: "Si usted vino al mundo y no toma vino, ¿a qué vino?”. Terminadas las tertulias, acompañábamos al profesor Vickrey a su casa debidamente templados por las conversaciones y los humores de las uvas convertidas en líquido santo.
En una oportunidad llegué al departamento de economía y se sentía una algarabía inédita; flotaba en el aire un orgullo académico que no dejaba respirar. Un profesor de la casa había ganado el premio Nobel. Mi ignorancia y despiste me hizo pensar que R. Mundell, E. Phelps -algunas de las estrellas del pensamiento económico de la Universidad de Columbia- habían sido galardonados por el premio sueco. Pero estaba vergonzosamente equivocado: Vickrey era el feliz ganador del Nobel de Economía por sus contribuciones a la teoría de la subastas.
El memorable acontecimiento fue celebrado a lo grande y con vino. Los amigos de Vickrey estuvimos a su lado firmes como un queso, disfrutando de los reflectores ajenos y los escasos cinco minutos de fama. El profesor no sucumbió al poder de los halagos merecidos ni a las reverencias de circunstancia, se mantuvo a nuestro lado movido por la amistad que había cultivado en la retirada de la vida y la hermandad de los buenos vinos. Como en otras oportunidades, escoltamos al profesor Vickrey a su casa; pero, ahora, no caminábamos, sino flotábamos, repletos de orgullo y un amago de angustia y vergüenza. No sabíamos que éramos amigos del candidato al Nobel de Economía.
Al día siguiente desperté curiosamente tarde, y lo hice con el chillido antipático de mi timbre que había perdido la voz y las buenas maneras hace mucho tiempo. Era la policía de la universidad que me traía una puñalada sin anestesia. El maestro Vickrey había fallecido en la madrugada de un inoportuno ataque cardiaco. Se me congeló el alma y quedé mudo el resto del día. Por supuesto, asistimos al velorio con una inmensa tristeza, pero como no podía ser de otra manera, el profesor Vickrey había preparado su transición. Su último adiós estaba poblado de buenos vinos, incluida una tímida botella de un tempranillo tarijeño que le había regalado. Si bien el velorio establecía un fúnebre horario, de 17:00 a 19:30, nos quedamos hasta la medianoche y esta vez tanto sus colegas como otros amigos gringos nos acompañaron. No faltaron los profesores jóvenes de economía de Columbia quienes exhibían una sospechosa nostalgia: nunca más serían interrumpidos en sus clases, por lo menos en esta vida.
Tuesday, September 17, 2013
BRICS. ?Futuros PIGS?
Cuando hace
varios años atrás se acuño el acrónimo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sud
Africa ), para llamar la atención del
potencial de crecimiento de estas economías emergentes, en el mundo se
desencadenó una gran expectativa y entusiasmo. Estos países hasta el 2020
configurarían en nuevo paraíso económico comandados por China. Desde esta
columna en varias ocasiones resaltamos el tema, puntualizando que la economía
boliviana debía aprovechar el hecho que estaba al lado la primera letra de la abreviación, Brasil. En
las s alarmistas sostienen que s ,
increementos en varias ocaciones
a ser publicado en Cambio y La Razara informacidico oficiualistúltimas semanas
gruesos nubarrones negros han aparecido en los cielos del Edén. Reducción del
crecimiento económico, serios desajuste cambiarios, incrementos de los déficits
públicos y comerciales son algunos de los problemas que se han presentado en éstas
economías. Los análisis más alarmistas sostienen que los BRICS van camino ha
convertirse en PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y Spain-España) debido a la
explosión de burbujas económico-financieras. Cabe recordar que los PIGS son
economías en recesión, con altos niveles de desempleo, sobre endeudadas y con
complejas crisis fiscales. Las preguntas que intentaremos responder en este
domingo son: ¿ Qué pasó en el paraíso de los BRICS? ¿Qué tipo de problemas
enfrentan las economías emergentes?
En el análisis internacional, sobre los BRICS,
existen el conceso de que se acabó la bonanza económica aunque hay un gran
debate sobre las causas de la desaceleración del crecimiento y su profundidad.
Ricardo Hausmann de la Universidad de Harvard,
desde una perspectiva estructural, sostiene que
la mayoría de las economías emergentes sufrieron un espejismo, “el
crecimiento del PIB nominal en dólares excedió por mucho lo que cabría de
esperar como consecuencia del crecimiento real”. El aumento del PIB nominal fue
resultado de espectaculares precios de exportación, especialmente materias
primas, un ingreso masivo de capitales (inversión extranjera directa y
prestamos) y una apreciación de los tipos de cambio real de estos países. Si
ahora, los precios internacionales bajan y existe menos flujo de dinero frescos
a las economías, se desacelerará o se desinflará el PIB en dólares y el tipo de
cambio tenderá a depreciase. Resultado: Los ladrillos (BRICS) se resquebrajarán
poniendo en riesgo el crecimiento económico. Si Usted está tentado aplicar este
mismo razonamiento al caso boliviano, está en el camino correcto para concluir
que en Bolivia la fiesta de la lluvia de dólares también puede estar acabando y
las consecuencias sobre el desempeño económico podrían ser similares.
Desde una perspectiva más coyuntural, según Nouriel Roubini,
profesor de la Universidad de Nueva York, el deterioro de las condiciones de los BRICS
se explica por el contagio de los problemas de la economías avanzadas. La
recesión sicos. ﷽﷽﷽ecios de los
productos bñasixos recupetacion estadounidense. La pulmonia esi para concluir
que en Bolivia la fietsa ta en Europa se profundizó, Inglaterra y Japón
han desacelerado sus aparatos productivos y la recuperación estadounidense es
más lenta de la que se esperaba. La pulmonía en las economías avanzadas tuvo su
efecto en los nuevos querubines de la economía mundial, más aún si se consolida
el fin del superciclo de los precios de
los productos básicos en el mercado mundial.
Así mismo, el riesgo de que la inflación se dispare en la
economías emergentes, por el sobre calentamiento de las economías, habría
llevado a estos países ha adoptar políticas monetarias restrictivas lo que
también está contribuyendo a la reducción del crecimiento del producto. Otro elemento de corto plazo que afecta el
desempeño de los BRICS es que, Estados Unidos ha anunciado que la era de las
tasas de interés cero está por terminar, por lo que se espera que mucho del
capital que estaba en búsqueda de mejores rendimientos en las economías emergentes,
comience a volver a los países desarrollados, restando gasolina financiera a
las economías emergentes.
Desde una perspectiva más estructural, Roubini sostiene que “la mayoría de los BRICS y otros mercados
emergentes han adoptado alguna variante del capitalismo de estado. Esto implica
una desaceleración en las reformas que aumentan la productividad y
participación en la economía del sector privado, junto con un mayor peso de las
empresas estatales (y de los bancos estatales en la asignación del crédito y el
ahorro), así como el nacionalismo de recursos, el proteccionismo comercial, las
políticas de sustitución de importaciones industriales y la imposición de
controles al capital. Este enfoque puede haber funcionado en las etapas
tempranas del desarrollo y cuando la crisis financiera mundial produjo una
caída del gasto privado; pero ahora distorsiona la actividad económica y deprime
el crecimiento potencial.”
Los BRICS generaron crecimiento y esperanza en el mundo e
impulsaron a varías economías pequeñas como la boliviana. Ahora se anuncia tiempo
difíciles, que deberían preocuparnos. Es momento de evaluar las implicaciones
tendría un mundo donde los BRICS podrían convertirse en PIGS.
Monday, September 9, 2013
Un comentario del Dr. Juan Antonio Morales
El artículo El arte de besar sapos imperialistas ha provocado polémica. El Sr. Octavio Machicao comento el artículo (La miopia de algunos pro-imperialistas) con más adjetivos que ideas. El Dr. Juan Antonio Morales entro al debate. A continuación publico su interesante artículo, una verdadera aula de Macroeconomía con un ejercicio incluido.
Práctica
II de macroeconomía
Juan Antonio Morales
En su artículo de opinión del pasado lunes 2 de
septiembre de este año, el señor Octavio Machicao se estrelló contra el
profesor Gonzalo Chávez y lo trató de proimperialista. Conociendo el sentido
del humor de Gonzalo, seguro que ese denominativo le provocó una fina sonrisa.
Así, en medio de todo, yo me acordé de la deliciosa frase atribuida a Domitila
Chungara: “Sólo los proimperialistas hablan con números”. Y corriendo el riesgo
de ser tratado de proimperialista o de batracio neoliberal, emplearé algunos
numeritos para referirme a la segunda emisión de bonos soberanos del TGN de
Bolivia en el mercado internacional.
Comienzo.
Lo que interesa en una colocación de bonos es la tasa
de rendimiento y no el cupón. El cupón es sólo un indicador de referencia del
costo del crédito. Lo que importa es el rendimiento, así si la tasa de
rendimiento (6,5%) es superior a la del cupón (5,95%) los bonos se colocaron
bajo la par, es decir, con descuento, y eso lo deberían conocer los financistas
del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
A pesar de los 14.000 millones de dólares de Reservas
Internacionales, que podían ser percibidas como un seguro de repago, los
acreedores siguen viendo riesgos a un gran negocio que paga más interés, 3,5%
por encima de un bono del Tesoro Americano.
Por otra parte, algo que no entendió el señor Machicao
es que no habrá desplazamiento financiero porque el sistema financiero nacional
tiene mucha liquidez. Según los últimos datos del Banco Central de Bolivia, se
trata de 643 millones de excedente de encaje. En una macroeconomía de economía
pequeña y abierta tampoco hay un efecto sobre las tasas de interés (pregunta de
la práctica 2 de mi curso de macro e c o n o m í a).
El MEF está pagando a los tenedores de bonos
extranjeros bastante más de lo que paga por sus colocaciones en el mercado de
valores interno. Esto tendrá un efecto de señalización para nuestro sistema
financiero, lo que podría encarecer el crédito, tanto para el Gobierno como
para el sector privado, indirectamente. Allí podrá estar paradójicamente el
verdadero efecto de desplazamiento o “crowdingout”.
El artículo de Stiglitz, si bien se refiere a los
países de África Subsahariana, cae como anillo al dedo al caso boliviano,
porque no cabe duda de que la gran liquidez de los mercados internacionales de
capital y la desesperada búsqueda de rendimiento hace que países que no eran
sujetos de crédito anteriormente, ahora ingresen al radar de los
inversionistas.
Del otro lado del mostrador, países que se han
beneficiado con los sucesivos perdones de deuda (2 HIPC y un MDRI), como Uganda
y Bolivia, volvieron a rehacer su virginidad crediticia.
El seductor (gringo bandolero) ha engatusado a la
doncella. Stiglitz califica a los préstamos subsaharianos como préstamos
subóptimos (subprime), porque los acreedores prestan a países con un historial
crediticio dudoso bajo la apuesta de que podrán trasladar sus riesgos a otros,
especialmente a sus gobiernos, como lo hicieron con los créditos hipotecarios a
personas sin empleo ni ingresos para pagarlos.
Además, los acreedores no están arriesgando mucho,
porque los préstamos son pequeños para los fondos que manejan. El costo de
diversificar su cartera de inversiones financieras es muy bajo.
Yo no me referiría tan despectivamente a los países
del África Subsahariana, como lo hizo el señor Machicao, pues a muchos de esos
países le está yendo tan bien como a Bolivia, y por la misma razón: precios
internacionales altos para las materias primas. Algunos países, como Etiopía y
Ruanda, alcanzaron tasas de crecimiento similares al del Producto Interno Bruto
de nuestro
Estado Plurinacional.
Además de pagar intereses muy interesantes a los tan
detestados imperialistas, la pregunta de fondo para nosotros es: ¿para qué se
está prestando dinero el Gobierno? Se nos dice que para financiar el gasto en
proyectos de inversión en infraestructura, lo que no está mal, pero entonces
hay un problema con la contabilidad fiscal. ¿O no hay superávit como se nos
dice? Tal vez no se está contabilizando esas inversiones en la cuenta capital.
Juan Antonio Morales es profesor de la Universidad
Católica Boliviana y expresidente del Banco Central de Bolivia.
Sunday, September 1, 2013
Sobre la Relaciones Bolivia y Brasil
Suspenso, intriga.. La novela está servida.
Gonzalo Chavez A.
La salida de la Embajada de Brasil en Bolivia, del senador Pinto ha causado un temblor diplomático. Este evento ha sido profusamente analizado desde una perspectiva normativa. Cumplimiento o no de tratados, violación de acuerdos internacionales, el derecho y la cobertura del asilo. Y una inmensidad de condenas, explicaciones y una aparatosa renuncia, con pinta de premio. La presidenta Dilma, muy enojada, envió al canciller Patriota a que sufra en Nueva York, como embajador ante las Naciones Unidas. ¿Donde lo hubiera enviado si no estaba irritada?
En este domingo sin Pinto, quería abordar el tema desde una óptica diferente. Adoptaré en el análisis dos focos analíticos, por una parte, la teoría realista de las relaciones internacionales, que sostiene que los países no tienen amigos sino intereses y el marco conceptual que sostiene que son los factores políticos internos y las disputas interburocráticas que determinan la política exterior de un país.
Por supuesto que a estas alturas de los acontecimientos uno solo puede moverse en el ámbito de la hipótesis de trabajo porque aún los hechos, que están detrás de la salida de Pinto, están cubiertos por la densa nube de la política, las pasiones, la coyuntura, los nacionalismos, y la falta de información. Es probable que solo la historia a futuro revele con más precisión las tendencias profundas de las acciones de las personas y los Estados comprometidos con el caso Pinto. Mientras tanto aquí van unas conjeturas que podrían guiar la escritura de una novela de suspenso e intriga internacional.
Desde una perspectiva brasilera, la salida de Pinto fue resultado de la acción del Embajador Eduardo Saboya que habría actuado solo, para algunos, como Quijote del Sur movido por sentimientos humanitarios, y para otros, como un rebelde que rompe la cadena de mando. El Estado Brasileño no sabía nada de la acción, por lo que la considera inadmisible, sujeta a una investigación y posterior punición ejemplificadora. Un hecho fortuito que obligó a Brasil ha entregar la cabeza de Patriota a Morales pero que no devolverá al retirado-huido senador Pinto. Pasada la tormenta, cada país deberá administrar los daños y logros provocados por el evento. Brasil intentando arreglar la tremenda abolladura que la salida de Pinto significa para la otrora inmaculada y profesional diplomacia del Itamaraty. Bolivia electoralizando la huida de los opositores, pero también en la incomoda tarea de explicar el daño que se hizo al honor de la soberanía nacional.
Una segunda hipótesis de trabajo tiene un carácter algo más rocambolesco y conspirativo. Esta fue una acción encubierta del Estado brasileño con participación inclusive de fusileros navales (marines), cuyo objetivo era mostrar el carácter y capacidad de la potencia emergente, que no solo usa el poder suave, sino también el poder duro. Con esta operación, Brasil estaría mostrando que tiene todas las condiciones para sentarse en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y puede actuar como cualquier potencia cuando sus intereses simbólicos y de prestigio se ven afectados. En esta conjetura, es probable que la Presidenta no fue comunicada de la acción para preservar su imagen. Además jamás se reconocerá que esta operación obedeció a razones de Estado. Muchos de los países que juegan en las ligas mayores del poder mundial también tienen esqueletos en sus roperos y ahora, Brasil tiene lo suyos.
Una tercera hipótesis es que la acción del rescate de Pinto, revela una pugna de poder al interior del Estado brasileño entre Itamaraty o parte de este, el grupo de asesoría en relaciones internacionales de la Presidencia (una especie de diplomacia paralela y sobre ideologizada que irrita al Itamaraty) y el ejercito o sectores de este. En esta teoría conspirativa uno de estos grupos habría impulsado el operativo. El objetivo sería doble, mandar un mensaje duro al vecino, una especie de devolución de favores por ofensas pasadas como la nacionalización Petrobras, el maltrato a OAS, la revisión de los aviones, entre otras y al mismo tiempo, colocar en evidencia los extravíos y debilidades de la política exterior brasilera de la gestión del PT que da más importancia a la sintonía ideológica con otros países que a los verdaderos intereses del Brasil. En el caso del canciller Patriota, para exponer su gestión considerada tibia y carente de decisiones. Una diplomacia encima del muro que ni siquiera pudo resolver el caso de Pinto. Estos serían los primeros embates, entre grupos burocráticos vinculados a las relaciones externas dentro del Estado, en el marco de la carrera electoral por la sucesión de la Presidenta Dilma.
El menú de hipótesis está servido. Cabe a Usted, amable lector adoptar la que más le satisfaga y seguramente de aquí a algunos años, algún estudioso de las relaciones internacionales ratificará o descartará algunas de las conjeturas o descubrirá otras. Solo el tiempo, el implacable, lo dirá. Ahora tenemos la trama de una novela de suspenso internacional. Cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia.
Sunday, August 25, 2013
El arte de besar sapos imperialistas
Desde el 2006, el gobierno se vanagloria de sistemáticos superávit fiscales que registran las cuentas nacionales. El Estado boliviano gasta e invierte menos de lo que recibe por ingresos de impuestos. En el periodo 2006 – 2012, el resultado positivo del sector público no financiero gobierno (incluye departamentos y municipios), en promedio, fue de 2% del producto interno bruto (PIB), algo como 400 millones de verdes por año. De igual manera, el Tesoro General de la Nación (TGN), (solo el gobierno central) también tuvo superávit, aunque menor. En los últimos siete años, se ahorro el 0.47% del producto por año. Así mismo, el Banco Central de Bolivia registra reservas internacionales de 14,000 millones de dólares, similar cifra existe en el sistema bancario privado. En suma, existe ahorro público y privado suficiente para encarar las necesidades de financiamiento de la economía boliviana. En este contexto, ¿si hay plata en el bolsillo, porqué el gobierno se endeuda, a través de la colocación de bonos en el mercado internacional, para conseguir financiamiento externo? Hace algunos días atrás el gobierno emitió otros 500 millones de dólares de bonos a una tasa de 6.5%. La deuda soberana ahora es de 1,000 millones de dólares.Existen dos explicaciones que podrían estar por detrás de la venta de bonos bolivianos. Es una estrategia para señalizar los radares de inversionistas. Se busca la aprobación de las políticas económicas del gobierno por parte de los mercados capitalistas tan criticados en los discursos. Es el arte neo revolucionario de besar los sapos más feos del imperialismo financiero para recibir la palmada de la aprobación, y así obtener más inversiones externas. También es posible que estemos frente a un problema de medición en las cuentas pública. En realidad existe un déficit público en Bolivia y se necesita ahorro externo para financiar proyectos. Cualquiera que sea la razón, Joseph Stiglitz alerta que el camino “de endeudarse en los mercados financieros internacionales es una estrategia que entraña enormes riesgos… y solo posibilidades limitadas de éxito, excepto para los bancos, que cobran sus derechos de antemano”. De la lectura del artículo del premio Nobel de economía titulado: Los Endeudados de Riesgo del África Subsahariana, se concluye que seguimos los pasos de países como Ghana, Gabón, Costa de Marfil, Angola, Tanzania y otros que hasta febrero del 2013 recaudaron 8,100 millones de dólares por la venta de bonos soberanos a una tasa de interés muy parecida a la ofrecida por los papeles bolivianos, 6,2%. ¿Pero, por qué los prestatarios internacionales han volcado sus ojos hacia países pobres? ¿Será que los buitres financieros descubrieron que tiene corazón o en el caso boliviano, súbitamente se convirtieron a la revolución y decidieron apoyarla? No guagüitas de pecho, las cosas son más complicadas. El profesor de la Universidad de Columbia sostiene que las políticas monetarias de las economías desarrollados han reducido los tipos de interés a unos niveles mínimos, hecho a impulsado a los fondos de pensiones y los banqueros a buscar mejores rendimientos para su dinero en otras latitudes. Además, como en las instituciones multilaterales hay menos dinero para prestamos asistenciales y los pocos recursos que existen tienen condicionalidades duras y una estrecha supervisión, ambos hechos han promovido que los interese de los políticos y banqueros privados converjan. Stigliz se pregunta “¿Qué político no preferiría un dinero que le da más libertad para hacer lo que le plazca?” Y yo añadiría: ¿ a qué banquero internacional no le interesa que un país, que circunstancialmente tiene un poco más de dinero en el bolsillo, entre a su casino financiero? Se junto el hambre con las ganas de comer. La emisión de deuda soberana es un buen negocios tanto desde el punto de vista financiero y político, pero puede tener consecuencias complejas.Según Stiglitz en Africa se está gestando otra crisis de deuda, países sobre endeudados, que no tienen los recursos para pagar sus prestamos. “De hecho, exceptuada Namibia, todos esos emisores subsaharianos de bonos soberanos tienen calificaciones crediticias ‘especulativas’, lo que sitúa sus emisiones en la categoría de ‘bonos basura’ e indica un riesgo importante de suspensión de pagos”.Es importante señalar, que una vez emitidos los bonos, estos entran al carrusel del mercado financiero, donde la implacable especulación y el anónimo mercado pueden convertirlos en papel higénico. Sino pregunten cuánto cuestan los bonos griegos, españoles o argentinos en el mercado bursátil mundial. En otras palabras, la emisión de los bonos implica aceptar las reglas de juego del casino financiero, donde el martillo de la especulación puede golpear en cualquier momento. Termino con una recomendación del premio Nobel : “Los países que estén pensando en subirse al carro de los emisores de bonos soberanos harían bien en tener en cuenta las enseñanzas que se desprenden de las demasiado frecuentes crisis de deuda de los tres últimos decenios.” Esta claro que nadie besa impunemente a los sapos imperialistas.
Wednesday, August 21, 2013
Nuevos escenarios de la globalización
El orden internacional creado después de la Segunda Guerra mundial está cambiado debido a tres eventos contemporáneos. La caída de del muro de Berlin en 1989, el ataque a las Torres Gemelas (World Trade Center) en el año 2001 y la caída de Wall Street en el 2008.
Los nuevos escenarios de la globalización económica, diplomática y estratégica militar aún están en transición, pero se puede vislumbrar lo que Christopher Layne llama: el fin de la Pax Americana. Cabe recordar que este orden internacional permitió a Estados Unidos emplear su poder para crear una institucionalidad planetaria y dirigir los principales eventos mundiales. Hoy estamos frente a una erosión de la hegemonía estadounidense, que duró más de 50 años. El desmoronamiento de Wall Street y la posterior crisis económica de Estados Unidos, Europa y Japón es apenas la punta del iceberg de la decadencia de los capitalismos del primer mundo.
A finales de los años 80, el historiador Paul Kennedy publicó un libro titulado: “La ascensión y caída de las grandes potencias”. Tomando el período histórico que va de 1500 a 2000, el profesor de la Universidad de Yale muestra cómo diferentes poderes hegemónicos e imperios, como la China de los Ming, el dominio de los Hansburgos, el predominio francés y el imperio británico entraron en decadencia debido al elevado costo que implica mantener la supremacía militar y estratégica como potencia.
Con el transcurso del tiempo mantenerse en el zenit del poder mundial tiende a deteriorar las bases económicas del país poderoso. Las grandes potencias, para mantenerse en la cima del sistema internacional, deben gastar mucho dinero en defensa propia, protección de aliados y expansión estratégica; de esta manera, inician un proceso de debilitamiento porque desvían recursos valiosos, que deberían ir a nuevas inversiones, desarrollo productivo y cambio tecnológico. Este fue el caso de todos los ejemplos arriba mencionados, y sería el camino que también está recorriendo Estados Unidos en nuestros tiempos.
Argumento parecido desarrolla Emy Chua, quien en su libro Day of Empire, muestra cómo, a lo largo de la historia, las superpotencias nacen, alcanzan la cima y caen. Ella habla del imperio persa, romano y también del chino, mongol, holandés y británico. La investigadora argumenta que, en un primer momento, todas estas potencias que dominaban el mundo eran extraordinariamente tolerantes en el sentido que permitían la coexistencia de diferentes grupos religiosos, étnicos, lingüísticos y de otra índole, que ayudaban a que la sociedad avance. Esta tolerancia no implicaba que no hubiera violencia, pero sí dinamismo económico y social. Entretanto, al momento de la caída, estas sociedades multiculturales iniciaban un proceso de intolerancia, xenofobia e intenso conflicto. En las palabras de Chua: “La intolerancia es la semilla del declive”, porque en la búsqueda del poder total cierto grupo querrá imponerse sobre el otro. Al igual que Kennedy, Chua sostiene que Estados Unidos estaría en proceso de pérdida de hegemonía debido a sus problemas internos.
Una línea parecida de raciocinio también la realiza Joseph Nye, de la Universidad de Harvard, quien reconoce que la hegemonía de Estados Unidos está en erosión no tanto por el debilitamiento del país, sino más bien debido al crecimiento de las demás naciones. Además, cree que el poder mundial siempre depende del contexto y que en realidad, desde hace mucho tiempo, el sistema internacional se asemeja a un complejo juego de ajedrez de múltiples dimensiones. En el tablero de arriba, el poder estratégico militar es unipolar. En esta instancia, Estados Unidos es y seguirá siendo potencia de primer nivel, sin competencia en el mediano plazo. En el tablero del medio, que representa el nivel económico, ya se ha producido una fragmentación del poder. El juego ya es, y será más aún, multipolar, con actores importantes como Europa, Japón, China, Brasil, India, Sudafrica y otras economías que van cobrando paulatina importancia. Parag Khanna coincide con esta idea y sostiene que es tiempo de las potencias intermedias, es el momento del Segundo Mundo, título de su mejor libro.
Para Nye, en el tablero de ajedrez de abajo, las relaciones transnacionales cruzan fronteras al margen del control de los estados. Incluye banqueros inescrupulosos, terroristas, contrabandistas, narcotraficantes y hackers. En este nivel, el poder sería muy disperso y habría muy poco control de parte de los gobiernos. Este lado oscuro de las relaciones internacionales podría interferir mucho en los otros dos juegos de ajedrez.
Ante lo expuesto, para terminar una sólo pregunta desde la óptica nacional: ¿En una visión estratégica, no sólo en el código de los circunstanciales apoyos internos, es adecuado que una de las líneas de la política exterior boliviana se apoye en una lectura del contexto internacional que aún supone que existe la Pax Americana?
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